Un triste aniversario
EL MAGISTRADO JUAN DEL OLMO, titular del juzgado de la Audiencia Nacional que tiene a su cargo el sumario del 11-M, prorrog¨® esta semana -casi en v¨ªsperas del segundo aniversario del atentado- la estancia en prisi¨®n de varios detenidos y anunci¨® para el pr¨®ximo 10 de abril el procesamiento de un n¨²mero indeterminado de las 116 personas actualmente imputadas como presuntos responsables de 192 asesinatos. Las diligencias practicadas para reconstruir las circunstancias del crimen ocupan 80.000 folios parcialmente acogidos al secreto del sumario. Los errores y las insuficiencias de las pesquisas hasta ahora practicadas sobre esa compleja y ramificada investigaci¨®n podr¨¢n ser salvados a lo largo del proceso. Sin embargo, el sumario paralelo que comenzaron a instruir los portavoces del PP y algunos periodistas de oscuro historial extorsionador nada m¨¢s constituirse a mediados de 2004 la comisi¨®n parlamentaria del 11-M -clausurada por agotamiento de su mandato hace pocos meses- no quiere complementar los trabajos del juez Del Olmo, la fiscal Olga S¨¢nchez y la polic¨ªa, sino presentar una enmienda a la totalidad de las actuaciones; esa descalificaci¨®n de la tarea indagatoria realizada por la Audiencia Nacional incluye grav¨ªsimas acusaciones de prevaricaci¨®n y pruebas ama?adas.
Los resultados obtenidos por la Audiencia Nacional tras dos a?os de indagaciones judiciales sobre el atentado del 11-M no merecen cr¨¦dito a los portavoces del Partido Popular
No deja de resultar asombroso que un partido como el PP, defensor tradicional de la independencia del poder judicial y del honor de la Guardia Civil y la polic¨ªa, preste su m¨¢s entusiasta colaboraci¨®n a una campa?a difamatoria de los tribunales y los cuerpos de seguridad del Estado basada sobre un trapacero retal de rumores fantasiosos, hechos casuales, materiales intoxicadores, declaraciones exculpatorias y enredos de confidentes. El cobarde procedimiento de tirar la piedra y esconder la mano facilita siempre a los urdidores de este tipo de tramas amarillistas la ventaja de insinuar el car¨¢cter supuestamente incontestable de las insidias sin necesidad de probar las acusaciones.
La deformada reconstrucci¨®n de la historia del 11-M defendida por el PP -poco importa que los populares encargasen esa intoxicadora f¨¢bula a un medio de comunicaci¨®n o se limitasen a comprar esa averiada mercanc¨ªa period¨ªstica- niega que los verdaderos autores del crimen de Atocha fuesen los terroristas islamistas suicidados en Legan¨¦s, huidos al extranjero o encarcelados a la espera de juicio. Seg¨²n esa instrucci¨®n alternativa patrocinada por el PP (un simulacro procesal llevado a cabo sin los m¨ªnimos requisitos de imparcialidad y de garant¨ªas exigidos por la pr¨¢ctica del enjuiciamiento criminal), cabr¨ªa sostener a lo sumo que el atentado fue perpetrado materialmente por una imp¨ªa alianza de inmigrantes magreb¨ªes y delincuentes espa?oles; la preparaci¨®n y las ¨®rdenes de ejecuci¨®n del 11-M corresponder¨ªan, sin embargo, a un misterioso alto mando del que formar¨ªan parte ETA, Marruecos, la polic¨ªa espa?ola y los servicios secretos: el prop¨®sito geopol¨ªtico -nacional e internacional- de ese crimen milim¨¦tricamente planificado habr¨ªa sido la derrota del PP y el triunfo del PSOE el 14-M.
Tan insostenible delirio ofende la memoria de las v¨ªctimas al falsificar su dolorosa historia. Pero el PP necesita -como Zaplana confirm¨® hace una semana en su convenci¨®n- ese fraudulento relato para dejar indefinidamente en el aire la autor¨ªa del atentado y justificar as¨ª las mentiras electoralistas sobre la participaci¨®n de ETA fabricadas en su d¨ªa por Aznar. La fabulaci¨®n paranoica del 11-M presenta la victoria de Zapatero como la calculada consecuencia de una acci¨®n terrorista promovida o encubierta por el PSOE. Ese monumento al disparate se halla a la altura de las ¨²ltimas cimas de la escalada de crispaci¨®n guerracivilista emprendida por el PP desde hace dos a?os: mientras Rajoy se mostraba comprensivo con el pronunciamiento del general Mena del pasado enero o Fraga presentaba desde la tribuna a los sublevados del 23-F como gente de buena voluntad, un senador popular osaba comparar el caballo de Pav¨ªa y la pistola de Tejero con el tren calcinado de Atocha que habr¨ªa llevado a Zapatero al poder.
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