1989, secuestro en el Poder Judicial
El incidente de ayer en el Tribunal Supremo trajo a la memoria de los magistrados m¨¢s veteranos otro suceso muy similar, acontecido en 1989 en el Consejo General del Poder Judicial, y que consigui¨® resolverse gracias a la decisiva intervenci¨®n de la actual vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega.
En aquella ocasi¨®n, un comandante del Ej¨¦rcito se present¨®, el 20 de octubre de 1989, en la antigua sede del Consejo del Poder Judicial, en el Paseo de La Habana de Madrid. El militar pidi¨® ver al presidente del organismo, a la saz¨®n Antonio Hern¨¢ndez Gil, y los guardias civiles, al ver su carn¨¦ militar, le franquearon la entrada. Ya en el interior del edificio se dirigi¨® a la planta de Presidencia, donde se encontraba reunida la Comisi¨®n Permanente, integrada por el vicepresidente, Manuel Peris, y los vocales Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez Zato, Pablo Beltr¨¢n de Heredia, Pablo Garc¨ªa Manzano y Roberto Garc¨ªa-Calvo. Estaban tambi¨¦n presentes el secretario general, un facultativo y la letrada Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, que ejerc¨ªa de jefa de personal del organismo.
El comandante expres¨® su deseo de entrar en la reuni¨®n y cuando una funcionaria intent¨® imped¨ªrselo, sac¨® una pistola y cruz¨® la puerta. El militar enca?on¨® a los presentes y comenz¨® a pedirles cuentas por el archivo de una denuncia que hab¨ªa presentado en el Consejo contra un juez que llevaba un pleito civil en el que el comandante era parte interesada.
El intruso permaneci¨® durante un cuarto de hora enca?onando a los vocales, hasta que la situaci¨®n se fue distendiendo. Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega le pidi¨® que le dejara ir a buscar su expediente, a lo que el militar accedi¨®. Junto a ella sali¨® el vocal Garc¨ªa Calvo. Como imaginaba la hoy vicepresidenta, tras la puerta se encontraban el comisario de polic¨ªa y varios guardias civiles alertados por la secretaria, que consiguieron reducir al militar. Al llegar al juzgado se percataron de que el comandante llevaba tambi¨¦n seis granadas de mano.
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