La dif¨ªcil relaci¨®n de la ciudad con el teatro

Desaprovecha Madrid el teatro? Al lado del Centro Dram¨¢tico Nacional, al costado de Recoletos, hay una hamburgueser¨ªa, restaurantes, una tienda de postales antiguas, tiendas de ropa... Ni una librer¨ªa teatral, ni un caf¨¦ teatro, ni mimos. Al lado del Teatro Espa?ol, en la plaza de Santa Ana, hay gente tomando el sol, cervecer¨ªas, restaurantes; ahora, nos dec¨ªa ayer su director, Mario Gas, est¨¢n haciendo una librer¨ªa en el propio teatro. El otro d¨ªa, cuando el Centro Dram¨¢tico Nacional abri¨® en Lavapi¨¦s la Sala Valle-Incl¨¢n, hubo pancartas reclamando un centro de salud, y no un teatro. Gerardo Vera, el director del CDN (que tambi¨¦n dirige en la Valle-Incl¨¢n el montaje de Divinas palabras), nos dec¨ªa ayer que va a preocuparse de integrar el barrio en el teatro.

"La gente va a toda velocidad, mira y se marcha. As¨ª, ?c¨®mo se crear¨¢ ambiente?"

En Londres, o en Par¨ªs o en Nueva York, escenarios as¨ª est¨¢n animados por otros acontecimientos igualmente culturales. ?Aqu¨ª qu¨¦ pasa? Algunos personajes de la escena responden. Juan Echanove (que acaba de debutar como director teatral con Visitando al se?or Green, en el Bellas Artes) nos dec¨ªa que el teatro necesita una remodelaci¨®n de sus salas, para que la gente se sienta c¨®moda en ellas, y que la ciudad aprenda de Barcelona y de otras capitales, que anuncian en sus farolas las actividades teatrales. "Ser¨ªa un modo de decir que la ciudad est¨¢ viva".

"Ahora nos va bien a los que hacemos teatro", dice Echanove, "pero falla la tradici¨®n". ?sta se quebr¨®, dice Jos¨¦ Carlos Plaza (acaba de estrenar Solas, en el Alb¨¦niz, y prepara Tengamos el sexo en paz, con Charo L¨®pez); "ahora el teatro es una artesan¨ªa; la gente va a toda velocidad, mira y se marcha. As¨ª, ?c¨®mo se va a crear una relaci¨®n de la ciudad con el teatro? ?C¨®mo va a haber nada alrededor de los teatros? Y es un problema cultural". Jos¨¦ Luis G¨®mez, que dirige La Abad¨ªa (donde prepara ahora su propia representaci¨®n de Informe para una academia, de Kafka, su gran triunfo de hace 35 a?os), ve as¨ª las cosas: "Alrededor de La Abad¨ªa s¨ª se han organizado muchos negocios de hosteler¨ªa. Ahora hay nuevos espacios, como la Valle-Incl¨¢n, y hay proyectos en la periferia que quiz¨¢ pueden dar de s¨ª otra relaci¨®n de la ciudad con el teatro, que antes estaba confinado a las calles del Pr¨ªncipe, San Bernardo o Gran V¨ªa. Pero el teatro, en general, est¨¢ viviendo, clar¨ªsimamente, una nov¨ªsima vida".

Isabel Coixet (dirige 32, Charing Cross Road en el F¨ªgaro): "En Madrid est¨¢ m¨¢s vivo, pero no se puede comparar ni con Londres ni con Par¨ªs ni con Nueva York. Tampoco en la repercusi¨®n que sus actividades tienen en la ciudad. En Barcelona, el Romea est¨¢ en el Raval, y est¨¢ rodeado de caf¨¦s teatro, de librer¨ªas... En Madrid eso no ocurre. Es una carencia".

Mario Gas no considera exactas estas comparaciones. Londres cuenta con la tradici¨®n, "uno de sus atractivos es el turismo teatral. Y la tradici¨®n de Par¨ªs tambi¨¦n viene de lej¨ªsimos. Pero aqu¨ª vivimos en el entorno que tenemos; aqu¨ª tendremos una librer¨ªa, una videoteca..., pero todo tiene su tiempo".

Gas echa de menos, en la cartelera, autores que se representan en Europa, "pero aqu¨ª siguen siendo veneno para el teatro, como Beckett, Pinter o la Jelinek... Siempre se puede estar mejor".

Carlos Hip¨®lito, que lleva m¨¢s de quinientas representaciones de El m¨¦todo Gr?nholm: "Salvo en las zonas en las que se concentran los teatros, se tiene la sensaci¨®n de que, una vez que se cierra la puerta, ya no hay m¨¢s vida en las zonas. A veces pienso que tiene mucho m¨¦rito que la gente salga de casa para ir a esos p¨¢ramos en los que est¨¢n algunos teatros; nada invita a ir. Ni a quedarse. Al lado de los multicines ponen hamburgueser¨ªas; a nosotros, ni eso. Somos los parientes pobres del espect¨¢culo; a nosotros nos vienen a ver s¨®lo los creyentes, parece. ?La cartelera? S¨ª, estar¨ªa bien que fuera m¨¢s marchosa, pero no estoy de acuerdo con los que dicen que en la que tenemos haya poco riesgo: el riesgo es conmover a la gente. Eso lo hacemos".

Josep Maria Flotats, que lleva ahora La cena por toda Espa?a, habla del teatro y la cultura: "El 80% de la oferta no es cultural, y el 20% no sabe ad¨®nde va. ?Qu¨¦ actores hoy en d¨ªa se comprometen con un proyecto teatral sin exigencias de diva e incompatibilidades con sus culebrones? ?C¨®mo es posible reunir un elenco? ?En qu¨¦ locales se pueden afianzar creadores y dar continuidad a un proyecto que fidelizar¨ªa a un p¨²blico? Eso har¨ªa que el teatro incidiera en la ciudad. En claro: tener tradici¨®n. Como en Londres o Par¨ªs".

Blanca Portillo, actriz que prepara para el Espa?ol (estreno, 6 de abril) Siglo XX que est¨¢s en los cielos, del joven catal¨¢n David de Sola, tiene una visi¨®n m¨¢s optimista: "El Espa?ol ha cambiado la geograf¨ªa humana de la plaza en estos ¨²ltimos tiempos, y eso es bueno. Hay mucha vida alrededor del F¨ªgaro y el Infanta Isabel, por ejemplo. Pero la geograf¨ªa urbana de Madrid es dif¨ªcil. F¨ªjate d¨®nde est¨¢ el Centro Dram¨¢tico Nacional, alrededor no hay nada, pero ?qu¨¦ puede haber? Yo hallo vitalidad, y habr¨¢ m¨¢s movimiento; las salas alternativas son el off off, y est¨¢n funcionando".