Caminos a la desnudez rom¨¢nica
La riqueza art¨ªstica del norte palentino traza un sutil viaje en el tiempo
Por mucho que las administraciones se esfuercen con planes de desarrollo y promoci¨®n tur¨ªstica, parece improbable que la zona del rom¨¢nico norte palentino se masifique. Aunque se trata de una de las comarcas m¨¢s hermosas de Espa?a, con una densidad monumental infrecuente, en realidad ofrece poco de lo que convencionalmente se considera como "atractivo tur¨ªstico". M¨¢s bien exige una actitud, una sensibilidad y un inter¨¦s especiales, y dif¨ªcilmente compite en los paquetes de turoperadores con las playas sure?as, el sol levantino o la monumentalidad urbana de otras regiones.
Por el contrario, el paisaje palentino es de una belleza dif¨ªcil, no apta para todos los gustos. No invita a ser fotografiado; nadie podr¨ªa seleccionar una postal de un entorno cuyo atractivo es total, no puede ser fragmentado. Nos conmueve sin que podamos vincular ese sentimiento a una caracter¨ªstica rese?able. Por su parte, la propia arquitectura y monumentalidad rom¨¢nicas incumplen lo que entiende por medieval quien ha educado su gusto art¨ªstico con el kitsch cinematogr¨¢fico (castillos con foso, ciudades amuralladas, catedrales con vidrieras). Y, por ¨²ltimo, el car¨¢cter local disuade a quienes exigen ciertos extras: es dif¨ªcil comer a deshoras, los bares cierran temprano y la nuit castellana no es precisamente salvaje.
Los pueblos permanecen en una inmovilidad ¨¢crona, que perpet¨²a una organizaci¨®n rural no muy alejada de la forma en que fueron repobladas estas tierras desde finales del siglo IX. Peque?os, sencillos, despoblados, con gentes que viven del campo, de los cultivos de secano que resisten el rigor de las parameras, y que parecen despreocupados del potencial tur¨ªstico. Las iglesias rom¨¢nicas que pasman a los estudiosos siguen funcionando como templos locales, y s¨®lo en algunos casos tienen horarios de visita como monumento -y siempre en temporada alta-, por lo que para visitarlos hay que acomodarse al horario de culto, o pedir la llave a alguna vecina encargada. Habituados a edificios sacros con taquilla en la entrada, colas de visitantes y capillas iluminadas con monedas, el rom¨¢nico norte permite una experiencia inolvidable: la posibilidad de visitar en completa soledad una iglesia de diez siglos; permanecer en su interior en absoluto silencio.
Itinerarios y desv¨ªos
La zona que recorre el Pisuerga, y que transita del yermo mesetario a la monta?a c¨¢ntabra, ofrece tantas rutas como carreteras y caminos tiene. Por supuesto es obligado visitar los monumentos m¨¢s conocidos y destacados en gu¨ªas e itinerarios se?alizados: Olleros de Pisuerga con su iglesia rupestre, Santa Mar¨ªa de Mave, el monasterio de San Andr¨¦s de Arroyo o las construcciones de Aguilar de Campoo. Pero al margen de los trayectos principales, las posibilidades son enormes. Basta detenerse en cualquier pueblo, o tomar al azar una carretera o pista monta?osa, para descubrir una iglesia, una ermita, un claustro derruido. Desde la carretera se adivina a cada poco un valle en el que despunta un campanario o la habitual espada?a como reclamo.
Visitar la zona necesita de una especial relaci¨®n con el paisaje. ?ste, pese a su enga?osa monoton¨ªa, es cambiante, hasta contradictorio. En pocos kil¨®metros pasamos de las extensiones deforestadas y plomizas pr¨®ximas a la meseta, a los altos valles ya inmediatos a la cordillera cant¨¢brica, con tupidos robledales y hayedos. La ¨¦poca del a?o condicionar¨¢ nuestra impresi¨®n. La austeridad del paisaje y de las construcciones parecen pedir d¨ªas nublados, fr¨ªos, ventosos. Una ermita como la de Santa Cecilia no tolera ser visitada bajo un sol de agosto, con playeras y bermudas.
Aunque la consigna principal sea el rom¨¢nico, las edificaciones religiosas de los siglos XI y XII, no todo es rom¨¢nico en Palencia, o al menos no el rom¨¢nico can¨®nico habitual. Dejando a un lado la propia singularidad de una arquitectura que s¨®lo se desarroll¨® en la mitad norte peninsular -por limitarse a territorios establemente repoblados-, hay numerosos edificios que ya en el siglo XIII miran al g¨®tico y siguen enriqueci¨¦ndose con a?adidos posteriores, y que no por ello desmerecen.
