Owen Chamberlain, f¨ªsico
Recibi¨® el Premio Nobel por su descubrimiento del antiprot¨®n
Chamberlain, cient¨ªfico pol¨ªticamente activo que, como se sabe, pidi¨® perd¨®n a los japoneses por los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki en la II Guerra Mundial, llevaba tiempo enfermo de Parkinson. Muri¨® tranquilamente en su casa de Berkeley de complicaciones propias de la enfermedad, de acuerdo con la Universidad de California en Berkeley, donde ense?¨® muchos a?os.
La investigaci¨®n de Chamberlain "abri¨® todo un nuevo campo en la f¨ªsica y ampli¨® nuestros conocimientos de la f¨ªsica de part¨ªculas", comentaba su colaborador y antiguo alumno Herbert Steiner, profesor de f¨ªsicas en la Universidad de Berkeley. "Owen Chamberlain era un ejemplo de lo mejor de Berkeley: investigador brillante con un intelecto agudo y profesor dotado y atento", afirma el rector de la universidad, Robert Birgeneau. "Es el ¨²ltimo de la generaci¨®n de nobeles de California salidos del Proyecto Manhattan y, con el ciclotr¨®n de E.O. Lawrence, cambi¨® la faz de la f¨ªsica".
Chamberlain, hijo de un destacado radi¨®logo, naci¨® el 10 de julio de 1920 en San Francisco y obtuvo el t¨ªtulo universitario en Dartmouth College en 1941. Empez¨® a preparar el doctorado en la UC Berkeley, pero sus estudios se vieron interrumpidos por el estallido de la II Guerra Mundial. En 1942 se uni¨® al Proyecto Manhattan y trabaj¨® a las ¨®rdenes de Emilio Segre, con quien m¨¢s tarde comparti¨® el Premio Nobel, estudiando los procesos de fisi¨®n de los elementos pesados.
Despu¨¦s de la guerra, retom¨® su doctorado en la Universidad de Chicago bajo la direcci¨®n del famoso investigador at¨®mico Enrico Fermi, a quien ¨¦l posteriormente denominar¨ªa "el hombre m¨¢s inteligente que jam¨¢s he conocido". Chamberlain estaba cerca cuando se realiz¨® la primera prueba de la bomba at¨®mica en Alamogordo, Nuevo M¨¦xico, en 1945. Apost¨® cinco d¨®lares a que no explotar¨ªa. Y perdi¨®.
Al acabar sus estudios, empez¨® a dar clases en la Universidad de Berkeley y a investigar el ex¨®tico mundo de las part¨ªculas subat¨®micas: electrones, protones y neutrones. Bas¨¢ndose en la teor¨ªa de Paul Dirac, que en 1930 predijo la existencia de un mundo oculto de part¨ªculas antimateria -que explosivamente dejan de existir cuando se encuentran con la materia normal-, Chamberlain empez¨® con Segre y Clyde Wiegand una serie de experimentos de dispersi¨®n de protones. El antielectr¨®n, o positr¨®n, se hab¨ªa descubierto con anterioridad. Pero muchos dudaban de que existiera la imagen especular del prot¨®n.
Lawrence compar¨® el hallazgo con el descubrimiento del electr¨®n. "Uno no puede sino preguntarse si el descubrimiento del antiprot¨®n... es igualmente un hito en el camino hacia todo un nuevo ¨¢mbito de descubrimientos en la f¨ªsica de alta energ¨ªa en d¨ªas y a?os futuros", dec¨ªa. El tiempo le dio la raz¨®n, y a medida que se iban construyendo aceleradores de part¨ªculas en todo el mundo, que permit¨ªan a los f¨ªsicos observar la estructura del ¨¢tomo hasta niveles inesperados, se descubri¨® todo un carnaval de objetos extra?os y sus equivalentes antimateria. El descubrimiento del antiprot¨®n demostr¨® que todas las part¨ªculas son gemelas. Sin embargo, sigue siendo un misterio por qu¨¦ el universo est¨¢ compuesto principalmente de materia, con pocas trazas de la antimateria.
"Lo m¨¢ximo que un cient¨ªfico puede pedir", dijo Chamberlain en 1959, en su discurso de aceptaci¨®n del Premio Nobel en Estocolmo, "es ayudar a poner algunos ladrillos en el edificio parcialmente construido que llamamos conocimiento cient¨ªfico".
El premio le aport¨® fama, algo que ¨¦l us¨® para apoyar a candidatos pol¨ªticos y causas progresistas, como el movimiento a favor de la libertad de expresi¨®n en Berkeley, en los sesenta. Firm¨® una petici¨®n al Papa a favor del derecho al aborto, abog¨® por un tratado de prohibici¨®n de las pruebas nucleares y fue director de Ploughshares Fund, una fundaci¨®n dedicada a la paz nuclear. Sin embargo, a veces mostraba sentimientos encontrados respecto a la plataforma que le hab¨ªan dado.
En Berkeley, Chamberlain era conocido como un profesor atento con sus alumnos, e insist¨ªa en que lo llamaran Owen en lugar de profesor. Sus explicaciones inusuales e invariablemente esclarecedoras sobre los fen¨®menos f¨ªsicos llegaron a ser conocidas como "chamberlainismos". Al mismo tiempo, su despacho estaba tan desordenado que no ten¨ªa espacio para estudiantes o visitas. En consecuencia, el departamento de F¨ªsica mont¨® una pizarra en el vest¨ªbulo del tercer piso, frente a su despacho, para que pudiera reunirse con sus alumnos. Chamberlain se retir¨® de la ense?anza en 1989, pero sigui¨® asistiendo a las reuniones semanales del departamento, incluida la de finales de febrero.
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