El cardenal Ca?izares cree que en Espa?a se est¨¢ configurando "un nuevo r¨¦gimen"

En permanente cruzada contra el laicismo reinante y, si es necesario, "hasta con el sacrificio de nuestras personas". As¨ª quiere el cardenal Antonio Ca?izares a sus sacerdotes, di¨¢conos y seminaristas, a los que ayer llam¨® a movilizarse con una homil¨ªa apocal¨ªptica. El arzobispo de Toledo, primado de Espa?a y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, lo hizo durante la misa crismal, una de las principales manifestaciones de la plenitud episcopal antes colaboradores y fieles. Despu¨¦s de calificar como "desierto espiritual" la actual situaci¨®n, el prelado proclam¨® que "resulta indispensable volver de nuevo a la ra¨ªz del sacerdocio", que es, dijo, "una sola: Jesucristo, el enviado del padre, la piedra angular".

Ca?izares, elevado al rango cardenalicio por Benedicto XVI en el primer consistorio de este papa, apenas hace un mes, dijo m¨¢s tarde: "Todos somos conscientes de la situaci¨®n delicada que vivimos. A nadie se le oculta el proyecto de sociedad, de cultura que se est¨¢ llevando a la pr¨¢ctica en medio nuestro. Os lo dec¨ªa en la Carta Pastoral de comienzo de a?o. Desgraciadamente los hechos me est¨¢n dando la raz¨®n en el diagn¨®stico que hac¨ªa en septiembre. El laicismo, la quiebra de unos principios y criterios de juicio para el comportamiento moral de la sociedad, la erradicaci¨®n de nuestras ra¨ªces cristianas, la configuraci¨®n de un nuevo r¨¦gimen, la preterici¨®n de una historia com¨²n compartida, los problemas doctrinales, la disidencia de sectores eclesiales es todo un conjunto que reclama el que nos pongamos al frente del reba?o como buenos pastores y defendamos, hasta con el sacrificio de nuestras personas, a ese reba?o que se nos ha confiado, y les proporcionemos los alimentos necesarios y los llevemos a las fuentes de agua viva que pueda saciar la sed de nuestras gentes, sobre todo de los j¨®venes, los m¨¢s necesitados".

La "sana doctrina"

Seg¨²n Ca?izares, "clave en estos momentos precisos es predicar la sana doctrina a tiempo y a destiempo, fortalecer la comuni¨®n eclesial inquebrantable con el Papa, proclamar, testimoniar y defender el evangelio de la familia, santuario de la vida, sagrario del amor, futuro para la humanidad".

Sobre la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica promovida por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y las alabanzas de ¨¦ste al legado de la II Rep¨²blica, el cardenal dijo que esos prop¨®sitos no son s¨®lo "peligrosos por remover un pasado", sino porque "la objetividad hist¨®rica dice que aquello fue un fracaso". A?adi¨®: "No queramos repetir los fracasos, la destrucci¨®n de una sociedad, como entonces se destruy¨® y que desemboc¨® en una lucha sangrienta, que caus¨® muertos, quema de iglesias, incautaci¨®n de bienes. Es necesario defender la monarqu¨ªa como elemento moderador, aglutinador, que es s¨ªmbolo de una historia, de una tradici¨®n. Un pueblo que pierde sus ra¨ªces no tiene capacidad de engendrar una nueva etapa hist¨®rica".