"A los simios no les interesa conversar"
De qu¨¦ versar¨ªa la conversaci¨®n entre un humano y un chimpanc¨¦ si pudiesen sentarse a charlar tranquilamente? El primat¨®logo Josep Call cuenta que cuando se realiz¨® esta prueba hace unos a?os en el Centro de Investigaci¨®n del Lenguaje de Atlanta (EE UU) con un simio que se comunicaba a trav¨¦s de un ordenador, el resultado fue decepcionante: "Se vio que a los chimpanc¨¦s no les interesa para nada conversar y s¨®lo usan el modo imperativo, para pedir zumo o comida". Como explica este investigador del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva de Leipzig (Alemania), que trabaja con una cuarentena de orangutanes, gorilas, bonobos y chimpanc¨¦s, los gestos que realizan los ni?os peque?os se diferencian precisamente de los de los grandes simios en que los ni?os no s¨®lo utilizan el modo imperativo, sino tambi¨¦n el declarativo: "Mira un cami¨®n". Call (Barcelona, 1966), ha dado una charla en CosmoCaixa de Madrid sobre c¨®mo el estudio comparativo de estos antropoides y otros animales, como perros o aves, es clave para entender la evoluci¨®n en el ser humano del lenguaje y las habilidades cognitivas de aprender, imaginar, planear...
"Los loros, los delfines o los p¨¢jaros cantores pueden producir vocalizaciones flexibles"
"El gen ego¨ªsta no parece poder explicar todos los aspectos de la conducta humana"
"Los chimpanc¨¦s son muy sociales, pero los humanos son ultrasociales"
Pregunta. ?Hasta qu¨¦ punto se puede comunicar con gestos un gran simio?
Respuesta. La comunicaci¨®n natural de sus gestos es muy flexible. Estos primates no pueden producir vocalizaciones nuevas, como los humanos o los loros, pero s¨ª gestos fuera de su repertorio. Los gestos de los simios son muy interesantes para estudiar la evoluci¨®n del lenguaje.
P. ?Puede poner un ejemplo?
R. Para pedir comida ense?an la mano abierta con la palma hacia arriba.
P. ?Y cuando un chimpanc¨¦ ense?a la palma sabe que simboliza comida o es s¨®lo un gesto adquirido?
R. Se puede pensar que simplemente ha aprendido que cuando efect¨²a este gesto le dan comida y no entiende nada m¨¢s. La forma de investigarlo es comprobar qu¨¦ pasa si se le presenta un problema nuevo. Se coloca entonces comida fuera de su alcance, de forma que tenga que usar una herramienta, como un palo, para cogerla. Se ha demostrado que, cuando esto ocurre, el antropoide no realiza el gesto de comida sino que se?ala al experimentador d¨®nde esta el instrumento para conseguirla. Es m¨¢s, tambi¨¦n es capaz de se?alar un instrumento para conseguir un nuevo instrumento que necesita para obtener comida.
P. Tambi¨¦n pueden aprender el lenguaje de los sordomudos.
R. S¨ª, y ¨¦sta es otra prueba de su capacidad de innovaci¨®n. Pues con el lenguaje de los signos pueden indicar incluso cosas que no est¨¢n presentes.
P. ?Qu¨¦ muestra esto sobre la evoluci¨®n de la inteligencia?
R. Tenemos pocos instrumentos para efectuar deducciones sobre la evoluci¨®n de la cognici¨®n humana, pues ¨¦sta no fosiliza. Por ello, uno de los m¨¦todos de investigaci¨®n m¨¢s importantes es el comparativo. Si nos fijamos en la capacidad de producir lenguaje hablado, ¨²nicamente la poseen los humanos entre los antropoides. Entonces se puede postular que posiblemente evolucion¨® despu¨¦s de que los humanos se separasen de los otros primates. Si consideramos los gestos, se usan en todos los antropoides; por lo tanto, este aspecto debi¨® de evolucionar antes de que se separasen.
