Se cierra el c¨ªrculo del terror en Europa
Atr¨¢s quedan los confusos desaf¨ªos en la 'd¨¦cada de plomo' de las Brigadas Rojas o la Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo
El anuncio de "alto el fuego permanente" de ETA se presenta como la esperanza de cierre del c¨ªrculo del terror en Europa, que se remonta a los a?os setenta, llamados en Italia "la d¨¦cada de plomo". Toda Europa Occidental, no s¨®lo Italia, sufri¨® una ¨¦poca gris, pl¨²mbea, marcada por el shock del petr¨®leo y la inflaci¨®n sin crecimiento, y por la violencia pol¨ªtica. Ambos fen¨®menos, petr¨®leo y violencia, llegaron a darse la mano en una de las "acciones armadas" (el t¨¦rmino terrorismo se utilizaba entonces con menos liberalidad) m¨¢s exc¨¦ntricas y parad¨®jicas del siglo XX: el 21 de diciembre de 1975, un grupo de asaltantes secuestr¨® en Viena a los ministros de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Productores de Petr¨®leo (OPEP). Entre los asaltantes figuraban miembros del Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina (subvencionados por varios Gobiernos de la OPEP); el venezolano Vladimir Ram¨ªrez S¨¢nchez, Carlos (agente de los servicios secretos de Libia, Siria e Irak, entre otros), y Hans-Joachim Klein, militante de la Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo (RAF en sus siglas alemanas), m¨¢s conocida como Banda Baader-Meinhof.
Los independentistas hablaban un lenguaje diferente. El suyo era un impulso 'irracional', enfocado a reconstruir un pasado ed¨¦nico
La acci¨®n que rompi¨® las Brigadas Rojas fue el secuestro y asesinato del l¨ªder democristiano Aldo Moro, que provoc¨® una convulsi¨®n ideol¨®gica
Aquel secuestro, en el que murieron tres funcionarios y ning¨²n ministro, constituy¨® una demostraci¨®n de la complejidad y la ambig¨¹edad del submundo terrorista europeo, cada vez m¨¢s lejano de su inspiraci¨®n ideol¨®gica inicial (el Mayo del 68, el rechazo a la guerra de Vietnam, el hast¨ªo vital frente al bloqueo pol¨ªtico provocado por la guerra fr¨ªa) y cada vez m¨¢s pr¨®ximo al juego estrat¨¦gico de Mosc¨² y de las tiran¨ªas de Oriente Pr¨®ximo.
Lenguaje compartido
Klein, que escap¨®, pese a sufrir un disparo de la polic¨ªa austriaca, se dio cuenta de que pisaba arenas movedizas. Poco despu¨¦s, el joven alem¨¢n abandon¨® la Baader-Meinhof y reneg¨® de su pasado. Era un militante de la izquierda radical que, habituado a los densos an¨¢lisis marxistas de la Baader-Meinhof, compart¨ªa lenguaje pol¨ªtico con los miembros de las Brigadas Rojas italianas o la Action Directe francesa. Un heredero de la Ilustraci¨®n, de Robespierre y de Lenin que hab¨ªa cre¨ªdo en una violencia racional dirigida a crear una sociedad nueva, nunca ensayada. En principio, sus objetivos t¨¢cticos, centrados en la subversi¨®n del poder establecido, encajaban con los objetivos de los denominados Movimientos de Liberaci¨®n Nacional de las antiguas colonias y las "naciones oprimidas" europeas. En la realidad, sin embargo, los independentistas hablaban otro idioma. El suyo era un impulso irracional, basado en sentimientos nacionalistas y enfocado hacia atr¨¢s, hacia la reconstrucci¨®n de un presunto pasado ed¨¦nico.
Esa dificultad de entendimiento se reflejaba en los propios Movimientos de Liberaci¨®n Nacional europeos, b¨¢sicamente el Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) y ETA. A partir de 1974, con la crisis que condujo a la escisi¨®n entre ETA Militar y ETA Pol¨ªtico-militar, los racionalistas (militantes de izquierda y sindicalistas en su gran mayor¨ªa) se fueron apartando poco a poco de una lucha armada de tintes cada vez m¨¢s irracionales (no en el an¨¢lisis de la oportunidad pol¨ªtica, habitualmente muy fino, sino en los objetivos). Algo similar ocurri¨® en el IRA.
