Comercio exterior
Hace dos semanas se publicaron los datos del comercio exterior de diciembre ¨²ltimo, con lo que ya podemos hacer un an¨¢lisis del conjunto del pasado a?o. No fue 2005 un buen a?o para el comercio exterior. El crecimiento del valor de las exportaciones de mercanc¨ªas ascendi¨® al 4,8%, pero pr¨¢cticamente todo ¨¦l se debi¨® al aumento de los precios, de tal manera que en volumen, es decir, en t¨¦rminos reales, dicho crecimiento fue de s¨®lo el 0,2%. Si tenemos en cuenta que el comercio mundial creci¨® en estos mismos t¨¦rminos entre el 6,5% y el 7%, seg¨²n las primeras estimaciones de los organismos internacionales, y que las importaciones de los pa¨ªses de la UE, a los que se dirigen casi las tres cuartas partes de las exportaciones espa?olas, aumentaron en volumen en torno al 4%, la conclusi¨®n es que los exportadores espa?oles perdieron cuota de mercado de forma notable.
Desde 2000 la exportaci¨®n viene creciendo por debajo del comercio mundial, salvo en 2001
El problema es que lo sucedido en 2005 no es un dato aislado, sino que viene siendo la t¨®nica de los ¨²ltimos a?os. Como se ve en el gr¨¢fico izquierdo, desde 2000 las exportaciones espa?olas vienen creciendo por debajo del comercio mundial, con la excepci¨®n del a?o 2001, en el que se produjo la ¨²ltima recesi¨®n internacional, y las previsiones para 2006, tanto del Gobierno como de los organismos internacionales y los analistas privados, es que vuelvan a crecer muy por debajo del 7% en que se estima crezca el comercio mundial. Lejos quedan ya los a?os en que la elasticidad de las exportaciones espa?olas respecto al crecimiento de los mercados exteriores era del orden de 1,7 (por cada punto que crec¨ªan los mercados exteriores, las exportaciones lo hac¨ªan en 1,7 puntos). Entonces Espa?a era, podemos decirlo as¨ª, un pa¨ªs emergente, con costes de producci¨®n muy inferiores a los de los pa¨ªses avanzados y cercano a los principales mercados mundiales. Ahora esas ventajas han desaparecido y otros pa¨ªses (fundamentalmente los del este de Europa y los asi¨¢ticos) nos est¨¢n comiendo el terreno. Valgan como muestra las exportaciones de autom¨®viles (la primera industria exportadora espa?ola): tomando como ¨ªndice 100 las exportaciones de 2000, este ¨ªndice se situ¨® en 91 en 2005, despu¨¦s de caer casi un 12% en este ¨²ltimo a?o.
Pero la p¨¦rdida de cuota de mercado no se produce s¨®lo en los mercados del exterior, sino en el mercado dom¨¦stico. Como se ve en el gr¨¢fico central, las importaciones cada vez abastecen mayor proporci¨®n de la demanda final total, ya que crecen muy por encima de la misma. Hay un problema de competitividad-precio, derivado del constante diferencial de inflaci¨®n respecto a nuestros competidores (desde el inicio de la UEM los precios y costes de producci¨®n han aumentado del orden de un 10% m¨¢s en Espa?a que en dicha zona). Pero hay otro problema a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de atacar en el corto plazo: el hecho de que Espa?a siga especializada en l¨ªneas de producci¨®n de media y baja tecnolog¨ªa, en las que nada tenemos que hacer frente a la feroz competencia de los pa¨ªses emergentes. Nuestro sector industrial necesita reconvertirse, modernizarse y salir a producir y a vender al exterior, y ello dif¨ªcilmente podr¨¢ hacerlo si no se llevan a cabo reformas de calado que flexibilicen el sistema productivo y si no se encara de verdad y con m¨¢s recursos la formaci¨®n de los trabajadores. Es una l¨¢stima que nuestra clase dirigente est¨¦ consumiendo sus esfuerzos en proyectos importantes pero de segundo orden y no preste la debida atenci¨®n a temas de los que depende el futuro del pa¨ªs.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.