Ya s¨®lo falta que no se roben los sumarios
Ahora que la Junta de Andaluc¨ªa se ha decidido a intervenir en el esc¨¢ndalo de la construcci¨®n y el blanqueo de dinero en M¨¢laga y que la polic¨ªa ha sido capaz de desenredar las incre¨ªbles madejas de sociedades interpuestas que se han ido tejiendo desde hace a?os, s¨®lo hace falta que la justicia consiga que no se roben los sumarios, que no desaparezcan las pruebas o que no se inunden los archivos. Y sobre todo, que no deje prescribir los delitos, como ya ha ocurrido en otras ocasiones cuando se trata de grandes cantidades de dinero y de esc¨¢ndalos inmobiliarios. (Todav¨ªa deben quedar algunos jueces sonrojados a prop¨®sito de la prescripci¨®n de los delitos cometidos en Madrid en el llamado caso de los Albertos).
Por una vez, no estar¨ªa mal que la Justicia fuera capaz de dar ejemplo de diligencia y que los encargados de llevar adelante esta investigaci¨®n judicial cuenten con los medios y, sobre todo, con los conocimientos necesarios para desarrollar su labor con dignidad y para atajar las maniobras de los importantes bufetes de abogados que se lanzar¨¢n a partir de ahora a embrollar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n, en justa defensa de los intereses de sus clientes.
El ¨¢nimo que suscitan operaciones como la llevada a cabo esta semana en Marbella, no deber¨ªa ocultar otra realidad: los negocios inmobiliarios en toda M¨¢laga han ido bajando su volumen desde hace ya dos a?os. Y casi en el mismo porcentaje, ha ido aumentado el n¨²mero de nueva vivienda visada en Murcia y en otras zonas del Levante, como Valencia o Alicante.
El dinero que ya no se encontraba tan c¨®modo en M¨¢laga ha viajado a toda velocidad a otras regiones de Espa?a, pero exactamente con los mismos m¨¦todos y en los mismos negocios. De hecho, a uno de los detenidos en Marbella, Juan Antonio Roca, le han incautado dos urbanizaciones completas en Murcia. ?Se reproducir¨¢ lo ocurrido en la Costa el Sol, no solo en Marbella, sino en otros muchos municipios, desde 1986, con la llegada de Gil? ?o esta vez alguien ser¨¢ capaz de atajar el problema antes de que la presi¨®n que ejerce en los ayuntamientos la posibilidad de un enriquecimiento repentino de vecinos y concejales de toda condici¨®n e ideolog¨ªa, termine por destruir lo poco que queda de costa mediterr¨¢nea?
Si alg¨²n d¨ªa fu¨¦ramos capaces de establecer un orden de prioridades en los problemas que afectan a la sociedad espa?ola, el primer lugar ser¨ªa, sin duda, para la inmigraci¨®n: hemos asimilado sin pesta?ear la noticia de que entre 1.200 y 1.700 africanos han muerto ya ahogados en su intento de llegar a las Islas Canarias y sabemos, aunque no hablamos de ello, que este verano otros muchos correr¨¢n la misma suerte. Sabemos tambi¨¦n que la integraci¨®n de los inmigrantes correr¨¢ en Espa?a un serio riesgo, como ha ocurrido en Europa, el d¨ªa en el que el crecimiento econ¨®mico se pare y aumente el paro, pero no somos capaces de coordinar pol¨ªticas de consenso que sienten algunas bases razonables para el futuro.
Para muchos, la segunda prioridad es la educaci¨®n y los grandes niveles de fracaso escolar que seguimos experimentando a?o tras a?o, sin que tampoco exista consenso en las soluciones. Y en el tercer puesto, la gran mayor¨ªa de los especialistas colocar¨ªa, precisamente, a la especulaci¨®n urban¨ªstica, con su secuela de corrupci¨®n municipal y mafias. El 1% de toda la inversi¨®n extranjera que recibe Espa?a procede de para¨ªsos fiscales, pero en el caso de Andaluc¨ªa ronda el 10% y si se examinara ¨²nicamente la inversi¨®n en la costa mediterr¨¢nea, probablemente superar¨ªa esa cifra.
No hay ning¨²n estudio que permita mantener que hay una relaci¨®n de causalidad entre el volumen de decomiso de droga en Costa del Sol, la desproporcionada creaci¨®n de empresas y sociedades y, por ¨²ltimo, su volumen de construcci¨®n de vivienda. Pero una cosa es que no se pueda decir que existe relaci¨®n de causa-efecto y otra que seamos tan tontos como para creernos que es pura casualidad. solg@elpais.es
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