'El espinazo del diablo' y 'Luna de Avellaneda'

Una historia g¨®tica del director mexicano Guillermo del Toro producida por los hermanos Almod¨®var, y una comedia popular del argentino Juan Jos¨¦ Campanella coproducida por Gerardo Herrero, coinciden esta semana en la colecci¨®n Cine en espa?ol. Tanto El espinazo del diablo (2001) como Luna de Avellaneda (2004) confirmaron el talento de sus respectivos directores y las ventajas y virtudes de las coproducciones hispano-americanas.

Tras el ¨¦xito mundial de su ¨®pera prima, Cronos (1993), premiada en cuantos festivales fue presentada, incluido el de Cannes, el mexicano Guillermo del Toro fue contratado por Miramax para rodar en Estados Unidos Mimic (1997), y posteriormente por la productora El Deseo para filmar en Espa?a "un g¨®tico relato de fantasmas, de piel extravagante y fondo sombr¨ªo" que "propone una sutil agresi¨®n, por la v¨ªa del sutil y equilibrado cruce de g¨¦neros, a la muy codificada tradici¨®n del cine patrio sobre la Guerra Civil y aleda?os", en opini¨®n de Jordi Costa en Fotogramas. La pel¨ªcula naci¨® de un viejo proyecto de Del Toro sugerido por los dibujos de Carlos Jim¨¦nez en su c¨®mic Paracuellos, que confluy¨® con un gui¨®n de Antonio Trashorras y David Mu?oz originalmente titulado La bomba. El resultado fue una pel¨ªcula "espl¨¦ndida", seg¨²n Quim Casas en El Peri¨®dico, "con una atm¨®sfera tan inquietante como sosegada" desde su primera secuencia, en la que "en el patio de un orfanato aparece incrustada una bomba fascista que no lleg¨® a estallar".

Para el cr¨ªtico de La Vanguardia Llu¨ªs Bonet, El espinazo del diablo "es una pel¨ªcula de fantasmas donde el fantasma, cruento y definitivo, es nuestra Guerra Civil; su microcosmos viene representado por un internado en el que rojos cuidan a hijos de rojos, cuando la insurrecci¨®n militar contra la Rep¨²blica ya se anticipa como triunfadora". Para Nando Salv¨¤, "las paredes de ese orfanato resultan ser un caparaz¨®n agrietado, un microcosmos claustrof¨®bico donde se desarrolla una contienda paralela que enfrenta el amor, la mentira, la codicia, los peajes de la historia y el tormento del m¨¢s all¨¢". Federico Luppi, Marisa Paredes, Eduardo Noriega e Irene Visedo dan vida a los personajes principales de esta "inquietante y sugerente cinta sobre los miedos reales, los sugeridos y los imaginados".

Luna de Avellaneda completa la trilog¨ªa de Juan Jos¨¦ Campanella sobre la clase media argentina, como se?al¨® Mirito Torreiro en EL PA?S: "Si El mismo amor, la misma lluvia hablaba de un individuo, y El hijo de la novia se centraba en una familia para mejor contar lo que ocurr¨ªa en la calle, en Luna de Avellaneda el prisma se ampl¨ªa hasta situarse en una comunidad, aunque los problemas siguen siendo los mismos: c¨®mo hacer para llegar a fin de mes, de qu¨¦ manera vivir las pulsiones inherentes al deseo (el amor, la p¨¦rdida), c¨®mo resistir a los cantos de sirena de quienes pasan por encima de todo para lograr sus fines...". Para Rodr¨ªguez Merchante en Abc, Luna de Avellaneda "tiene casi los mismos ingredientes que la inolvidable El hijo de la novia, si bien no viene como aqu¨¦lla envuelta en sorpresa; pero hay que reconocerle a Campanella lo bien que ejecuta la pirueta y lo que entretiene y emociona con ella". Llu¨ªs Bonet resumi¨® en La Vanguardia: "La historia que cuenta es hermosa y est¨¢ pre?ada de met¨¢foras y segundas intenciones. Ocurre alrededor de un club de barrio y trata de los esfuerzos por mantenerlo a flote por los hijos de los fundadores. La historia principal se desdobla en m¨²ltiples historias, en apariencia accesorias, en las que aparecen personajes en crisis, como el propio pa¨ªs, empe?ados en salvaguardar su ¨¦tica personal, sus prioridades en la vida y un imaginario sentimental encarnado en el gallego (inmenso Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez) fundador de aquel club, hoy a punto de ser embargado. Esta pel¨ªcula, con momentos magistrales (y actores en estado de gracia) retiene al espectador desde su primer fotograma, dej¨¢ndole la huella indeleble de un cine real y complejo".

El actor Ricardo Dar¨ªn fue premiado en la Semana de Cine de Valladolid, mientras Cartelera Turia consideraba Luna de Avellaneda la mejor pel¨ªcula extranjera de 2004. Los cr¨ªticos argentinos la preseleccionaron en todas las especialidades para sus premios anuales, en estrecha pugna con la otra mejor del a?o, Roma, de Adolfo Aristarain, que tambi¨¦n ser¨¢ editada en esta colecci¨®n.