El final de una etapa
El arresto del 'capo dei capi' cierra un ciclo, pero la Mafia ha echado ra¨ªces en los negocios y en la vida pol¨ªtica siciliana
La detenci¨®n en Corleone, su pueblo natal, del capo dei capi de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano, tiene todos los ingredientes novelescos que convienen a un mito literario. Provenzano, en su d¨ªa lugarteniente del padrino Salvatore Tot¨® Riina -preso desde 1993- ha sido durante 43 a?os el fugitivo de la justicia m¨¢s famoso del mundo.
Habr¨ªa que se?alar, sin embargo, como apunta el realizador Marco Amenta, autor de un documental sobre Provenzano titulado Il fantasma di Corleone, que buena parte de ese tiempo -al menos 20 a?os- no hubo especial esfuerzo policial por detenerle. Quiz¨¢s por eso, su arresto, que tendr¨ªa que ser la mejor noticia para quienes como el fiscal jefe de Palermo, Pietro Grasso, se han dedicado en cuerpo y alma a perseguirle y a denunciar el poder creciente de la Mafia, dejar¨¢ a muchos si no indiferentes al menos algo suspicaces. Aparte del ¨¦xito policial que representa este arresto -relativo considerando las cuatro d¨¦cadas de latitante- est¨¢ por ver su verdadero alcance pr¨¢ctico.
El fiscal Pietro Grasso consideraba ya casi irrelevante la captura del jefe siciliano
Hace tiempo que Grasso consideraba ya casi irrelevante para el futuro de Cosa Nostra y de la vida siciliana la detenci¨®n del Tractor Provenzano, un anciano de 73 a?os -durante alg¨²n tiempo la polic¨ªa sostuvo que ni siquiera estaba clara su fecha de nacimiento- que hab¨ªa pasado a ser un continente -un retrato robot peri¨®dicamente exhibido en los medios de comunicaci¨®n- con poco contenido. Un exponente de la vieja Mafia que, y esto puede ser m¨¦rito del Tractor, ha sabido transformarse en una organizaci¨®n moderna y hasta cierto punto flexible, que controla en Sicilia fundamentalmente los appalti -las licitaciones de obras p¨²blicas-, el pizzo que pagan religiosamente los comerciantes y empresarios de la isla, y el tr¨¢fico de drogas, gracias a sus valiosos contactos con las familias mafiosas estadounidenses.
Los expertos en el tema aseguran que los laboratorios de transformaci¨®n de la coca o la hero¨ªna ya no est¨¢n en Sicilia, sino en los territorios donde se produce la droga, pero la red mafiosa siciliana, y su cartera de pedidos siguen funcionando a la perfecci¨®n. El negocio sigue en pie. Lo que ha cambiado es la estrategia empresarial y los m¨¦todos de funcionamiento.
Con miles de bajas, y algunos de los capos m¨¢s importantes en la c¨¢rcel -el propio Riina, su cu?ado Leoluca Bagarella o Pietro Aglieri- tras la ofensiva policial de los a?os noventa, la Mafia no ten¨ªa otra alternativa que desaparecer de los peri¨®dicos y los informativos, y mantener una estrategia de perfil bajo para sobrevivir. Ha habido adem¨¢s un cambio generacional. Los herederos de los viejos padrinos han ido a la universidad, saben navegar en Internet y mantienen perfectamente engrasada la red de relaciones con los poderes sicilianos.
En junio de 2002 fue detenido el hijo menor de Tot¨® Riina, Salvo, de 29 a?os, que hab¨ªa sido capaz de reorganizar los negocios familiares con bastante ¨¦xito en ausencia de su padre y su hermano mayor (ambos en la c¨¢rcel).
Los fiscales Roberta Bozzolani y Mauricio de Lucia le acusaban precisamente de gesti¨®n delictiva de licitaciones p¨²blicas y de reciclado de dinero del pizzo. Salvo Riina se hab¨ªa declarado poco antes una "v¨ªctima" de su apellido, privado por la justicia del negocio familiar de maquinaria agr¨ªcola. Los nuevos capos son consciente de que mantener el negocio significa renunciar a la violencia y evitar los esc¨¢ndalos Y lo est¨¢n haciendo.
Por eso, el golpe a la Mafia que representa la detenci¨®n de su m¨¢ximo jefe no deja de ser un golpe de efecto medi¨¢tico que poco cambia en el equilibrio actual de fuerzas. Ahora que, como dice Grasso, la Maf¨ªa ha penetrado profundamente en los ganglios del Estado. Los tiempos en los que los pentiti (los arrepentidos que desde Tommaso Buscetta han puesto al descubierto la vida interna de la honorable sociedad), pod¨ªan poner contra las cuerdas a las grandes personalidades de las vida p¨²blica italiana con sus declaraciones, parecen haber pasado a la historia tras la absoluci¨®n de Giulio Andreotti. Y los capos de la vieja Mafia se pudren en las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad esperando alg¨²n tipo de acuerdo con el Estado que suavice sus condiciones de vida.
Por eso se habl¨® a comienzos de 2000 de una especie de rendici¨®n de Cosa Nostra. De un acuerdo de disociaci¨®n
que habr¨ªan estado dispuestos a firmar los padrinos legendarios a cambio de alguna ventaja penal. Entonces se habl¨® tambi¨¦n de una posible rendici¨®n de Provenzano.
No ha sido as¨ª. El final se ha ajustado m¨¢s al mito.
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