Nueva baja en las filas de Bush
El ex l¨ªder republicano de la C¨¢mara Tom DeLay renuncia al esca?o acusado de corrupci¨®n
El Martillo tira la toalla. Tom DeLay, hasta hace poco poderoso l¨ªder de los republicanos en la C¨¢mara de Representantes de EE UU, no intentar¨¢ revalidar el esca?o por Houston, que ocupa desde hace 22 a?os. Acosado por el proceso de uso ilegal de fondos electorales que ya le oblig¨® a abandonar la direcci¨®n del grupo, DeLay es una r¨¦mora para los republicanos, que tienen unas legislativas muy cuesta arriba en oto?o. George W. Bush, que necesita soltar lastre como sea, le dese¨® ayer "lo mejor" y asegur¨® que el partido no sufrir¨¢ porque es "el partido de las ideas".
La brillante idea que ha acabado con la carrera del agresivo DeLay no fue muy original: usar fondos de su Comit¨¦ de Acci¨®n Pol¨ªtica para financiar campa?as electorales en las elecciones de Tejas de 2002; ganada la mayor¨ªa en la C¨¢mara del Estado -lo que no ocurr¨ªa desde hace 130 a?os- la emple¨® para redise?ar los distritos electorales y lograr en 2004 aumentar el n¨²mero de representantes republicanos de Tejas en Washington.
DeLay, que cumple 59 a?os esta semana, est¨¢ vinculado al n¨²mero uno de los lobbystas de Washington, Jack Abramoff, tambi¨¦n ca¨ªdo en desgracia por varios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
"No tengo ning¨²n temor a las investigaciones relacionadas conmigo o con mis actividades profesionales", asegur¨® ayer DeLay, pero dio al tiempo la clave: "No quiero dar a los dem¨®cratas la oportunidad de robar este esca?o con una campa?a personal y negativa". Feroz hasta en la derrota, DeLay reconoce as¨ª que su partido necesita sacrificar cabezas para intentar convencer al electorado de que toma medidas dr¨¢sticas contra la corrupci¨®n. Los sondeos indicaban que el otrora seguro esca?o del distrito 22 de Houston iba a ser ganado por el dem¨®crata Nick Lampson.
?Ser¨¢ suficiente el sacrificio de este importante pe¨®n -DeLay protagoniz¨® en 1999 el intento de destituci¨®n de Bill Clinton por el caso Lewinsky y era uno de los arquitectos del ala extremista de los republicanos en el Congreso- para invertir las tendencias de los sondeos? Es pronto para saberlo, a siete meses de las elecciones; en unas legislativas, adem¨¢s, se combinan factores nacionales, locales y personales. Pero si los dem¨®cratas consiguen convertirlas en un refer¨¦ndum sobre los errores y la incompetencia de los republicanos aumentar¨ªan sus posibilidades de recuperar la mayor¨ªa de las C¨¢maras que perdieron hace 12 a?os.
En la misma reacci¨®n en la que ha quedado machacado el Martillo, la Casa Blanca podr¨ªa ampliar los cambios abiertos por la sustituci¨®n del jefe de gabinete. Uno de los candidatos a irse -lo lleva siendo desde hace dos a?os- es el secretario del Tesoro, John Snow. El tenaz Donald Rumsfeld sigue -asombrosamente, para muchos- al frente de Defensa; entre los posibles sustitutos figura el senador dem¨®crata conservador Joe Lieberman, que tambi¨¦n podr¨ªa ir al Departamento de Estado si Condoleezza Rice reemplazara -por razones de salud, por ejemplo- al quemado vicepresidente Cheney. Todo esto puede no pasar del rumor de las tertulias, pero Fred Barnes, buen conocedor de la Casa Blanca y autor de una reciente biograf¨ªa que celebra la audacia del presidente, se?ala en The Weekly Standard que Bush "ha dado carta blanca al nuevo jefe de gabinete para hacer m¨¢s cambios".
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