El ex dictador serbio recibe sepultura hoy en su ciudad natal
Una fila, m¨¢s larga y m¨¢s ordenada que la v¨ªspera, esperaba ayer ante el Museo de la Revoluci¨®n de Belgrado para homenajear a Slobodan Milosevic en su capilla ardiente, casi una semana despu¨¦s de su muerte. Tras varios d¨ªas de elucubraciones, ayer, un d¨ªa antes del entierro -previsto para hoy en su ciudad natal, Pozarevac-, Milorad Vucelic, el vicepresidente de la formaci¨®n de Milosevic, el Partido Socialista de Serbia (SPS), confirm¨® que la familia directa del ex presidente no asistir¨¢ al sepelio.
Ni su hijo Marko, de 33 a?os, que fue a recoger el cuerpo a Holanda pero no acompa?¨® el f¨¦retro hasta Belgrado, ni su hija Mar¨ªa, de 39 a?os, que vive en Montenegro y tiene pendiente un juicio en Serbia por su actuaci¨®n durante el arresto de su padre en abril de 2001 -est¨¢ acusada de disparar contra la polic¨ªa- hab¨ªan aclarado si asistir¨ªan. Pero el gran misterio estaba en la presencia de la viuda, Mira Markovic, compa?era de Milosevic desde el instituto y del que no se separ¨® hasta su ingreso en prisi¨®n.
Pese a que la justicia serbia ha retirado una orden de captura que tiene pendiente por tr¨¢fico de influencias, si acudiese a Serbia tendr¨ªa que entregar su pasaporte y ser interrogada por la polic¨ªa sobre un asunto mucho m¨¢s grave: el asesinato del ex presidente de Serbia Ivan Stambolic.
"Debido a las declaraciones contradictorias de las autoridades en cuanto a la seguridad de la familia de Slobodan Milosevic y especialmente por las amenazas y chantajes dirigidos a su viuda, a la familia en realidad se le imposibilita la llegada al funeral", declar¨® Vucelic a la televisi¨®n estatal serbia, informa Efe.
Indiferencia en Belgrado
Aunque la fila de nost¨¢lgicos del ex presidente alcanzaba anoche casi un kil¨®metro de largo, Belgrado segu¨ªa indiferente a las exequias. Mientras la oposici¨®n trataba de convocar una concentraci¨®n anti-Milosevic con mensajes SMS, los acontecimientos de la semana segu¨ªan siendo un concierto de Lou Reed, el pasado mi¨¦rcoles, y la inauguraci¨®n, ayer, de la primera tienda de Zara en Belgrado.
La guerra de las esquelas estaba en boca de muchos ciudadanos. Entre las publicadas por sus seguidores, se col¨® una, con la foto de Milosevic, en la que se le¨ªa: "Gracias por todos los enga?os y robos, por cada gota de sangre que tuvieron que derramar cientos de miles de personas, por el miedo, por las generaciones perdidas, por los sue?os que no hemos realizado, por los horrores y guerras que, t¨², sin preguntarnos, lanzaste en nuestro nombre. Nos acordaremos siempre de Vukovar, Dubrovnik, Knin, Krajina, Sarajevo, Srebrenica, Kosovo... Nos acordaremos de nuestras vidas arruinadas". La firman "ciudadanos de Serbia".
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