"Tal vez tenga que inventarme una nueva vida"
Cualquier estreno de Pedro Almod¨®var (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1951) es un acontecimiento cultural y social que desborda lo meramente cinematogr¨¢fico. Con Volver, su nuevo filme, el hecho se acent¨²a puesto que, desde las primeras proyecciones privadas al preestreno mundial en Puertollano, la mayor¨ªa de sus espectadores la consideran como una de sus mejores pel¨ªculas. Con ella, el realizador vuelve a sus ra¨ªces manchegas, a su fascinaci¨®n por las mujeres y a ese g¨¦nero de comedia y drama, una especie de neorrealismo del siglo XXI, que domina a la perfecci¨®n. Si a todo ello se le a?ade la recuperaci¨®n de Carmen Maura, el reencuentro con Pen¨¦lope Cruz, Chus Lampreave, Lola Due?as y la incorporaci¨®n de Blanca Portillo y Yohana Cobo, el resultado supera con creces las expectativas.
"He vuelto adonde viv¨ª mi infancia. Para m¨ª, volver a La Mancha es volver a mi madre. La he sentido muy cerca durante todo el rodaje"
"Es una cultura basada en la muerte. Muertos y vivos conviven sin estridencias. Siempre he recordado esa falta de dramatismo"
"Pen¨¦lope es un tributo a todas esas mujeres, aut¨¦nticas fuerzas de la naturaleza, con un culo y unas tetas en las que toda la familia se apoya"
"Hay un momento, entre los 40 y los 50 a?os, en que uno se detiene", explica Pedro Almod¨®var. "Mira adelante y hacia atr¨¢s. A m¨ª, este momento me ha llegado en la cincuentena. He vuelto la mirada hacia atr¨¢s, hacia mi infancia, y hacia delante, sobre el tiempo que me queda hasta la muerte. El resultado de ambas miradas son mis dos ¨²ltimas pel¨ªculas. En las dos, de un modo u otro, evoco los primeros a?os de mi vida. Si eres narrador, la infancia es un tema muy a mano, el primero al que uno suele recurrir. A m¨ª nunca me tent¨®; es m¨¢s, lo he rehuido siempre que he podido, como narrador o como simple tema de conversaci¨®n. No me gustaba mi infancia y no ten¨ªa el menor inter¨¦s en recordarla, y mucho menos en contarla. Hasta hace tres o cuatro a?os. Resultado de esta primera visita es La mala educaci¨®n (curiosamente, al principio se llamaba Las visitas). Pero no me ha bastado. Mi ni?ez contin¨²a llamando a mi puerta como si todav¨ªa no me hubiera ense?ado el muestrario completo de recuerdos. Y de nuevo he accedido a su llamada. He vuelto a los parajes donde viv¨ª los ocho primeros a?os de mi vida: La Mancha".
"Para m¨ª, volver a La Mancha", contin¨²a, "es volver a mi madre. La he sentido muy cerca durante el rodaje. Este reencuentro tan bals¨¢mico ha supuesto una gran sorpresa, no contaba con ello. Esperaba emociones, pero no tan intensas como las que la pel¨ªcula terminada me est¨¢ provocando. Es como si hubiera destapado un pozo lleno hasta los bordes de tal cantidad de emociones que cada vez que hablo, pienso o escribo sobre la pel¨ªcula me echo a llorar como una magdalena", afirmaci¨®n que pudieron comprobar quienes vieron la estupenda entrevista que Juan Jos¨¦ Mill¨¢s realiz¨® a Almod¨®var en Canal + y en la que el director no pudo evitar las l¨¢grimas en varias ocasiones al hablar, en ese caso, de la figura de su padre.
"El pueblo manchego que yo recuerdo de los a?os cincuenta-sesenta", contin¨²a Almod¨®var, "era muy mezquino con la sensualidad y con todo aquello que estaba relacionado con los placeres del cuerpo, por eso nunca quise volver a mi pueblo en mi juventud; para m¨ª era muy importante, esencial, el placer de los sentidos. En esa escuela me form¨¦. El manchego que recuerdo de entonces, y con el que me he reencontrado ahora, no fue formado para disfrutar de la vida, sino para convivir con la muerte sin dramatismo, y esto ¨²ltimo s¨ª lo encuentro admirable. La cultura manchega (al menos la que yo recuerdo de mi pueblo, La Mancha es muy grande y supongo que muy variada) es una cultura basada en la muerte. Muertos y vivos conviven sin estridencias. Los muertos no mueren nunca y sus deudos cuidan y visitan sus tumbas como si fueran realmente las casas en las que viven. Siempre he recordado esa falta de dramatismo en los rituales que se organizan alrededor de la muerte. Y es ah¨ª donde he querido volver en mi madurez. ?sa es la vuelta m¨¢s importante de Volver".
