El genio, a su aire

Se trataba de John Scofield tocando la m¨²sica del genio Ray Charles, lo que ya ha hecho el guitarrista en su disco m¨¢s reciente intitulado That's what I say, y de ah¨ª esta gira de presentaci¨®n por tierra espa?ola. Se trataba, tambi¨¦n, de cumplir con el sano prop¨®sito de sacar a los m¨²sicos de jazz de las catacumbas en las que habitan y plantarles ante p¨²blicos biso?os, en lugares distintos a los habituales. Bien puede decirse que ambos objetivos se cumplieron.

El p¨²blico, el jazz¨ªstico y el no jazz¨ªstico, fue a escuchar a Scofield -y al telonero, el tambi¨¦n guitarrista Pedro Andrea, m¨²sico de t¨¦cnica muy particular- a un lugar sin ninguna tradici¨®n jazz¨ªstica -la madrile?a sala Heineken-; y el guitarrista respondi¨® a lo que se esperaba de ¨¦l, tray¨¦ndose a un grupo cumplidito de currantes para acompa?arle, entre verdaderos m¨²sicos de jazz (Versace) y sesioneros multifunci¨®n de amplio curr¨ªculo; tambi¨¦n se trajo a un cantante que a muchos les pareci¨® la viva encarnaci¨®n del homenajeado, y acaso lo fuera.

La cosa fue, jazz¨ªsticamente hablando, de m¨¢s a menos. Primero vinieron las largas parrafadas a pecho descubierto y el desconcierto en las primeras filas; luego, las interpretaciones ajustadas a la letra m¨¢s del gusto de la mayor¨ªa. Y, entre medias, un h¨ªbrido que no era jazz ni pop sino todo lo contrario.

Mezcla

Un Ray Charles, a su aire, el de Scofield. Como suele ocurrir en estos casos, la mezcla no gust¨® a los doctores del jazz presentes en la sala y s¨ª a la mayor¨ªa rockera. Ya se sabe que no hay p¨²blico m¨¢s agradecido: poco es lo que pide y mucho es lo que ofrece a cambio.

En realidad, bast¨® con que la banda interpretara los cl¨¢sicos del homenajeado -Georgia on my mind, What'd I say, Unchain my Heart...- para que el personal saliera a la calle tan feliz como si hubieran escuchado al mism¨ªsimo rey del soul en persona. S¨®lo faltaron los mecheros.