Democracia rural y planes urban¨ªsticos
Los autores hablan de los planes urban¨ªsticos de Rascafr¨ªa, cuya riqueza va a estar en la explotaci¨®n de sus recursos tur¨ªsticos, administrados desde la conservaci¨®n de los bienes naturales.
Se ha escrito mucho sobre la descentralizaci¨®n del Estado de las Autonom¨ªas y las ventajas de la aproximaci¨®n de las diversas Administraciones a los problemas reales de los ciudadanos y a su soluci¨®n. ?Es esto as¨ª en la realidad?
Por supuesto que se dan las bases para ello. Lo estamos viviendo desde el principio del sistema democr¨¢tico en los ambientes rurales: hay instrumentos concretos para la profundizaci¨®n diaria de la democracia, la soluci¨®n de los problemas y el progreso en la calidad de vida de los ciudadanos.
Los abajo firmantes hemos sido testigos de excepci¨®n, y protagonistas, como responsables de la Administraci¨®n Local, en pasadas legislaturas del periodo democr¨¢tico, y hemos trabajado por impulsar esa "aproximaci¨®n", aunque en alguna ocasi¨®n no lo hayamos conseguido.
Estamos obligados a advertir de las consecuencias de un crecimiento forzado
Reconocemos que en la vida rural, donde todos nos conocemos y nos cruzamos cada d¨ªa, se teje una red invisible de intereses, relaciones familiares, laborales, etc¨¦tera, que pueden condicionar la libertad, porque cualquier opini¨®n individual es conocida y transmitida, no siempre con justeza, mientras, al mismo tiempo, esa cercan¨ªa diaria puede ser un veh¨ªculo de di¨¢logo, comunicaci¨®n, libertad.
Pero cuando surge un obst¨¢culo objetivo para la "aproximaci¨®n" de la administraci¨®n local a los vecinos, hay grave riesgo de que se produzca un gran distanciamiento. Porque la "proximidad" tambi¨¦n es una tentaci¨®n para se?alar con el dedo a los disidentes, para descalificar. Y cabe el riesgo de que, subjetivamente, los administrados sientan el temor de que el poder local, por estar tan cerca, se vuelva contra ellos en sus negocios, en las peque?as gestiones que dependen del Ayuntamiento.
Pues bien, creemos que el principal obst¨¢culo objetivo para esa "proximidad" procede en estos momentos de la pol¨ªtica inmobiliaria de muchos Ayuntamientos. Cualquier decisi¨®n municipal trascendental, como, en el caso que nos ocupa, es la publicaci¨®n de un plan urban¨ªstico, tiene un grave riesgo de producir enfrentamiento, distanciamiento entre personas o familias, presiones contra la libertad de expresi¨®n.
Esto se agudiza, en nuestro caso, porque vivimos en un municipio, Rascafr¨ªa, en plena Cabecera del Valle del Lozoya, en un momento especialmente sensible en el que se discute c¨®mo preservar toda la Sierra de Guadarrama, como Parque Nacional, del que nuestro t¨¦rmino municipal ser¨¢ una parte importante; vivimos en una zona privilegiada de la Naturaleza, conservada casi intacta durante siglos, que alguien ha calificado como "¨¢mbito de excelencia", visitada por m¨¢s de 300.000 personas cada a?o.
En nuestra opini¨®n, Rascafr¨ªa, al igual que la zona lim¨ªtrofe, cada vez en mayor medida, es una comarca cuya riqueza va a estar en la explotaci¨®n de sus recursos tur¨ªsticos, administrados desde la conservaci¨®n de sus recursos naturales y de su situaci¨®n geogr¨¢fica privilegiada.
Nuestra Administraci¨®n Local, apoyada o tolerada por la Auton¨®mica, decide por exigua mayor¨ªa (5/4), presentar un plan urban¨ªstico, evidentemente con el apoyo de una parte de los vecinos, entre otros, constructores y propietarios de terrenos a recalificar.
Es l¨ªcito que defienda un tipo de crecimiento, y esgrima "razones" de "progreso", o desarrollo econ¨®mico... Por tratarse de un tema que afecta tanto al presente como al futuro de todos, y afecta tambi¨¦n a cientos de miles de madrile?os, ser¨ªa una buena oportunidad para "aproximarse" al conjunto de los vecinos, para dialogar entre todos sobre esas "razones", y sobre qu¨¦ tipo de "progreso" lo defiende mejor.
Frente a esa postura creemos estar moralmente obligados a advertir de las consecuencias adversas que puede traer para el futuro de nuestro pueblo un crecimiento forzado, carente a todas luces de infraestructuras adecuadas, que, adem¨¢s, destruye nuestro Patrimonio de Naturaleza, heredado de generaciones de esfuerzos, que consideramos la principal base de nuestro verdadero y duradero desarrollo futuro.
Es tambi¨¦n l¨ªcito que pensemos as¨ª y lo expresemos sin ninguna cortapisa.
Y es completamente imprescindible que se salvaguarde plenamente la libertad de expresi¨®n, desde la Autoridad Municipal, y se combata cualquier limitaci¨®n, amenaza, coacci¨®n o descalificaci¨®n contra ella.
Es la ¨²nica v¨ªa para acercar la Administraci¨®n Local a los ciudadanos, aunque est¨¦n en la oposici¨®n a "su" plan urban¨ªstico.
Estamos, adem¨¢s, en una oposici¨®n constructiva: ofrecemos una alternativa de crecimiento y progreso, que no necesita agredir a nuestro entorno natural, sino, todo lo contrario, respetarlo y mimarlo como la principal fuente de nuestra riqueza y desarrollo actual y futuro.
Por eso, pedimos que se retire este plan urban¨ªstico y se elaboren las bases de un aut¨¦ntico desarrollo con la participaci¨®n y el consenso de todos.
As¨ª lo hemos pedido en m¨¢s de 1.300 sugerencias presentadas a la primera edici¨®n del Avance y as¨ª lo estamos reclamando en las Sugerencias que ya estamos presentando a la Segunda edici¨®n del Avance (que no elimina los defectos b¨¢sicos del primero).
Es nuestra opini¨®n y la de muchos. Unos lo decimos en voz alta, a pesar de repercusiones negativas en nuestra vida diaria, otros muchos prefieren decirlo en voz baja... Pero reclamamos que todos lo puedan decir en voz alta, sin que se nos se?ale con el dedo, sin que se nos ataque, ni de hecho ni de palabra.
Es la "aproximaci¨®n" que exigimos a nuestra Administraci¨®n Local y la "democracia rural" que reclamamos: libertad de opini¨®n sobre nuestro futuro para que no quede hipotecado por un plan urban¨ªstico nefasto.
Manuel Canencia, Manuel V¨¢zquez, Pedro P¨¦rez Molina y F¨¦lix Sanz son ex alcaldes socialistas de Rascafr¨ªa y miembros de la Plataforma Conjunta en Defensa del Valle Rascafr¨ªa-El Paular.
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