Los obispos afirman que se protege peor al embri¨®n humano que al de ciertos animales
La Conferencia Episcopal acusa al Gobierno de legalizar nuevas formas de eugenesia
"No se puede curar matando", dijo ayer el portavoz de los obispos, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, en la presentaci¨®n del documento elaborado esta semana por la Conferencia Episcopal con el t¨ªtulo 'Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducci¨®n humana artificial y sobre las pr¨¢cticas injustas autorizadas por la ley que la regular¨¢ en Espa?a'. Los obispos sostienen que esta "industria productora de seres humanos" se desarrolla al margen de toda moral. "El embri¨®n es un individuo humano", afirman. Por tanto, usarlo con fines m¨¦dicos es inmoral e, incluso, criminal. Tambi¨¦n dicen que el embri¨®n humano recibe en Espa?a "una tutela legal menor de la que se otorga a los embriones de ciertas especies animales".
El 25 de julio de 1978 naci¨® en el Reino Unido el primer beb¨¦ probeta, Louise Brown. Seis a?os despu¨¦s, Mar¨ªa Dolores S¨¢nchez, de 35 a?os, casada en Badalona (Barcelona) con Ricardo Perea, de 40, tra¨ªa al mundo a Victoria Ana, tambi¨¦n fruto de una fecundaci¨®n in vitro. Desde entonces son incontables los ni?os nacidos en Espa?a por un procedimiento conocido ahora como reproducci¨®n humana artificial o asistida. Esta t¨¦cnica, que ahora va a ser reformada legalmente para permitir la selecci¨®n gen¨¦tica de embriones para salvar a un hermano enfermo, "goza ya de una amplia aceptaci¨®n social", reconocen los obispos. Pese a ello, hablan de "producci¨®n de seres humanos en los laboratorios". La descalificaci¨®n episcopal alcanza tambi¨¦n la ley de biomedicina presentada la semana pasada por el Gobierno y que permitir¨¢ a clonaci¨®n terap¨¦utica. ?stos son algunos de sus reproches.
- Las apariencias enga?an. Los obispos empiezan desmintiendo la "impresi¨®n" de que la ciencia ha encontrado "la manera de proporcionar hijos a quienes no los pueden tener, eliminando sufrimientos sin perjudicar a nadie". Dicen: "Eso es lo que mucha gente piensa. Y sobre la ola de esta opini¨®n favorable, el Gobierno ha llevado a las Cortes una nueva ley de reproducci¨®n que promete mejorar las perspectivas de curaci¨®n y de felicidad. Sin embargo, las apariencias enga?an. La opini¨®n pol¨ªticamente correcta no coincide, en este caso, como en tantos otros, con la opini¨®n cient¨ªfica y ¨¦ticamente bien fundada. La producci¨®n de seres humanos en laboratorio es una pr¨¢ctica que choca con la dignidad de la persona y que trae consigo numerosos abusos y atentados contra los hijos".
- Grado de inmoralidad. Los obispos argumentan por qu¨¦ creen contraria a la dignidad de la persona esta "producci¨®n" de seres humanos. Dicen: "La acci¨®n t¨¦cnica de producir es apropiada para fabricar objetos, pero inapropiada para ser aplicada a las personas. La dignidad del ser humano exige que los ni?os no sean producidos, sino procreados. Llamar a un ser humano a la existencia es mucho m¨¢s que un acto m¨¦dico o t¨¦cnico. El grado de inmoralidad es mayor cuando los hijos son producidos quebrando la realidad del matrimonio o completamente al margen de ella".
- Mentalidad cosificadora. "?Por qu¨¦ hay que tratar desde el primer momento al embri¨®n con el respeto que merece todo ser humano?", se preguntan los obispos. Responden: "La producci¨®n instrumental de seres humanos favorece una mentalidad cosificadora de los hijos. Han sido conseguidos como se consiguen las cosas. De hecho, la industria productora de seres humanos ha dado lugar a la acumulaci¨®n de un n¨²mero incalculable de embriones humanos que no van a poder ser gestados por ninguna madre que les d¨¦ a luz. Al embri¨®n humano hay que tratarlo desde el primer momento de su existencia no como a una cosa, sino con el respeto que merece el ser humano. El embri¨®n es un individuo humano. Cuando un gameto masculino y un gameto femenino se unen, en la fecundaci¨®n, dando lugar al embri¨®n, aparece un nuevo cuerpo humano".