Incluso los m¨¦todos divergieron. En principio, todas las bandas europeas optaron por las acciones contra bienes materiales, los secuestros y finalmente el asesinato de personas muy significadas en el "r¨¦gimen opresor": el comisario Melit¨®n Manzanas o el almirante Carrero Blanco, en el caso de ETA; dirigentes empresariales y magistrados, en el caso de Baader-Meinhof; empresarios y pol¨ªticos, en el caso de las Brigadas Rojas. Con el tiempo, IRA y ETA se adentraron en el terrorismo puro: coche-bomba, matanza indiscriminada, horror a grandes dosis.
El terrorismo rojo italiano creci¨® en paralelo al neofascista, vinculado a sectores de los servicios secretos estatales. La matanza de la plaza Fontana de Mil¨¢n (1969) y de la estaci¨®n de Bolonia (1980) fueron los m¨¢s cruentos ejemplos de barbarie negra, aunque la justicia nunca encontrase a los autores. Un hecho fundamental, que dej¨® heridas a¨²n no cerradas, fue la muerte de Giuseppe Pinelli, anarquista fallecido en 1969 al caer, en circunstancias muy sospechosas, de una ventana de la Jefatura de Polic¨ªa. Su muerte (llevada al teatro por Dario Fo en Muerte accidental de un anarquista) caus¨® tremendo impacto. El comisario que le interrogaba cuando ocurri¨® el accidente se llamaba Luigi Calabresi, y contra ¨¦l se desencaden¨® el odio de toda la izquierda. Tres a?os despu¨¦s fue asesinado por un grupo de espont¨¢neos vinculados al grupo extraparlamentario Lotta Continua.
La acci¨®n que rompi¨® las Brigadas Rojas fue el secuestro y asesinato del l¨ªder democristiano Aldo Moro, en 1978. Aquello provoc¨® una profunda convulsi¨®n ideol¨®gica en la organizaci¨®n, y las Brigadas Rojas, afectadas por una hemorragia de militantes y convicciones, decayeron poco a poco. En los noventa surgieron las Nuevas Brigadas Rojas, responsables de al menos dos asesinatos.
Un final brusco
La Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo tuvo un final m¨¢s brusco. La ide¨®loga Ulrike Meinhof se suicid¨® en prisi¨®n en 1976. El a?o siguiente fue el m¨¢s activo para la banda, que asesin¨® al presidente del Dresdner Bank, Jurgen Ponto (en el asesinato cooper¨® una ahijada de ¨¦ste) y secuestr¨® al ex nazi Hans-Martin Schleyer, presidente de la patronal. En octubre, un avi¨®n de Lufthansa que volaba de Palma de Mallorca a Francfort fue secuestrado por ¨¢rabes que exigieron la liberaci¨®n de la c¨²pula directiva de la RAF, reclusa en la c¨¢rcel de Stammhein, de m¨¢xima seguridad, y construida en exclusiva para Andreas Baader, Gudrun Ensslin, Irmgard Moller y Jan-Carl Raspe. El avi¨®n acab¨® en Mogadiscio (Somalia), donde un comando israel¨ª liber¨® a los rehenes. Esa misma noche, Baader, Ensslin y Raspe se suicidaron o, como parece m¨¢s probable, fueron suicidados. Moller sufri¨® heridas, pero se salv¨®.
La RAF-Baader-Meinhof cometi¨® a¨²n algunos atentados. En 1998, la agencia Reuters recibi¨® una carta: "Hace casi 28 a?os, el 14 de mayo de 1970, naci¨® la RAF como una acci¨®n de liberaci¨®n. Hoy concluimos ese proyecto. La guerrilla urbana, en la forma de la RAF, pasa a la historia".
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