Kadima logra una corta victoria en Israel

Kadima, fundado por Ariel Sharon en noviembre tras la escisi¨®n del conservador Likud, venci¨® ayer en las elecciones generales israel¨ªes; pero el triunfo del partido heredado por el primer ministro interino, Ehud Olmert, se ha quedado corto. Con el 60% de los votos escrutados, Kadima logra 28 de los 120 esca?os del Parlamento, y el Partido Laborista se har¨ªa con 20 en una C¨¢mara muy fragmentada y con una fuerte presencia de partidos religiosos y de la ultraderecha. La cat¨¢strofe del Likud no tiene precedente: logra 12 asientos tras unos comicios marcados por la mayor abstenci¨®n registrada en la historia del Estado israel¨ª y por el proyecto de Olmert de abandonar una porci¨®n de Cisjordania sin negociar con los palestinos.

Los israel¨ªes se mostraron ayer remisos a ofrecer su respaldo a la clase dirigente en unas elecciones cruciales, en las que se pon¨ªa en juego el dise?o de las fronteras del pa¨ªs, que Olmert pretende dibujar con el respaldo de EE UU. Nunca en la historia del Estado hebreo se hab¨ªa producido semejante deserci¨®n de votantes. La participaci¨®n cay¨® al 63%, casi seis puntos por debajo de la registrada en los comicios de enero de 2003. Los pol¨ªticos sin carisma en un pa¨ªs acostumbrado a los liderazgos sin fisuras, el hartazgo por el eterno conflicto con los palestinos, y el escaso debate de propuestas econ¨®micas y sociales cuando se ampl¨ªa la brecha entre pudientes y pobres se apuntan como causas de la desaz¨®n.

Los 8.280 colegios abrieron sus puertas a las siete de la ma?ana para los cinco millones de israel¨ªes censados y cerraron a las diez de la noche. En los trascendentales comicios se hallaba sobre el tapete el plan del jefe del Ejecutivo interino, que pretende definir los l¨ªmites de Israel, conservando los asentamientos m¨¢s poblados de la ocupada Cisjordania, antes de que concluya la legislatura. El conflicto con los palestinos ha sido el asunto esencial de la campa?a de unas elecciones que se han planteado como un refer¨¦ndum sobre la iniciativa de Olmert.

El vencedor, que tiene todas las papeletas para continuar en el cargo, hizo algo que el hoy comatoso Sharon siempre eludi¨®: explicar con nitidez y de antemano su proyecto. Seguramente porque le resultaba imprescindible definirse, dado que el delf¨ªn no goza de la confianza ciega que cientos de miles de ciudadanos ten¨ªan depositada en el ex general. Pese a la importancia de la cita, los israel¨ªes se mostraron reacios como nunca a acudir a las urnas.

Abstenci¨®n elevada

Kadima, cuyos dirigentes no escondieron su nerviosismo por una abstenci¨®n que les ha perjudicado m¨¢s que a cualquiera de sus adversarios, deber¨¢ pactar. Algo que era imprescindible en todo caso. Pero su apretado triunfo le fuerza a negociar con m¨¢s partidos de los esperados. Olmert, tras rezar en el Muro de las Lamentaciones, celebr¨® con el resto de dirigentes de su partido el triunfo. Tras recordar a Sharon, envi¨® un mensaje a sus encarnizados adversarios del Likud al tiempo que mostraba cierta decepci¨®n: "Esta es una gran victoria sobre aquellos que buscaron un rechazo a la evacuaci¨®n de Gaza. Estoy satisfecho, aunque podr¨ªamos conseguido m¨¢s".

La retirada de la franja en agosto del a?o pasado fue la espoleta de la profunda divisi¨®n que sacudi¨® al Likud y que concluy¨® con la fuga de Sharon y 13 diputados m¨¢s del partido. Su actual l¨ªder, Benjam¨ªn Netanyahu, paga ahora el precio de su rebeli¨®n.

Los aliados m¨¢s probables de Kadima ser¨¢n los laboristas, liderados por el ex presidente de la confederaci¨®n sindical Histadrut Amir Peretz, que ganaron entre 20 asientos, con datos todav¨ªa provisionales, y los ultraortodoxos sefard¨ªes del partido Shas, que se quedar¨ªan con 13. Por diferentes motivos, los ultraortodoxos porque necesitan como agua de mayo beber de las fuentes del Presupuesto para financiar sus escuelas religiosas. Los laboristas, porque apoyan la decisi¨®n de Olmert de desmantelar parte de las colonias de la Cisjordania ocupada, conservando siempre los tres bloques de asentamientos tras el muro ilegal de hormig¨®n y las barreras met¨¢licas. "La revoluci¨®n social sigue viva y respira", dijo Peretz tras conocer los resultados entre aclamaciones de sus partidarios.

El gran triunfador de la jornada es Avigdor Lieberman, l¨ªder de Yisrael Beiteinu (Israel Nuestra Casa), una formaci¨®n de extrema derecha que ha acaparado el voto de la emigraci¨®n procedente de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica y que ha sido calificada abiertamente por sus rivales de la izquierda con el calificativo de "racista". "Esto es s¨®lo el principio", amenaz¨® satisfecho Lieberman. Doce esca?os le otorga el recuento provisional, la misma cifra que el Likud, que pasa de partido gobernante hace cuatro meses a ser una formaci¨®n casi minoritaria, en la l¨ªnea de la extrema derecha de Uni¨®n Nacional y el Partido Nacional Religioso, que se conformar¨ªan con nueve parlamentarios.

El fracaso del l¨ªder del Likud, Netanyahu, que ha jugado la baza del miedo y que se declaraba el "m¨¢s fuerte ante Ham¨¢s", ha sido estrepitoso. Con los ojos vidriosos, admitiendo su derrota m¨¢s amarga, Netanyahu declar¨®: "No tenemos duda de que el Likud ha sufrido un duro golpe. Continuar¨¦ el sendero que acabamos de comenzar para asegurar la rehabilitaci¨®n de nuestro movimiento y para que ocupe su lugar leg¨ªtimo en el liderazgo de la naci¨®n".

Aunque si ha habido una sorpresa may¨²scula, ¨¦sa ha sido la del Partido de los Pensionistas, que se hace con ocho esca?os. Inmediatamente mostr¨® su disposici¨®n a ingresar en el Ejecutivo. 700.000 israel¨ªes son jubilados y la mitad de ellos viven en la pobreza. La promesa de garantizar un sistema universal de pensiones lanzada por el l¨ªder del partido, Rafi Eitam, ha calado en este sector, de los m¨¢s golpeados de la poblaci¨®n. Ha sido la jornada electoral de los debutantes. Los dos principales partidos ¨¢rabes, siempre ninguneados en la Kneset, descienden y logran tres esca?os cada uno, mientras que Balad se queda fuera de la C¨¢mara. El izquierdista Meretz pierde uno de los seis esca?os con que contaba.

Gideon Rahat, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, se?alaba hace cuatro d¨ªas. "Es posible que a largo plazo se estabilice la situaci¨®n en torno a Kadima y el Laborismo, por un lado, y la derecha, por otro. O puede surgir un caos de peque?os partidos. Estamos en medio de un cambio impredecible".