- El concepto de preembri¨®n. Los obispos tachan de "infundada y enga?osa" la definici¨®n de preembri¨®n en la ley de reproducci¨®n tramitada por el Gobierno. Opinan que las leyes de reproducci¨®n de 1988 y 2003 ya hablaban de preembri¨®n, "aunque sin definir lo que entend¨ªan por ello", y que, en cambio, la nueva ley "se atreve a decir en la exposici¨®n de motivos" que debe entenderse por preembri¨®n 'al embri¨®n in vitro constituido por el grupo de c¨¦lulas resultantes de la divisi¨®n progresiva del ovocito desde que es fecundado hasta 14 d¨ªas m¨¢s tarde'. Seg¨²n los obispos, la nueva ley "no pone l¨ªmite eficaz alguno a la producci¨®n de embriones en los laboratorios". "Significa que muchos de ellos ser¨¢n destruidos enseguida y muchos otros ser¨¢n congelados. Tampoco se proh¨ªbe 'comerciar con preembriones o con sus c¨¦lulas, as¨ª como su importaci¨®n o exportaci¨®n', ni 'utilizar industrialmente preembriones, o sus c¨¦lulas', ni 'utilizar preembriones con fines cosm¨¦ticos o semejantes". Concluyen los prelados: "Todo esto constitu¨ªa 'faltas graves' en la ley de 1988. En la actual desaparece esta tipificaci¨®n, es decir, que todo ello pasa a ser algo permitido".
- Beb¨¦s medicamento. ?Qu¨¦ pasa "con los llamados beb¨¦s medicamento"?, se pregunta la Conferencia Episcopal. Respuesta: "Al amparo de la ley de 1988, ya era posible investigar qu¨¦ embriones eran portadores de enfermedades hereditarias con el fin de desaconsejar su transferencia al ¨²tero materno para procrear. Es decir, que se selecciona a los enfermos para la muerte, y a los sanos, para la vida o la congelaci¨®n. El nombre que la ¨¦tica reserva para esta pr¨¢ctica es eugenesia. La ley de ahora legaliza nuevas formas de pr¨¢ctica de la eugenesia".
- Clonaci¨®n de seres humanos. Tambi¨¦n habla el documento episcopal de la clonaci¨®n. "?La acepta ya la nueva ley?", se pregunta. Respuesta: "Cuando se conoci¨® en 1997 que se hab¨ªa logrado producir una oveja cl¨®nica, casi todo el mundo reaccion¨® espantado ante la posibilidad de que esa t¨¦cnica pudiera ser aplicada a los humanos. Era una oveja que no era hija de nadie, sino copia de otra. ?Se llegar¨¢ a hacer lo mismo con los seres humanos? El primer paso ha sido dado en el momento en que se ha comenzado a producir seres humanos en los laboratorios. ?Qu¨¦ falta para que se d¨¦ un paso m¨¢s: producir ni?os cl¨®nicos, es decir, sin padre ni madre? A diferencia de la ley de 1988 [la nueva], no proh¨ªbe la clonaci¨®n 'en cualquiera de sus variantes', sino tan s¨®lo la mencionada clonaci¨®n con fines reproductivos. Es claro que permite otras 'variantes' de clonaci¨®n, en concreto, la llamada 'clonaci¨®n terap¨¦utica'. Es lo que falta: ir acostumbr¨¢ndose a que hay clonaciones de humanos que supuestamente son buenas".
Elogio de la "castidad conyugal"
Como antes contra el parto sin dolor e, incluso, contra el pararrayos, la Iglesia cat¨®lica se apoya en la Biblia para sostener sus teor¨ªas. "Parir¨¢s con dolor", dice el libro sagrado de los cristianos. Qui¨¦n es el hombre para interceptar con artilugios el designio de Dios. Esta vez, contra las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida los obispos remontan al profeta Jerem¨ªas, que dijo: "Antes de formarte en el seno materno te conoc¨ªa, y antes de que salieras a la luz, te hab¨ªa consagrado".
Hasta ayer, este pasaje b¨ªblico se cre¨ªa referido a los predestinados al misterio prof¨¦tico. Los obispos lo toman como cierre de tesis contra beb¨¦s-probeta, beb¨¦s-medicamento y dem¨¢s pr¨¢cticas m¨¦dicas o t¨¦cnicas. Dicen en la Conclusi¨®n del documento: "Aun en medio de todos los logros t¨¦cnicos, el comienzo de la vida sigue ligado a las relaciones sexuales entre el var¨®n y la mujer, que al unirse en el abrazo conyugal perfeccionan su uni¨®n de vida y amor y, al mismo tiempo, generan a los hijos, que reciben como regalo del Cielo. La procreaci¨®n implica, por tanto, las relaciones justas entre los esposos en la pr¨¢ctica ordenada de la sexualidad, es decir, de la castidad conyugal".
Los prelados a?aden que su denuncia quiere promover "ante todo" la piedad y las justicia entre generaciones. "Los no nacidos no son capaces de organizarse para defender sus derechos, ni de reclamarlos ante los tribunales, ni de votar contra los partidos que promueven leyes que los conculcan", dicen.
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