Como en la mayor¨ªa de sus pel¨ªculas, hay una evidente fascinaci¨®n por el mundo femenino, a la vez que un tributo a su tenacidad y capacidad de lucha. Sobre ello explica el realizador: "Me cri¨¦ entre mujeres: mis dos hermanas, mayores que yo, mi madre, mis t¨ªas, las vecinas, mi abuela... El universo femenino era algo muy activo y muy barroco que se desarrollaba ante mis ojos de ni?o sin que a nadie se le ocurriera pensar que, a pesar de mi corta edad, yo ve¨ªa y o¨ªa, y que inconscientemente ya estaba tomando notas. A los hombres los recuerdo lejanos. Nunca estaban en casa, y el tiempo que no trabajaban lo pasaban en los bares. Adem¨¢s, los hombres representaban la autoridad, y yo me alej¨¦ instintivamente de ellos. Las mujeres, sin embargo, eran la vida y a la vez la ficci¨®n, el origen de la ficci¨®n. Las escuchaba contar historias alucinantes en el patio mientras cos¨ªan o hac¨ªan encaje de bolillos. Las o¨ªa cantar mientras lavaban o tend¨ªan la ropa en el r¨ªo. Mi madre, como era muy peque?o y no ten¨ªa con qui¨¦n dejarme, me llevaba con ella al r¨ªo, y aquello para m¨ª era una fiesta. Este universo de madres, hijas y vecinas protagoniza Volver. Sus relaciones y su relaci¨®n con la muerte son las bases de la trama".
?En qu¨¦ g¨¦nero cinematogr¨¢fico encajar¨ªa Volver? "Si tuvi¨¦ramos que adjudicarle un g¨¦nero, Volver hace claras referencias al neorrealismo italiano. Pen¨¦lope es un tributo a todas esas maggioratas, aut¨¦nticas fuerzas de la naturaleza, con un culo y unas tetas en las que toda la familia se apoya para sobrevivir. El g¨¦nero y las caracter¨ªsticas del personaje la sit¨²an muy cerca de ?Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto? La Raimunda de Pen¨¦lope es prima hermana de la Gloria de Carmen Maura. La diferencia es que Raimunda acarrea desde peque?a un gran problema sin resolver y eso provoca que pase de mostrar una fuerza arrolladora a convertirse en una ni?a fr¨¢gil y desamparada. Son personajes de la misma estirpe, aunque en Volver hay m¨¢s Mancha y m¨¢s muerte que en ?Qu¨¦ he hecho yo...?".
De Almod¨®var se ha dicho que era el nuevo Cukor por su especial predilecci¨®n por las actrices y los papeles femeninos. Tambi¨¦n se ha dicho que es muy exigente y que les saca todo lo que llevan dentro, y m¨¢s: "Entre las actrices que iban a interpretar a estas mujeres he tenido la suerte y la dicha de volver a contar con algunas de las que forman mi extensa familia art¨ªstica [Maura, Lampreave, Due?as, Pen¨¦lope] y tambi¨¦n ha hecho posible el encuentro con algunas nuevas con las que pienso repetir en el futuro, Blanca Portillo y Yohana Cobo. Con todas he vivido una experiencia maravillosa y ¨²nica. Volver es un espect¨¢culo de actrices. Viendo la pel¨ªcula, uno se olvida del resto, 'ellas' son lo que importa: Maura es una virtuosa de la interpretaci¨®n, posee una t¨¦cnica depurad¨ªsima, pero no se nota. Consigue que todo fluya de modo natural. Lola Due?as es una actriz llena de secretos. Muchos de los detalles que le han servido de apoyo para interpretar su papel los he descubierto ahora, leyendo sus entrevistas. Por timidez no me los hab¨ªa comentado, y yo siempre respet¨¦ su calurosa timidez. Posee el misterio y la sencillez justas para interpretar a la hermana asustadiza y un poco pusil¨¢nime de Pen¨¦lope. En Volver desarrolla una vis c¨®mica de la que probablemente ella misma se sorprenda. Por muy acostumbrados que estemos a su imagen de pin-up internacional, Pen¨¦lope Cruz va a sorprender, estoy seguro, tanto en el aspecto f¨ªsico (nunca estuvo m¨¢s arrebatadoramente guapa. Para componer su imagen tom¨¦ como referencia algunas hero¨ªnas del neorrealismo italiano, donde lo marujil no estaba re?ido con el sex appeal) como en el art¨ªstico. Pen¨¦lope muestra una versatilidad y una hondura sobrecogedoras. En todas las entrevistas me preguntan c¨®mo lo he conseguido. No se trata de ninguna soluci¨®n m¨¢gica. Es el resultado del trabajo. Con Pen¨¦lope hay que ensayar mucho, insistir una y otra vez. Ella nunca se cansa, su entrega no conoce l¨ªmites. Hemos trabajado tres meses casi todos los d¨ªas, repitiendo frases, tonos, interpretando el Volver de Estrella Morente hasta la extenuaci¨®n".
