Los observadores internacionales denuncian fraude electoral en Bielorrusia
La oposici¨®n vuelve a las calles de Minsk para exigir una repetici¨®n de los comicios
Las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Bielorrusia no cumplen los requisitos de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) para ser consideradas democr¨¢ticas, se afirma en el comunicado de la misi¨®n de observadores de esta organizaci¨®n difundido ayer en Minsk. Alexandr Lukashenko, por su parte, se atribuy¨® el triunfo con un 82,6% de los votos emitidos en unos comicios que han contado con la participaci¨®n de m¨¢s del 92% del electorado. El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, se apresur¨® a felicitar a Lukashenko por su triunfo en las urnas.
Sus principales oponentes, Alexandr Milinkevich, Sergu¨¦i Gaydukevich y Alexandr Kozulin, obtuvieron, respectivamente, el 6%, el 3,6% y el 2,3% de los votos, seg¨²n anunci¨® Lidia Yerm¨®shina, la presidenta de la Comisi¨®n Electoral Central. Esta funcionaria precis¨® que 5,4 millones de votantes, de los 6,6 millones que participaron, dieron su confianza a Lukashenko y que esto supon¨ªa 800.000 votos m¨¢s que en 2001, la ¨²ltima vez en que fue elegido. Yerm¨®shina se?al¨® que las elecciones discurrieron con normalidad y que no se hab¨ªa registrado "ni una queja".
Por la noche, en la plaza de Octubre, Milinkevich y Kozulin volvieron a dirigirse a los manifestantes, que de nuevo desafiaban al fr¨ªo, pero que esta vez eran bastantes menos que el domingo. Ante cerca de 4.000 o 5.000 personas, los l¨ªderes de la oposici¨®n afirmaron que las elecciones est¨¢n falsificadas y que se ha producido un "golpe de Estado" dirigido por un "presidente ileg¨ªtimo". En una resoluci¨®n aprobada por los manifestantes se pide que se celebren nuevos comicios el 16 de julio y que se formen comisiones electorales con representantes de partidos pol¨ªticos.
Un intento de montar un campamento en la plaza de Octubre, inspirado en la revoluci¨®n naranja de Ucrania, se vio atajado por la polic¨ªa, que con gran celeridad se llev¨® las tres tiendas de campa?a que unos adolescentes pretend¨ªan montar, en parte sobre el hielo que cubre el pavimento. Hubo zarandeos, pero al parecer no se produjeron detenidos. Entre quienes se manifiestan en Minsk hay j¨®venes de provincias que para llegar a la capital han burlado numerosos controles en trenes y carreteras.
"Lo primero que quiero decirles es que la revoluci¨®n, de la que tanto hablaron y que tanto prepararon, ha fracasado y no pod¨ªa ser de otro modo", dijo, a modo de introducci¨®n, Lukashenko en una multitudinaria rueda de prensa en la que los periodistas se mezclaban con sus seguidores. Estos ¨²ltimos aplaud¨ªan a rabiar cuando Lukashenko se ensa?aba con los corresponsales internacionales. El presidente atribuy¨® su victoria a su propia pol¨ªtica de estabilidad y al rechazo por parte de sus compatriotas de las injerencias del exterior. "El virus de las revoluciones de colores contagia a los pa¨ªses d¨¦biles", se?al¨®. "Bielorrusia tiene una gran inmunidad".
En sus conclusiones preliminares, la misi¨®n de observadores de la OSCE incluye una lista de "deficiencias", entre las que figura la declaraci¨®n del KGB de Bielorrusia (los servicios de seguridad), que asociaban a los grupos de oposici¨®n con el terrorismo, as¨ª como las restricciones arbitrarias a las campa?as de los candidatos de la oposici¨®n, la propaganda de los medios estatales a favor del presidente, la obstrucci¨®n al trabajo de la prensa independiente, la presi¨®n sobre el electorado y la exclusi¨®n de representantes de la oposici¨®n en el proceso electoral.
Milinkevich, un hombre que inspira confianza
Alexandr Milinkevich, de 58 a?os, el principal oponente del l¨ªder bielorruso, Alexandr Lukashenko, causa una buena impresi¨®n inicial. Este f¨ªsico aficionado a la historia, que hizo su tesis doctoral sobre el l¨¢ser, es un hombre que inspira confianza. Encarna un proyecto de renacimiento de su pa¨ªs y quiere recuperar el bielorruso, que es tambi¨¦n su lengua materna y que ha sufrido una gran involuci¨®n en tiempos de Lukashenko.
Habiendo sido vicealcalde en Grodno, Milinkevich no quiere ni puede volver a aquella esa ciudad donde se dedic¨® a restaurar vetustas torres. Ser l¨ªder de la oposici¨®n le obliga a permanecer en Minsk. La tarea est¨¢ llena de peligros. Muertos est¨¢n otros pol¨ªticos que pudieron haberla asumido. Milinkevich dice "estar preparado moralmente" para lo que pueda venir.
Algunos le reprochan cierta dificultad para tomar decisiones r¨¢pidas, lo que se habr¨ªa evidenciado el domingo por la noche a la hora de optar por mantener a los manifestantes en la calle o hacer una protesta discontinua con el riesgo de que ¨¦sta decepcione a sus participantes. Si se compara con Y¨²shenko, a Milinkevich le falta su Yulia Timoshenko, motor de la revoluci¨®n en Ucrania.
Con distintas becas, Milinkevich ha estudiado en EE UU, Francia y otros pa¨ªses europeos. Habla franc¨¦s, ingl¨¦s, polaco, adem¨¢s de ruso y bielorruso.
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