La Corte Internacional abre su primer proceso por cr¨ªmenes de guerra

Thomas Lubanga, antiguo jefe guerrillero al mando de la denominada Uni¨®n de Patriotas Congole?os de la regi¨®n de Ituri, al este de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (Congo Kinshasa), compareci¨® ayer ante la Corte Penal Internacional (CPI) acusado de cr¨ªmenes de guerra por reclutar ni?os soldado. El suyo ser¨¢ el primer juicio celebrado por la CPI, con sede en La Haya, y establecida en el a?o 2002 con car¨¢cter permanente para juzgar los casos de genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Lubanga est¨¢ tambi¨¦n acusado de haber ordenado, en 2005, el asesinato de nueve cascos azules.

"Esta clase de tribunal ha sido un sue?o durante 100 a?os. Ahora empieza a hacerse realidad", dijo ayer el fiscal jefe de la CPI, el jurista argentino Luis Moreno Ocampo. El hecho de que se tratara de la primera audiencia de un proceso todav¨ªa sin fecha formal de apertura, no rest¨® relevancia a la sesi¨®n. Entregado durante el pasado fin de semana por las autoridades congole?as, Lubanga compareci¨® asistido por un abogado de oficio, en tanto hasta que elija a su propio letrado. En cuanto lo tenga, podr¨¢ escuchar los cargos que se le imputan: reclutar a la fuerza a menores de 15 a?os; alistarlos en grupos armados y obligarles a luchar. La imagen de ni?os portando fusiles Kal¨¢shnikov y protegiendo a su l¨ªder es una de las m¨¢s turbadoras del conflicto congole?o. Tambi¨¦n le gustaba rodearse de guardaespaldas femeninos y celebrar sus triunfos armados con grandes fiestas.

Entre 1998 y 2003, Lubanga se habr¨ªa lucrado comerciando en oro, diamantes, armas y madera a la sombra de la guerra desatada al este de Congo. Hace cuatro a?os, su Uni¨®n de Patriotas, de la etnia hema, aprovech¨® los conflictos ¨¦tnicos con sus rivales lendus para intentar dominar el negocio del oro de Ituri. Para ello se dej¨® ayudar por Ruanda y por Uganda, ambos interesados en ejercer su control en dicha regi¨®n. Seg¨²n las organizaciones humanitarias destacadas en Ituri, estas luchas han dejado un rastro mort¨ªfero. Desde 1999, al menos 50.000 personas fueron asesinadas. Las violaciones de mujeres se produjeron tambi¨¦n de forma sistem¨¢tica. Se calcula que unos 600.000 civiles tuvieron que huir de sus hogares. Cuando los cascos azules llegaron hace tres a?os a la regi¨®n, Lubanga se instal¨® en la capital congole?a, Kinshasa, donde trat¨® de convertir su guerrilla en una fuerza pol¨ªtica.