"Otra revelaci¨®n", a?ade, "al menos para m¨ª, que no voy al teatro y donde ella es una de las grandes, fue Blanca Portillo. Blanca representa a todas las vecinas que recuerdo, a todas esas mujeres que se han quedado en sus casas cuidando de sus familiares y que una vez desaparecidos se quedan en la m¨¢s absoluta soledad. La precisi¨®n y la profundidad del trabajo de Blanca me han dejado estupefacto. Posee el justo tempo cinematogr¨¢fico, algo tan dif¨ªcil y tan distinto para actrices cuyo medio habitual son las tablas. Adem¨¢s, como Carmen, posee de modo natural la capacidad para lo c¨®mico y lo dram¨¢tico, sin distinci¨®n. De la joven Yohana Cobo espero que en el futuro nos d¨¦ muchas alegr¨ªas. Due?a de una mirada taladradora, resuelve el papel m¨¢s dif¨ªcil de las cinco, est¨¢ presente en casi todas las situaciones, todas le incumben pero no le corresponde hablar. Lo suyo es escuchar y lo hace con la misma intensidad que Katharine Hepburn en Un le¨®n en invierno".
Una de las caracter¨ªsticas del cine de Almod¨®var es la de tratar temas universales pero situados en momentos concretos. El amor, la amistad, la muerte, la maternidad... en contextos sociales muy determinados. Nos habla de la pasi¨®n pero en tiempos de la llamada "movida", o de la incipiente histeria ante el terrorismo isl¨¢mico, o de la dolorosa etapa franquista. La referencia temporal de Volver es la de la telebasura.
Excesos cat¨®dicos
"Hace 22 a?os, cuando rodamos ?Qu¨¦ he hecho yo...?, nadie pod¨ªa imaginar que el futuro cat¨®dico nos deparar¨ªa semejantes excesos", explica. "La escena del programa Donde quiera que est¨¦s no es una escena par¨®dica, sino absolutamente realista. En la actualidad, es posible que un ama de casa, o una vulgar chica de barrio, se conviertan en 'colaboradoras' de programas de televisi¨®n. Este tipo de programas han pasado de ser un fen¨®meno para convertirse en un g¨¦nero televisivo, que a su vez ha creado diversos subg¨¦neros (el enfrentamiento a grito pelao es uno de los m¨¢s celebrados). Aunque tambi¨¦n se le llama 'telerrealidad', la realidad es lo ¨²nico que no interesa. Son programas de televisi¨®n cuyo tema es la revisi¨®n de s¨ª mismos, pura endogamia. La realidad no aparece por ning¨²n lado, parecen hechos en una burbuja ajenos al tiempo y al espacio. No necesitan de estrellas porque los propios programas crean sus propias estrellas, que despu¨¦s pasar¨¢n a otros programas subsidiarios para seguir gritando y as¨ª hasta el infinito. Hace tiempo que dejaron de interesarme, pero me gustar¨ªa saber, por ejemplo, qu¨¦ opinan las asociaciones de psic¨®logos de los comit¨¦s de psic¨®logos que se encargan de seleccionar a los reclusos, por ejemplo, de cualquier Gran Hermano. Si hay un c¨®digo deontol¨®gico en esa profesi¨®n, me imagino que estar¨¢ ferozmente en contra de estos experimentos. O tal vez me equivoque. En otra ¨¦poca me habr¨ªan hecho mucha gracia (la subcultura popular siempre me interes¨®), habr¨ªa sabido sacarles punta e inspirado cantidad de parodias, pero soy incapaz de tom¨¢rmelos con sentido del humor. Es una pena".
La entrevista acaba de forma obligada sobre el futuro inmediato, el despu¨¦s de Volver. "Estoy deseando hincarle el diente a dos guiones que tengo casi terminados. Pero antes tengo que inaugurar mi 'exposici¨®n universal' en la nueva Filmoteca de Par¨ªs, el d¨ªa 5 de abril. Ser¨¢ un repaso exhaustivo a mi vida y pel¨ªculas. Tengo la impresi¨®n de que a partir del 5 mi vida ser¨¢ un mont¨®n de im¨¢genes, textos, pel¨ªculas y aventuras personales, todas ellas catalogadas y expuestas para que la gente pueda verlas. Es el fin de algo. Tal vez ahora tenga que inventarme una nueva vida y algo nuevo que hacer para seguir viviendo".
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