Independencia protegida
Un hombre con discapacidad intelectual relata su vida bajo la tutela de una asociaci¨®n
Jes¨²s Mari Segurola naci¨® hace 43 a?os en la localidad guipuzcoana de Azpeitia con una discapacidad intelectual por la que precisa un apoyo ligero. Ese sost¨¦n se lo dieron durante m¨¢s de dos d¨¦cadas sus padres. No tiene hermanos. "A los 23 a?os me qued¨¦ s¨®lo, sin familia directa, y me desmadr¨¦ un poco", recuerda. Por entonces ya trabajaba en los talleres protegidos Gureak. "Dej¨¦ de ir al trabajo. No ten¨ªa ganas. Sal¨ªa por la noche de juerga y dedicaba el d¨ªa a dormir. Me v¨ª con un mont¨®n de dinero en las manos, antes me ayudaban mis padres a administrarlo, y, con la edad que ten¨ªa, no me importaba nada. Ten¨ªa muchos amigos, pero luego v¨ª que s¨®lo me quer¨ªan por inter¨¦s", detalla.
Guip¨²zcoa cuenta con dos entidades tutelares: Atzegi y la Fundaci¨®n Hurkoa
Una t¨ªa le puso entonces en contacto con Atzegi, la asociaci¨®n guipuzcoana en favor de las personas con discapacidad intelectual, que pas¨® a hacerse cargo de su tutela. "Recuper¨¦ la seguridad", afirma Segurola, quien se vio apoyado tanto en asuntos econ¨®micos como en cuestiones afectivas y de salud. Retom¨® el trabajo y entr¨® a vivir en un piso tutelado de Atzegi en Ikaztegieta, donde compart¨ªa espacio y obligaciones con otros adultos con discapacidad intelectual que no ten¨ªan familia o cuyos allegados no se hac¨ªan cargo de ellos, es decir, que estaban en situaci¨®n de desamparo. Pas¨® all¨ª 14 a?os.
Las administraciones p¨²blicas competentes -en el caso de Euskadi, las diputaciones-, definen a las personas adultas incapacitadas en situaci¨®n de desamparo como aquellas que por diversas causas (edad, discapacidad intelectual o enfermedad mental) tienen dificultades para valerse por s¨ª mismas al cien por cien y carecen de una familia que pueda hacerse cargo de su tutela. Un juez ratifica esa incapacidad y determina qu¨¦ pueden hacer por s¨ª solas y para qu¨¦ precisan la supervisi¨®n del tutor. Por ejemplo, vender o comprar propiedades.
En estos casos, las diputaciones y las fundaciones tutelares velan por los derechos e intereses de estas personas. En Guip¨²zcoa existen dos fundaciones tutelares: Atzegi, a cargo de 55 personas con discapacidad intelectual, y la Fundaci¨®n Hurkoa, responsable de 262 personas mayores o con enfermedad mental.
Segurola dej¨® el piso de Ikaztegieta para irse a vivir con su novia, Mari Carmen Gonz¨¢lez, tambi¨¦n de 43 a?os, con discapacidad intelectual y trabajadora de Gureak, aunque, en su caso, son sus hermanas las encargadas de su tutela. "Cuando conoc¨ª a Mari Carmen, hace ya 17 a?os, mi ilusi¨®n era irme a vivir con ella", destaca el hombre. Atzegi no le puso ninguna pega; al contrario, desarroll¨® una de las funciones del tutor: le protegi¨® para que pudiese vender correctamente el piso de sus padres y comprara otro en Tolosa, donde reside ahora con su pareja. Le ayud¨® tambi¨¦n a contratar a una mujer que les ayuda para realizar las tareas dom¨¦sticas.
"En mi caso, el tutelaje me ayuda, sobre todo, a administrar el dinero, a saber lo que valen las cosas en la vida", comenta Segurola. La pedagoga Itxaso Urbieta es una de las t¨¦cnicos de Atzegi que le asesora. "El apoyo es diferente seg¨²n las necesidades de cada persona. Jes¨²s Mari es bastante independiente", explica. En cualquier caso, ah¨ª est¨¢ ella para escucharle tanto a ¨¦l como su pareja si tienen "alguna preocupaci¨®n", o para acompa?arles al m¨¦dico si se les presenta alg¨²n problema de salud o para ayudarles a arreglar el papeleo de los bancos. "Soy casi como una amiga", dice Itxaso. Y como tal se acerca peri¨®dicamente a su casa "a cenar con ellos o tomar un caf¨¦". El contacto telef¨®nico es tambi¨¦n habitual.
Propuestas para todos
M¨¢s de 800 profesionales participaron entre el jueves y ayer en San Sebasti¨¢n en el primer congreso estatal sobre tutela de adultos incapacitados en situaci¨®n de desamparo, organizado por la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n Espa?ola de Fundaciones tutelares, Atzegi y Hurkoa. Durante dos d¨ªas, analizaron esta figura de protecci¨®n desde los diferentes servicios que intervienen en ella: los sociales, los sanitarios y los jur¨ªdicos.
Tras ambas jornadas de trabajo, el congreso concluy¨® con un manifiesto que constata que cada vez son m¨¢s las personas incapacitadas judicialmente o susceptibles de serlo, debido a la mayor esperanza de vida y a la cada vez m¨¢s frecuente supervivencia de los hijos discapacitados respecto de sus padres. Esta situaci¨®n se registra en un momento adem¨¢s en que el modelo familiar ha pasado de una concepci¨®n "amplia, extensa" hacia una configuraci¨®n "nuclear".
Ante esta perspectiva, los organizadores del congreso lanzaron propuestas para todos. Piden a las administraciones que destinen los recursos necesarios para garantizar que los adultos incapacitados en situaci¨®n de desamparo dispongan de los servicios tutelares que precisen. Solicitan igualmente a las fundaciones tutelares que desarrollen su labor de manera "respetuosa" con la personalidad, caracter¨ªsticas y capacidades del tutelado, "sin anularle, complement¨¢ndole s¨®lo en aquello que verdaderamente necesite".
Y reclaman a las familias que se comprometan en el desarrollo de la funci¨®n tutelar, tomando conciencia de que dicha responsabilidad "corresponde en primer t¨¦rmino a la familia y, s¨®lo con car¨¢cter estrictamente subsidiario, a las instituciones tutelares".
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