Ya que cualquier desv¨ªo desde la carretera principal promete una visita interesante, proponemos uno que parte desde Salinas de Pisuerga, en la carretera que une Cervera y Aguilar de Campoo. En el propio Salinas, aparte del atractivo de sus casas con puertas se?oriales, la iglesia de San Pelayo no deja de ser interesante pese a su construcci¨®n g¨®tica con a?adidos renacentistas. Desde Salinas, tras cruzar un peque?o puente de piedra, parte una estrecha carretera que rodea el embalse de Aguilar. En s¨®lo nueve kil¨®metros encontramos un pu?ado de edificios que en algunos casos no aparecen ni mencionados en las rutas oficiales, y que merecen una ma?ana.
El primer pueblo es Barrio de Santa Mar¨ªa, con una hermosa muestra de transici¨®n de estilos: la parroquia de la Asunci¨®n, que conserva un ¨¢bside rom¨¢nico junto a elementos renacentistas. A pocos metros de Barrio de Santa Mar¨ªa, un camino nos desv¨ªa de la carretera hacia la ermita de Santa Eulalia, sobre un cerro. Una de las m¨¢s impresionantes piezas del rom¨¢nico pleno: recogida y sobria, sencilla, peque?a, de muros cerrados sin vanos apenas, y unos fascinantes capiteles con escenas b¨ªblicas y bestias medievales.
Piedra rojiza
Siguiendo la carretera alcanzamos Barrio de San Pedro. La iglesia g¨®tica de San Andr¨¦s tiene el a?adido de un m¨ªnimo claustro medio derruido, en la caracter¨ªstica piedra rojiza con que est¨¢n construidos muchos de estos templos. La carretera a¨²n propone otros desv¨ªos por caminos menos transitables, antes de llegar a Vallespinoso de Aguilar, ya en la v¨ªa que vuelve hacia Aguilar de Campoo.
A las afueras de Vallespinoso aparece la ermita de Santa Cecilia, uno de los exponentes m¨¢s significativos del rom¨¢nico palentino. Sobre un roquedo, su piedra gris y la dureza de su construcci¨®n la convierten en prolongaci¨®n de la roca. Aparenta una peque?a fortaleza, con un torre¨®n cil¨ªndrico cerrado que refuerza su car¨¢cter defensivo, propio de su situaci¨®n durante la Reconquista. Las arquivoltas ligeramente apuntadas de su portada se apoyan sobre capiteles historiados de gran riqueza, de temas b¨ªblicos cuya finalidad no era ornamental, sino de adoctrinamiento; de ah¨ª su est¨¦tica expresionista. En el interior, al que accederemos pagando un euro a la vecina que guarda las llaves, sorprende la esbeltez y luminosidad de lo que desde fuera se muestra como un edificio herm¨¦tico. Su ¨¢bside resisti¨® un derrumbe parcial, y salv¨® sus bellos capiteles con quimeras y otras bestias.
De vuelta a la carretera, nuevos desv¨ªos nos reclaman futuras visitas.
Isaac Rosa (Sevilla, 1974) es autor de la novela El vano ayer (Seix Barral)
GU?A PR?CTICA
Comer y dormir- Posada del Monasterio de Santa Mar¨ªa la Real (979 12 20 00; www.posadasantamarialareal.com). Carretera de Cervera, s/n. Aguilar de Campoo. La doble, 67,75 euros. Men¨², 12 euros.El monasterio permanece cerrado por reformas hasta mayo.- Hotel Valent¨ªn (979 12 21 25; www.hotelvalentin.com). Avenida de Ronda, 23. Aguilar de Campoo. La doble, 44 euros. Men¨², 10 euros.- Monasterio de San Andr¨¦s de Arroyo (979 14 20 03).Plaza individual en las casas de acogida, 12 euros. Abierto desde el 16 de abril. Visitas al monasterio en esta ¨¦poca, ma?anas 10.00 a13.00, y tardes, 15.00 a17.45.- El Convento (979 12 36 11; www.hosteriaelconvento.com). Santa Mar¨ªa de Mave. Habitaci¨®n, 60,20 euros. Men¨², 12 euros.Informaci¨®n- www.turismocastillaleon.com.- www.palenciaenmarcha.com.
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