Mundo Cage

Una de las muchas buenas cosas que anunciaba Musicadhoy en su presente temporada era este estreno, en coproducci¨®n con MaerzMusik de Berl¨ªn y realizado en distintas fechas en otros lugares de Europa, de las 18 ragas microtonales de John Cage, parte in¨¦dita hasta ahora de su Song Books 1970, una extensa obra que no se dio en su totalidad hasta 2001 en Bielefeld. La cantante experta en dhrupad Amelia Cuni ha trabajado en ese material in¨¦dito hasta ahora, reelabor¨¢ndolo para encontrar el punto de encuentro preciso entre los modos de hacer del autor y las bases de su inspiraci¨®n en la m¨²sica de India.

El resultado no muestra, naturalmente, un Cage orientalizado, sino el inter¨¦s del autor americano por formas indias integrables en el devenir de su propia creaci¨®n. Hay, para entendernos, un paralelo literario en los poemas de Octavio Paz en Ladera Este -uno de ellos, precisamente, dedicado a John Cage y muy explicativo al respecto- o en sus prosas de El mono gram¨¢tico; ¨¦stas, curiosa y estrictamente contempor¨¢neas de Song Books. Quiere decirse que no hay imitaci¨®n ni siquiera glosa, sino apropiaci¨®n en el sentido de hacer propio algo, de incorporarlo a una obra abierta que encuentra aqu¨ª rasgos de s¨ª misma, por un lado, y signos de comunicaci¨®n con lo diverso, por otro.

La modulaci¨®n mel¨®dica y el uso del ritmo se unen en la visi¨®n de Cuni, gran int¨¦rprete, a la danza y a un aparato gestual, movimientos de cuerpo y manos, expresividad del rostro, que contextualiza el conjunto y que da a la m¨²sica un punto de espect¨¢culo que no le perjudica. La voz es acompa?ada por la percusi¨®n y la electr¨®nica, pero ¨¦stas son tambi¨¦n protagonistas principales, sobre todo cuando se realizan como lo hicieron la otra noche Ray Kaczynski, Federico Sanesi y Werner Durand, virtuosos de lo suyo como muy pocas veces puede verse. Un descubrimiento, pues, una cara m¨¢s del mundo m¨²ltiple y arrebatador de John Cage.