Un punto insuficiente

El C¨¢diz atisba la Segunda cada vez m¨¢s cerca. Pelea y corre hasta la extenuaci¨®n en busca del final del t¨²nel pero sus competidores no bajan el pist¨®n. Fe y tes¨®n sin gol no llevan a demasiados sitios. El Atl¨¦tico, sin hacer florituras, supo desnudar en el primer tiempo a un equipo que cada vez tiene la papeleta m¨¢s complicada. Son dos sensaciones distintas, pues los rojiblancos no tienen urgencias. Reconducida la trayectoria, ahora su juego no tiene prisas. Que sea bueno o no es otra discusi¨®n. En el otro lado hay dudas. Mucha incertidumbre. Nada queda del equipo alegre que entreten¨ªa a principio de temporada, que sal¨ªa a aplastar al rival del minuto uno al noventa. De aquello no subsiste casi nada. Ahora el equipo es mucho m¨¢s pesado. El tim¨®n cuesta moverlo. Las secciones de la orquesta amarilla tiene momentos en que desafinan demasiado.

Los madrile?os gestionaron con sabidur¨ªa el partido hasta el descanso. Si la calma est¨¢ aderezada con la calidad de Torres, Ibagaza o Kezman, la ecuaci¨®n est¨¢ resuelta. El C¨¢diz tuvo el bal¨®n buena parte del primer tiempo, pero fue para maltratarlo. No cuenta Esp¨¢rrago con jugadores que entiendan el f¨²tbol en su concepto vertical. No se estilan paredes, combinaciones ni cosas por el estilo en este equipo desde el oto?o pasado. El bal¨®n fue un compa?ero molesto en una insoportable primera parte local. Un instrumento para meterse en atascos y barullos. Intent¨® Esp¨¢rrago abrigar el centro del campo con Fleurquin, Bezares, Mor¨¢n y Lobos colocados en muy pocos metros. El cuarteto pele¨® pero no atin¨® a llevar peligro.

Torres tuvo su par de chispazos de jugador importante. Con una maniobra de clase sent¨® a De Quintana y puso un bal¨®n medido a Ibagaza, que no lleg¨® por cent¨ªmetros. Fue lo m¨¢s cerca que estuvo el argentino de la pelota hasta ese momento. Colsa y sus centrales no dieron con ¨¦l. La primera pelota franca que hall¨® en sus proximidades le permiti¨® crear un magn¨ªfico pase entre los centrales para Kezman que el serbio culmin¨® con solvencia. El C¨¢diz asust¨® con alguna falta.

El Atl¨¦tico de Pepe Murcia tiene orden. Pero no hubo transici¨®n entre la defensa y la delantera. Colsa, Galleti e Ibagaza apenas tuvieron presencia en toda la noche. La claridad para dar salida el bal¨®n desde el centro del campo fue nula.

Fue poco lo que ofreci¨® ayer el conjunto del Calder¨®n. Un suficiente raspado que a punto estuvo de bajar al cuatro en una segunda parte m¨¢s que discreta. Sin nada que perder, los amarillos se fueron arriba sin complejos. Lucas Lobos y Jonatan Sesma abanderaron la revoluci¨®n. Toque a revuelta y todos a por la porter¨ªa de Leo Franco. El argentino y el canario trajeron en jaque a toda la defensa rojiblanca.

Por uno momentos, los de Esp¨¢rrago rememoraron a ese equipo pegajoso de la primera vuelta. Aprovech¨® que su campo es estrechito para apretar l¨ªneas, para presionar muy arriba y provocar que el Atl¨¦tico diera un paso atr¨¢s. El centro del campo madrile?o no pudo contener la sobrecarga del trabajo de Lobos y Sesma. Lleg¨® el empate tras un penalti sobre el canario. El partido se rompi¨® por el centro, donde ninguno de los equipos estaba sobrado. La pelota fue de una porter¨ªa a otra sin cesar. Eso s¨ª, la sensaci¨®n de peligro siempre era mayor en el ¨¢rea del C¨¢diz que en la visitante.

La revuelta amarilla fue efectiva a medias. Sirvi¨® para conseguir el empate, pero ya la situaci¨®n pide m¨¢s que un punto en los partidos de casa.