El sector p¨²blico y el impulso a la I+D+i
El autor hace una ferviente defensa de la intervenci¨®n del sector p¨²blico en las pol¨ªticas de investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n.
A rengl¨®n seguido de la victoria electoral de marzo de 2004, el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero consagr¨® el aumento de la productividad como principal objetivo de la pol¨ªtica econ¨®mica. La pobre evoluci¨®n de la productividad, determinante esencial del crecimiento econ¨®mico per c¨¢pita a largo plazo, ha constituido el tal¨®n de Aquiles de la econom¨ªa espa?ola en la ¨²ltima d¨¦cada. Aunque es indudable que la variable mencionada depende de multitud de factores, entre ellos el funcionamiento de los mercados de trabajo y de capitales o la calidad del sistema educativo, no es menos cierto que la escu¨¢lida inversi¨®n de nuestro pa¨ªs en actividades de investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i) explica una parte significativa del problema. En t¨¦rminos relativos, el siguiente dato es suficientemente elocuente: el gasto en I+D de la econom¨ªa espa?ola en 2004 represent¨® un 1,07% del PIB, poco m¨¢s de la mitad del promedio de la UE.
Las situaciones en las que es deseable la intervenci¨®n p¨²blica son claramente acotadas
Con el fin de paliar este d¨¦ficit y espolear el incremento de la productividad de la mano de la inversi¨®n en innovaci¨®n, el presidente del Gobierno asumi¨® el compromiso de elevar al menos un 25% anual las partidas de gasto de I+D+i civil consignadas en los Presupuestos del Estado y present¨® antes del pasado verano una panoplia de nuevas iniciativas bajo la denominaci¨®n de Plan Ingenio 2010. Desde una perspectiva econ¨®mica ortodoxa y moderna, las situaciones en las cuales es deseable la intervenci¨®n p¨²blica, como consecuencia de la asignaci¨®n ineficiente de recursos con arreglo a criterios de libre mercado, son claramente acotadas. Por esta raz¨®n, y por el importante esfuerzo presupuestario, considero necesario exponer cu¨¢les son los motivos que justifican la actividad del sector p¨²blico como impulsor de la I+D+i. Me referir¨¦ exclusivamente a la I+D+i de car¨¢cter empresarial.
En primer lugar, el elevado grado tanto de complejidad t¨¦cnica como de cualificaci¨®n de los recursos humanos como el no despreciable volumen de recursos financieros inherentes a los proyectos de innovaci¨®n impide a un gran n¨²mero de compa?¨ªas, particularmente si son peque?as y medianas empresas (pyme), plantearse este tipo de inversiones sin poner en peligro el equilibrio de su balance contable y de su cuenta de resultados. En t¨¦rminos agregados, la incidencia de estas "barreras invisibles" es singularmente importante en un econom¨ªa como la espa?ola, cuyo tejido productivo est¨¢ configurado, en una elevada proporci¨®n, por pyme.
En segundo t¨¦rmino, el riesgo asociado a la I+D+i es, por razones obvias, en promedio, mucho mayor que el de opciones alternativas de inversi¨®n. Ello ser¨ªa irrelevante si no fuera porque las relaciones entre los empresarios innovadores interesados en captar fondos y los potenciales financiadores (entidades financieras, por ejemplo) est¨¢n, en la pr¨¢ctica, contaminadas por asimetr¨ªas de informaci¨®n, en el sentido de que los segundos enfrentan serias dificultades a la hora de evaluar con garant¨ªas, a un coste razonable, las posibilidades de ¨¦xito de un determinado proyecto de I+D+i. Esta ausencia de "informaci¨®n perfecta" desemboca, en ¨²ltima instancia, en un precio del endeudamiento (v.g., tipo de inter¨¦s) superior al ¨®ptimo desde un punto de vista de eficiencia y, por supuesto, muy por encima del de otra clase de inversiones.
Por ¨²ltimo, el fruto m¨¢s codiciado generado por los proyectos de I+D+i es el conocimiento que contribuye a aumentar la capacidad competitiva de una compa?¨ªa. El conocimiento es algo parecido a la arena de la playa que se escurre entre los dedos, en la medida en que es verdaderamente infrecuente que un empresario consiga retenerlo por completo y evite, de esta manera, que sus clientes, proveedores y, sobre todo, rivales se beneficien parcialmente de los resultados de su innovaci¨®n. Algunos estudios emp¨ªricos estiman que el beneficio del conjunto de estos agentes externos alcanza casi un 50% del obtenido por el emprendedor; y es, precisamente, esta imposibilidad de apropiaci¨®n total del conocimiento el fen¨®meno que desincentiva a algunas empresas a abordar inversiones en I+D+i y que, en t¨¦rminos agregados, ocasiona que el n¨²mero total de proyectos innovadores sea inferior al ¨®ptimo social.
Hasta aqu¨ª se han se?alado tres rasgos fuertemente idiosincr¨¢sicos de las inversiones en I+D+i que, dejando a un lado las consideraciones acerca de la preocupante evoluci¨®n de la productividad espa?ola, aconsejan la instrumentaci¨®n de medidas p¨²blicas orientadas a corregir los efectos de las imperfecciones microecon¨®micas mencionadas. En el caso de Espa?a, algunos ejemplos de acciones del Gobierno son la regulaci¨®n de la propiedad intelectual por el registro de patentes, las desgravaciones fiscales por actividades de I+D+i en el Impuesto de Sociedades, as¨ª como los cr¨¦ditos blandos y las subvenciones que Industria concede, a trav¨¦s del Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico Industrial (CDTI), a proyectos empresariales innovadores.
Maurici Lucena Betriu es director general del CDTI.
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