Fuera de radar

Que el Gobierno, ¨¦ste o el anterior, no sepa realmente si por aeropuertos espa?oles han pasado vuelos de la CIA para trasladar a Guant¨¢namo u otros lugares a presos capturados de forma ilegal en Irak resulta entre inveros¨ªmil y preocupante. El informe de Amnist¨ªa Internacional (Fuera de radar: vuelos secretos hacia la tortura y la desaparici¨®n) pone de relieve pr¨¢cticas de ocultaci¨®n por parte de EE UU, como el uso de empresas tapadera y el cambio en la identificaci¨®n de los aparatos, que Espa?a no debi¨® tolerar.

En su comparecencia parlamentaria del 24 de noviembre, el ministro Moratinos limit¨® sus explicaciones a los vuelos que supuestamente hab¨ªan pasado por los aeropuertos de Palma y Tenerife, como si la informaci¨®n que se le requer¨ªa no afectara a los dem¨¢s. La investigaci¨®n de Amnist¨ªa Internacional ha puesto de relieve que al menos otros cuatro vuelos pasaron por Barcelona y M¨¢laga, dos en tiempos del Gobierno de Aznar y otros dos del actual. Moratinos asegur¨® ayer que dichos vuelos no se investigaron porque "nadie pod¨ªa sospechar" de qu¨¦ se trataba, y se comprometi¨® a informar en breve al Congreso, cuya Comisi¨®n de Asuntos Exteriores lo pidi¨® por unanimidad.

Entretanto, su departamento ha enviado al Consejo de Europa, que investiga esta cuesti¨®n, un tedioso informe, centrado en los aspectos jur¨ªdicos y basado en la citada comparecencia del ministro, que incluye una afirmaci¨®n que requerir¨¢ m¨¢s sustanciaci¨®n: que no se ha probado que estos vuelos que pasaron por Espa?a transportaran a personas detenidas de forma irregular (lo cual es veros¨ªmil en los vuelos de ida, pero menos en los de vuelta). Y en el que se afirma que, si llegara a probarse, no tiene por qu¨¦ deducirse de ello que se hubiera hecho con "la participaci¨®n de las autoridades espa?olas por acci¨®n u omisi¨®n".

En oto?o pasado, cuando salt¨® el esc¨¢ndalo de los vuelos de la CIA, la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, se extra?¨® de que los Gobiernos aliados europeos se hicieran los sorprendidos. En su reuni¨®n con ella, los ministros de Exteriores de los pa¨ªses de la OTAN pasaron de puntillas sobre esta cuesti¨®n. Por tanto, es necesario determinar si el Gobierno sab¨ªa o no, y si prefiri¨® no saber demasiado. Incluso frente a amigos o aliados, el radar del Estado debe ser cre¨ªble para poder cumplir lo que Moratinos prometi¨® ayer: "Que este tipo de actuaciones no se vuelvan a repetir".