ERC e ICV apoyan que el tripartito tome las decisiones por mayor¨ªa

Esta vez a Pasqual Maragall sus socios del tripartito no le han vuelto la espalda. Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya dieron ayer su visto bueno a la decisi¨®n del presidente de la Generalitat de someter a votaci¨®n en el seno del Ejecutivo los asuntos en los que haya discrepancias entre los partidos que lo integran, como podr¨ªa ocurrir con el refer¨¦ndum del Estatuto, cuyo texto reprueban los republicanos. Los partidos de la oposici¨®n, CiU y el PP, se encontraron para criticar con dureza la iniciativa presidencial.

ERC no se mostr¨® entusiasta con la medida pero quit¨® hierro al asunto. El primer consejero, el republicano Josep Bargall¨®, dijo estar "orgulloso" de formar parte de un Gobierno de tres partidos que "no piensan igual" y compar¨® la situaci¨®n con la de otros gobiernos europeos de coalici¨®n. A pesar de los ruidos y las divisiones del tripartito y de la intenci¨®n de Maragall, que permitir¨ªa al PSC contar con la mayor¨ªa en las decisiones del Ejecutivo, Bargall¨® se mostr¨® convencido de la voluntad del presidente de agotar la legislatura para acabar "con el trabajo empezado".

Con Bargall¨® parece coincidir el propio Maragall, quien se sigue manteniendo firme en la defensa de la continuidad del tripartito, aunque con la voluntad de impulsar un cambio de marcha en el Gobierno una vez cerrado el cap¨ªtulo del Estatuto. Incluso el presidente ya trabaja con la hip¨®tesis de que los republicanos evitar¨¢n el no en el refer¨¦ndum.

Tanto Bargall¨® como el portavoz del Gobierno y consejero de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas, el socialista Joaquim Nadal, insistieron en restar importancia a la medida de Maragall con la justificaci¨®n de que el sistema de votaci¨®n ya se hab¨ªa utilizado en el pasado, en el caso del t¨²nel de Bracons, y la necesidad de que en situac¨ªones de divergencia prevalezca la voz mayoritaria.

A favor del consenso

El l¨ªder ecosocialista y consejero de Relaciones Institucionales de la Generalitat, Joan Saura, apoy¨® al presidente con m¨¢s entusiasmo que ERC, por considerar que as¨ª se evitar¨¢ la "par¨¢lisis" de la acci¨®n de Gobierno, aunque reconoci¨® que la "norma" no deber¨ªa ser la disensi¨®n, sino el consenso.

Saura crey¨® apropiado utilizar el sistema de votaci¨®n en asuntos relacionados con el Estatuto, cuya campa?a informativa est¨¢ pendiente de pacto entre los socios de Gobierno. De todos modos, el l¨ªder ecosocialista apunt¨® que ciertas cuestiones tambi¨¦n tienen que pasar por el Parlament, donde, insisti¨®, "tambi¨¦n hay mayor¨ªas y minor¨ªas" distintas a las que existen en el propio Gobierno.Sin embargo, el PP y CiU se encontraron para criticar duramente la decisi¨®n del presidente de la Generalitat. El l¨ªder de CiU, Artur Mas, vaticin¨® el final del tripartito, al que compar¨® con un "equilibrista que se cae sin red", ya que a duras penas consigue mantener la cohesi¨®n de su Ejecutivo. Mas, que achaca la f¨®rmula de Maragall a su "desesperaci¨®n" por conservar el Gobierno, volvi¨® a exigir elecciones anticipadas tras el refer¨¦ndum para ratificar el Estatuto. El l¨ªder de la federaci¨®n nacionalista se quej¨® por ERC y asegur¨® que los republicanos, que tuvieron "la llave" del Gobierno, pasar¨¢n ahora por la "indignidad" de convertirse en la "triste figura" del tripartito, ya que el PSC se impondr¨ªa en caso se someter las decisiones a voto. El Partit dels Socialistes cuenta con ocho consejeros, adem¨¢s del presidente; Esquerra tiene seis, e ICV dos.

El dirigente popular Josep Piqu¨¦ atribuy¨® la medida a una estrategia para "minorizar" a ERC en caso de rechazar el Estatuto. Esta estrategia, augur¨® Piqu¨¦, har¨¢ que el tripartito pierda en cohesi¨®n interna en lugar de ganarla.

Todos participaron con su granito de arena en la pol¨¦mica de ayer. Ni siquiera se qued¨® fuera el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, quien censur¨® por otras razones el sistema de votaciones propuesto por Maragall al recordar que durante su mandato ¨¦l siempre ten¨ªa "la ¨²ltima palabra". En todo caso, Pujol se mostr¨® a favor de que un Gobierno no someta a voto sus iniciativas, sino que sencillamente aplique su programa.