Muere a los 84 a?os el escritor polaco Stanislaw Lem, autor de 'Solaris'
El escritor, que falleci¨® en Cracovia, era uno de los grandes maestros de la ciencia-ficci¨®n
El escritor polaco Stanislaw Lem, uno de los grandes maestros de la ciencia-ficci¨®n y una enorme voz de la literatura europea en general, falleci¨® ayer en una cl¨ªnica de Cracovia a los 84 a?os a causa de problemas circulatorios. Lem naci¨® en 1921 en Lwow (Polonia), actualmente Lviv (Ucrania), y estaba considerado como uno de los grandes intelectuales contempor¨¢neos polacos. Ha sido traducido a 40 idiomas y ha vendido m¨¢s de 27 millones de ejemplares de sus libros, entre los que se cuentan t¨ªtulos como Ciberiada y, sobre todo, Solaris, llevado al cine y al teatro.
Lem, que padec¨ªa una fuerte sordera, se caracteriz¨® por su amplia cultura, su humor negro y su inter¨¦s de ra¨ªces filos¨®ficas por el desarrollo de la humanidad.
Con la muerte de Stanislaw Lem desaparece la gran referencia de la ciencia-ficci¨®n centroeuropea, un maestro de la especulaci¨®n cient¨ªfica, filos¨®fica y pol¨ªtica que contribuy¨® a dignificar el g¨¦nero y a difuminar las fronteras, a menudo tan absurdas, que lo separan de la corriente general de la literatura.
Lem ha sido traducido a 40 lenguas, entre ellas el castellano, al que desde hace a?os se vierten regularmente sus obras, editadas por Minotauro, Edhasa y Alianza, y ha vendido m¨¢s de 27 millones de ejemplares de sus libros. Es Lem una figura may¨²scula cuyo nombre cabe situar, por su inter¨¦s por la sociedad y el ser humano, junto al de H. G. Wells. Se le ha relacionado por su esp¨ªritu cr¨ªtico y mordaz con Swift o Voltaire. Ese esp¨ªritu le hizo ser expulsado de la asociaci¨®n de escritores de ciencia-ficci¨®n norteamericanos, de la que era miembro honor¨ªfico, en 1973 por se?alar que el g¨¦nero en EE UU era de muy baja calidad.
Pese a que com¨²nmente se le califica de escritor de ciencia-ficci¨®n, es dif¨ªcil circunscribir sus libros, en los que hay humor, pero tambi¨¦n crueldad y un sentido muy polaco de lo grotesco, a g¨¦neros y temas (escribi¨® poes¨ªa y ensayos). Dos de sus obras m¨¢s interesantes, La investigaci¨®n y La fiebre del heno, pueden adscribirse a algo as¨ª como una mezcla de policiaco y metaf¨ªsico. Ambas novelas se centran en la pesquisa sobre extra?os casos -desaparici¨®n de cad¨¢veres en una morgue, en el primero, y extra?as muertes coincidentes en la otra-, que ponen en tela de juicio la visi¨®n racional com¨²nmente aceptada de la realidad e invitan a apasionantes reflexiones epistemol¨®gicas.
Seguramente, la imagen que primero le vendr¨¢ a la gente al recordar a Lem es la del mar pensante de Solaris (1961), su novela m¨¢s conocida, llevada al cine de manera sumamente po¨¦tica por Andrei Tarkovsky -gan¨® un premio en Cannes en 1972- y luego otra vez, con menos fortuna, en 2002, por Steven Sodenbergh, con George Clooney. La novela fue llevada al teatro en Polonia, donde Lem era muy popular.
El tema del contacto entre humanos y extraterrestres lo trat¨® tambi¨¦n en otra de sus grandes novelas, El invencible, asimismo con una visi¨®n problem¨¢tica de esa relaci¨®n: los alien¨ªgenas matan a todos los humanos de la nave espacial del t¨ªtulo.
Las maravillosas y absurdas historias del cosmonauta Tichy -recogidas en los vol¨²menes de Diarios de las estrellas o en Congreso de futurolog¨ªa- constituyen otra de las obras m¨¢s populares de Lem. Es dif¨ªcil que alguien olvide, despu¨¦s de leerla, la hilarante aventura en que Tichy, atrapado en una paradoja espacio-temporal, se va encontrando con diferentes versiones de s¨ª mismo: uno de los grandes momentos de la ciencia-ficci¨®n. Pirx, el piloto, es otro de sus grandes personajes.
La vida de Lem, que ¨¦l mismo relat¨® en una obra autobiogr¨¢fica, Wysoki Zamek (1966), ofrece algunas claves sobre su producci¨®n. Estudi¨® Medicina, pero la II Guerra Mundial y la ocupaci¨®n nazi le obligaron a dejar esos estudios y a trabajar como mec¨¢nico. Aunque de ascendencia jud¨ªa, Lem y su familia pudieron evitar la deportaci¨®n y el exterminio. Tras la guerra, su ciudad pas¨® a formar parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y fue repatriado a Cracovia. Su labor en instituciones cient¨ªficas como ayudante de investigaci¨®n foment¨® en Lem el inter¨¦s por la metodolog¨ªa de la ciencia, mientras que su obligado contacto con el comunismo totalitario le inclin¨® a escribir sobre utop¨ªas, a cultivar una mirada ferozmente sat¨ªrica sobre las burocracias y a desarrollar una visi¨®n pesimista y determinista sobre el ser humano. Summa technologiae es otra de sus grandes obras. Una de sus ideas m¨¢s curiosas fue la redacci¨®n de pr¨®logos y cr¨ªticas de libros inexistentes, recogidas en las deliciosas Un valor imaginario y Vac¨ªo perfecto, respectivamente.
Babelia
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