La revisi¨®n de 89 estudios no halla beneficios en el pescado azul
Las pruebas sobre las grasas omega 3 no son concluyentes
La revisi¨®n de las evidencias cient¨ªficas sobre el beneficio para la salud de las grasas omega 3 ha dado una sorpresa: las pruebas no son tan concluyentes como se pensaba. Lo que se cre¨ªa es que el consumo de estas grasas, abundantes en los pescados grasos o azules (at¨²n, sardina, anchoa...) y en algunas plantas, proteg¨ªan contra las enfermedades del coraz¨®n, pero ahora esta idea es menos firme. Aunque numerosos estudios la apoyan, la publicaci¨®n de un gran ensayo cl¨ªnico con datos contradictorios ha debilitado esta idea, seg¨²n un art¨ªculo que se publica en la edici¨®n digital del British Medical Journal.
Los nuevos datos no descartan un efecto importante de las grasas omega 3, pero indican que las pruebas deber¨ªan reexaminarse con regularidad, seg¨²n los investigadores. Las recomendaciones m¨¦dicas actuales, entre las que se encuentra alentar a la ciudadan¨ªa a consumir m¨¢s pescado oleoso y se recomiendan unas cantidades m¨¢s altas despu¨¦s de un infarto, se han debilitado.
En esta revisi¨®n se han analizado los datos de 89 estudios (de ellos, 41 son ensayos cl¨ªnicos) para evaluar los efectos de las grasas omega 3 de cadena larga (las del pescado) y corta (las del aceite de colza, por ejemplo) en la mortalidad total, los episodios cardiovasculares, el c¨¢ncer y los ictus. Al recopilar los resultados no se encontr¨® ninguna prueba s¨®lida de que las grasas omega 3 tuvieran un efecto en la mortalidad total o los episodios cardiovasculares conjuntos. Y cuando se analizaron por separado los datos de las grasas omega 3 de cadena larga no disminuyeron la mortalidad ni los episodios cardiovasculares.
Ning¨²n estudio mostr¨® un mayor riesgo de c¨¢ncer o ictus por una ingesta m¨¢s elevada de omega 3, pero el n¨²mero de episodios fue demasiado reducido como para descartar efectos importantes.
Ante estos datos, los investigadores concluyen que no est¨¢ claro si las grasas omega 3 de cadena larga y corta (juntas o por separado) reducen o incrementan la mortalidad total, los episodios cardiovasculares, el c¨¢ncer o el ictus. Seg¨²n los autores, por el momento deber¨ªan mantenerse las recomendaciones m¨¦dicas que aconsejan tomar m¨¢s pescado graso, pero las pruebas deber¨ªan reexaminarse de forma habitual. Sin embargo, probablemente no sea apropiado recomendar un consumo elevado de grasas omega 3 a personas que padezcan angina de pecho pero que no hayan sufrido un infarto.
Para comprender los efectos de las grasas omega 3 en la salud necesitamos m¨¢s ensayos aleatorios controlados de alta calidad y larga duraci¨®n que tambi¨¦n informen sobre los perjuicios asociados, concluyen los autores. Adem¨¢s, se da la paradoja de que mientras se aconseja un mayor consumo de pescado oleoso y grasas de pescado, la pesca industrial ha reducido las reservas mundiales de pescado aproximadamente en un 90% desde 1950, y el aumento paralelo de los precios ha reducido la capacidad de consumir pescado de las personas con rentas bajas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.