Claves econ¨®micas y negociaci¨®n colectiva
El preocupante bloqueo de la negociaci¨®n de los convenios en Euskadi, ¨²ltimamente atemperado con la firma de algunos convenios importantes sectoriales supone la deslegitimaci¨®n de un contenido importante del entramado institucional de una sociedad democr¨¢tica. La negociaci¨®n colectiva es, sencillamente, el coraz¨®n de nuestro sistema de relaciones laborales. Esto explica el papel de obligado referente normativo del convenio colectivo, reconocido constitucionalmente, y su insustituible funci¨®n reguladora del mercado de trabajo y del sistema de relaciones laborales en su conjunto.
Cuestionar la negociaci¨®n colectiva, cuando de ella se deriva el reparto primario del conjunto de la renta, es deteriorar las condiciones de vida y de trabajo de la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa, para la que el salario es uno de los elementos fundamentales de la relaci¨®n laboral. Hay que tener en cuenta las continuas reformas laborales que han tratado formalmente de sustituir el garantismo legislativo por el garantismo colectivo. La realidad se desdice por continuas pr¨¢cticas empresariales que excluyen del convenio a porciones crecientes de trabajadores, la creaci¨®n de marcos paralelos a trav¨¦s de las clausulas individuales de los contratos, las pr¨¢cticas de externalizaci¨®n y subcontrataci¨®n de actividades no acordadas, el recurso permanente y exacerbado a la temporalidad del empleo, la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo o edad. Son f¨®rmulas que en su conjunto buscan debilitar la negociaci¨®n colectiva y sortear o soslayar la regulaci¨®n que emana de ella. Es cada vez mayor el n¨²mero de trabajadores que se ve obligado a realizar jornadas superiores a las fijadas en el convenio -incluso superiores a las m¨¢ximas legales-, que tiene que soportar una exagerada carga de trabajo o que ve modificadas unilateralmente las condiciones de ¨¦ste por el empresario.
La temporalidad es ya el instrumento m¨¢s importante de ajuste de costes laborales
Cada vez m¨¢s gente se ve obligada a trabajar jornadas superiores a las fijadas en convenio
Analizar las variables claves econ¨®micas y el actual escenario econ¨®mico en su conjunto es un ejercicio ¨²til y necesario de pragmatismo para estudiar las posibilidades de reivindicaci¨®n, negociaci¨®n y acuerdo de nuestros convenios, en la linea de responder a la pregunta de los m¨¢rgenes contractuales de los mismos. Nuestra actividad econ¨®mica viene creciendo de forma aceptable e incluso levemente acelerada, de modo similar al resto de Espa?a y a un ritmo superior al de las econom¨ªas europeas de mayor importancia. Esto se debe a que nuestra demanda interna, basada especialmente en el consumo privado, sigue teniendo un buen nivel, gracias a la disminuci¨®n del desempleo, a los bajos tipos de inter¨¦s y a algunas expectativas econ¨®micas. Asimismo se espera un buen crecimiento para el 2006 y que las inversiones se dinamicen, lo que deber¨ªa desembocar en un aumento de la productividad, cuyo estancamiento es uno de los mayores escollos con que se encuentra nuestra econom¨ªa.
En este sentido, hay que decir que se ha producido una excepcional evoluci¨®n de los beneficios empresariales, muy superior al del resto de los pa¨ªses de la UE, lo cual permite que se afronten las inversiones necesarias para el cambio del modelo productivo que necesita nuestra econom¨ªa. Un modelo que se base en el valor a?adido, en la especializaci¨®n productiva, en la investigaci¨®n y aplicaci¨®n de tecnolog¨ªa puntera para competir en una econom¨ªa m¨¢s globalizada.
Nuestra inflaci¨®n est¨¢ un tanto descontrolada y es la que est¨¢ marcando un diferencial de competitividad con respecto al resto de la UE. Se basa en los sectores que apenas soportan competencia externa, los servicios y la construcci¨®n. Los sectores que est¨¢n aprovechando su capacidad para incrementar los precios y, en consecuencia, los m¨¢rgenes de beneficios, no est¨¢n valorando el da?o que en t¨¦rminos de competitividad le hacen al resto de la econom¨ªa y puede acabar afect¨¢ndole tambi¨¦n, ya que la falta de competitividad frena el crecimiento econ¨®mico e impide un mayor consumo en todos los sectores.
La temporalidad del empleo es insostenible y tiene graves y perniciosos efectos, tanto productivos como sociales, para cualquier econom¨ªa desarrollada y para la autonom¨ªa de los ciudadanos. Seguimos siendo una de las comunidades con menor porcentaje de contrataci¨®n indefinida -tan s¨®lo siete de cada cien contratos firmados en 2005-, lo que nos vuelve a situar en la posici¨®n decimosexta de diecinueve comunidades, la misma que el pasado a?o. S¨®lo suscriben menor proporci¨®n de contratos estables que nosotros Ceuta, Andaluc¨ªa y Extremadura. La temporalidad se ha convertido en el instrumento m¨¢s importante de ajuste de costes laborales.
Este panorama econ¨®mico no justifica en modo alguno lo que denominar¨ªa preocupante amenaza de anorexia contractual en Euskadi. Comenz¨¢bamos el ejercicio 2005 con 212 convenios vigentes (179 de empresa y 33 de sector), que afectan a 106.000 trabajadores, a los que s¨®lo hab¨ªa que actualizar el incremento salarial de acuerdo con la inflaci¨®n pasada o actual; y ten¨ªamos 530 convenios pendientes de negociar (439 de empresa y 91 de sector), con afectaci¨®n para 423.000 trabajadores. De ¨¦stos 530 tan s¨®lo se han firmado 238, as¨ª que, a estas alturas de 2006, a¨²n hay 292 convenios, que afectan a 180.000 personas en Euskadi sin vigencia para 2005 y, por tanto, sin actualizaci¨®n y mejora de ninguna de sus condiciones.
Hay margen suficiente para una negociaci¨®n colectiva razonable y razonada, con posibilidades de redistribuci¨®n econ¨®mica sin da?ar la competitividad de las empresas y en la que se puedan acordar formas no regresivas de flexibilidad. La apuesta por el modelo de precariedad y dualismo laboral, de estrategia empresarial de liderazgo en costos, no parece que vaya en esta direcci¨®n. Lo prioritario es hoy el empleo, la estabilidad en los puestos de trabajo y la lucha contra el c¨¢ncer de la precariedad, en la b¨²squeda de una sana competitividad sostenida y sostenible.
Hace ya muchos a?os que el italiano Gino Guigni alert¨® sobre los riesgos que genera una visi¨®n aislada y autista de la contrataci¨®n colectiva y defendi¨®, con una argumentaci¨®n que el paso del tiempo no ha debilitado, la necesidad de situar la perspectiva del m¨¦todo negociador en el marco m¨¢s amplio del sistema de relaciones laborales. Aprendamos la lecci¨®n por el inter¨¦s de todos, y como contribuci¨®n a una sociedad vasca m¨¢s vertebrada y cohesionada en sus relaciones laborales.
Carlos Trevilla es representante de UGT en el Consejo Econ¨®mico y Social Vasco (CES).
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