P. ?C¨®mo evoluciona el lenguaje oral?
R. El lenguaje es un conglomerado de componentes que evolucionaron en distinto momento, algunos son recientes y otros muy antiguos. Existen animales diferentes a los grandes simios que tienen algunos de esos componentes. A nivel de comprensi¨®n del lenguaje, por ejemplo, hay perros que comprenden las palabras. En cambio, la producci¨®n vocal voluntaria es un componente muy nuevo, pues ning¨²n primate lo tiene, excepto los humanos.
P. ?Y los loros?
R. Los loros, los delfines o los p¨¢jaros cantores tambi¨¦n tienen capacidad para producir vocalizaciones flexibles. ?C¨®mo es posible? Pues, porque estas especies han tenido una cierta selecci¨®n que las ha conducido a producir estos programas de vocalizaci¨®n abiertos. No son los mismos que los de los humanos, pero s¨ª an¨¢logos.
P. En Alemania usted ha trabajado con un perro que conoc¨ªa 200 palabras.
R. Cuando lo conocimos sab¨ªa unas 200 palabras y ahora debe estar por las 300. Pero, lo m¨¢s interesante es c¨®mo aprende. El perro tiene unos 200 juguetes diferentes, le pones 10 en una habitaci¨®n sin que los vea y le dices: "Tr¨¢eme la pelota". El animal va a la habitaci¨®n, mira los objetos que hay y vuelve con la pelota. Ahora, le pones siete objetos que conoce y uno que no ha visto nunca. Le pides el nuevo: "La taza". Se va a la habitaci¨®n, los mira todos y, por eliminaci¨®n, vuelve con la taza. Lo m¨¢s incre¨ªble es que cuando se colocan en la habitaci¨®n s¨®lo objetos nuevos que ha aprendido de esta forma y le pedimos otra vez: "La taza". La vuelve a traer, y ya no por eliminaci¨®n.
P. ?C¨®mo aprende de forma tan r¨¢pida?
R. Este perro es un border collie y, cuando publicamos el estudio, recibimos un mont¨®n de correspondencia de gente que nos dec¨ªa que ten¨ªa uno y hac¨ªa lo mismo. Cuando preguntamos a los due?os c¨®mo empezaron a entrenarlos, lo que nos contestaron es que fueron los perros los que comenzaron. Esto quiere decir que est¨¢n tremendamente motivados para este juego. Para hacer un paralelismo con humanos, los ni?os peque?os tambi¨¦n est¨¢n extremadamente motivados para jugar a indicar o comentar cosas. Y esta motivaci¨®n de los ni?os para ciertos juegos es clave para describir las diferencias entre humanos y nuestros primos m¨¢s cercanos, los grandes simios.
P. ?Cu¨¢l es la motivaci¨®n de los ni?os?
R. La motivaci¨®n viene por ser ultrasociales. Los chimpanc¨¦s son muy sociales, pero los humanos se distinguen de otros primates en que son ultrasociales.
P. ?Explica la cooperaci¨®n la evoluci¨®n de las capacidades humanas?
R. Quiz¨¢ los antepasados de los humanos tuvieron que transformarse en una especie muy cooperativa por ciertas presiones selectivas durante los ¨²ltimos siete millones de a?os. Si se observa la especie humana, lo que m¨¢s sorprende es su nivel de cooperaci¨®n. Algunos bi¨®logos evolutivos dir¨¢n que esto no tiene nada que ver con un bien para el grupo, sino con el propio, el gen ego¨ªsta. Sin embargo, el gen ego¨ªsta no parece poder explicar todos los aspectos de la conducta humana.
P. ?Qu¨¦ me dice de las diferencias cerebrales?
R. Resulta sorprendente, pues el cerebro de los humanos y los grandes simios no es tan diferente como cabr¨ªa esperar. A veces se pone mucho ¨¦nfasis en el l¨®bulo prefrontal como la gran diferencia, pero los estudios aseguran que tampoco es tan especial y que no ha aumentado sino proporcionalmente al resto del cerebro.
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