El giro tur¨ªstico
La industria tur¨ªstica es uno de los m¨¢s formidables generadores de im¨¢genes de nuestro tiempo, pero pese a ello pese a su determinante influjo en la reestructuraci¨®n de las condiciones de visualidad de la cultura contempor¨¢nea, sus representaciones siguen recibiendo escasa atenci¨®n en Espa?a. No obstante, algunos puntos de la geograf¨ªa nacional comienzan a emitir se?ales de lo que puede ser el avecinamiento de un giro tur¨ªstico.
Es el caso de Canarias,
EL TURISTA INTERMINABLE. Francesc-Catal¨¤-Roca y Nicol¨¢s Muller en Canarias
Centro de Arte La Regenta
Le¨®n y Castillo, 427
Las Palmas de Gran Canaria
Hasta el 29 de abril
donde algunos antrop¨®logos, arquitectos, artistas, cineastas, fil¨®logos e historiadores del arte andan empe?ados en demostrar que, adem¨¢s de para exportar postales, la industria del viaje da pie tambi¨¦n para exportar cr¨ªtica de la cultura. La exposici¨®n El turista interminable. Francesc Catal¨¤-Roca y Nicol¨¢s Muller en Canarias constituye en este sentido una valiosa contribuci¨®n a esta empresa.
Comisariada por Carmelo Vega, uno de los historiadores del arte que m¨¢s ha atendido al fen¨®meno tur¨ªstico, la muestra es una cata arqueol¨®gica en un episodio de los a?os sesenta, momento de arranque del reencantamiento tur¨ªstico del mundo: el encargo por parte de la editorial Destino a Francesc Catal¨¤-Roca (Tarragona, 1922-Barcelona, 1998) y Nicol¨¢s Muller (Orosh¨¢za, Hungr¨ªa, 1913-Andr¨ªn, Asturias, 2000) de dos reportajes fotogr¨¢ficos concebidos espec¨ªficamente para sendos libros tur¨ªsticos sobre el archipi¨¦lago canario.
Ajenos al estilo de las gu¨ªas tur¨ªsticas al uso, ambos proyectos respond¨ªan a un formato que goz¨® de fortuna entonces, publicaciones sobre los atractivos tur¨ªsticos del pa¨ªs, pero con una fuerte impronta autorial, para lo que, aparte de a ambos fot¨®grafos, se solicitaron textos a dos escritores, el novelista y dramaturgo Claudio de la Torre y el poeta Alfredo Reyes Darias.
Los requisitos promocio-
nales del encargo no supusieron obst¨¢culo para ambos fot¨®grafos que para entonces estaban ya en plena posesi¨®n de su lenguaje y gozaban de reconocimiento nacional. Lejos pues del c¨®digo edulcorado de la postal, las im¨¢genes de Muller y Catal¨¤-Roca preservan el car¨¢cter de documentalismo incisivo que distingue sus trabajos de madurez y asumen el riesgo inherente al pacto de la fotograf¨ªa con lo real. Aunque habr¨¢ quien las mire como recuerdos nost¨¢lgicos de c¨®mo ¨¦ramos por aquel entonces, su potencia visual radica sobre todo en ser testimonios mnem¨®nicos de c¨®mo mir¨¢bamos.
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