Una estrategia de cortas miras
Nunca una estrategia pol¨ªtica se ha visto superada en tan corto espacio de tiempo. El PP bas¨® buena parte de su respuesta a la crisis surgida en el Ayuntamiento de Marbella a la exigencia de convocatoria de elecciones parciales en la localidad. El Consejo de Estado se encarg¨® de disipar las dudas dictaminando la imposibilidad de llevar a cabo este anticipo electoral. De inmediato, los populares se vieron desprovistos de una de sus principales bazas en este proceso, de ah¨ª que, al final, no tuvieran m¨¢s remedio que aferrarse a una rid¨ªcula promesa de reforma de la ley electoral. Una salida dif¨ªcilmente comprensible para la ciudadan¨ªa que lo que reclamaba, prioritariamente, era menos ruido y m¨¢s consenso para sacar adelante a este ayuntamiento andaluz. Lo sucedido, en fin, vuelve a poner de manifiesto la miop¨ªa de los cerebros del PP andaluz, m¨¢s proclives, por lo que se ve, al corto plazo del cuerpo a cuerpo con el contrincante m¨¢s que a una planificaci¨®n serena en su forma de actuar.
Ni siquiera acertaron en su oposici¨®n a que le quitaran las competencias en materia urban¨ªstica al Ayuntamiento marbell¨ª. Resultaba muy duro escuchar argumentos en este sentido, haci¨¦ndose un alegato a la autonom¨ªa municipal, y comprobar, por el contrario, para qu¨¦ le ha servido al consistorio dicha autonom¨ªa. El resultado no ha sido, por tanto, el que esperaban a ra¨ªz de que estallara el esc¨¢ndalo. A los socialistas les ha sorprendido con los deberes hechos y con una clara y contundente reacci¨®n con el af¨¢n as¨ª, de dar la cara y pasar a la ofensiva. Por esa raz¨®n se entienden como l¨®gicos los esfuerzos denodados de los populares para involucrar de alguna manera a los socialistas en este l¨ªo, objetivo, que, de momento, no han llegado a conseguir. Ni siquiera han logrado cerrar la puerta a IU en la comisi¨®n gestora que se har¨¢ cargo del consistorio, aunque eso s¨ª, los socialistas han tenido que renunciar a contar con la mayor¨ªa de control en este ¨®rgano extraordinario que tendr¨¢ que poner en marcha la Diputaci¨®n de M¨¢laga.
La envergadura del caso ha sido tal que ha dejado en un segundo plano los trabajos para la reforma del Estatuto andaluz. Esta semana habr¨¢ otra reuni¨®n de la ponencia en donde se comprobar¨¢, de nuevo, la escasa pasi¨®n que ponen algunos en este proyecto. Estos d¨ªas de fiesta no dan para m¨¢s, en todo caso, para la consabida foto de los m¨¢s destacados dirigentes haci¨¦ndose, sin el m¨¢s m¨ªnimo rubor, las fotos de pura propaganda pol¨ªtica junto a las im¨¢genes religiosas veneradas por la ciudadan¨ªa. Otros, al menos, deber¨ªan aprovechar estas jornadas de reflexi¨®n para mostrar cierto agradecimiento a Jos¨¦ Bono. Durante su etapa como ministro de Defensa, ech¨® un providencial capote a Manuel Chaves. En plena crisis de los astilleros de la Bah¨ªa de C¨¢diz, vino a Andaluc¨ªa con una carta para contratar un gran buque para la Armada espa?ola. Aquel escrito sac¨® del atolladero a la Junta que todav¨ªa ejerc¨ªa enormes presiones sobre otro ministro, el de Industria, Jos¨¦ Montilla, para que fuera m¨¢s flexible en su reconversi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.