El M¨¦xico bananero
M¨¦xico sigue siendo un pa¨ªs de contrastes. La sociedad se urbaniz¨® y educ¨® y se han ido derrumbando las murallas que nos aislaban del mundo... pero seguimos lastrados por una clase pol¨ªtica mediocre y mezquina dispuesta a aprobar una Ley de Radio y Televisi¨®n que nos ancla en el pasado y afecta negativamente las elecciones presidenciales. El escritor estadounidense O. Henry acu?¨® el t¨¦rmino de "rep¨²blica bananera" para referirse a los pa¨ªses latinoamericanos gobernados por un grupo peque?o, rico y corrupto que impon¨ªa de manera arbitraria y grosera su voluntad a la mayor¨ªa, impotente frente a los abusos. Siendo justos, todos los pa¨ªses, incluidos los m¨¢s poderosos, tienen su cuota de "pa¨ªs bananero" y hasta podr¨ªa construirse un ¨ªndice para diferenciarlos con ese criterio.
En el 2000 se inici¨® en M¨¦xico la alternancia; parec¨ªa que la derrota que infligi¨® el presidente Vicente Fox, del Partido Acci¨®n Nacional (PAN), al septuagenario Revolucionario Institucional (PRI) inaugurar¨ªa una ¨¦poca de grandes modernizaciones. Las esperanzas se esfumaron porque la transformaci¨®n de un pa¨ªs requiere de estadistas y el presidente electo, Vicente Fox, result¨® ser un administrador honesto pero timorato; r¨¢pidamente dobl¨® las manos y se entendi¨® con quienes hab¨ªa combatido. ?se fue el caso con los medios de comunicaci¨®n electr¨®nicos que incrementaron su poder y su riqueza con las concesiones recibidas del actual Gobierno. La elecci¨®n presidencial de julio pr¨®ximo est¨¢ cargada por la incertidumbre creada por la posible victoria de un candidato de izquierda, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD). Los barones de la comunicaci¨®n decidieron anticiparse y proteger sus intereses aprovech¨¢ndose, para ello, de la vulnerabilidad de candidatos dependientes de su aparici¨®n en pantalla. Es l¨®gico que el empresariado busque defender sus intereses, pero resultaron escandalosos los m¨¦todos seguidos: las grandes corporaciones prepararon una iniciativa de ley que se present¨® ante un legislativo c¨®mplice, ignorante o fr¨ªvolo.
En diciembre del 2005 se present¨® ante la C¨¢mara Baja la propuesta que conced¨ªa un sinn¨²mero de concesiones a los barones medi¨¢ticos. Lo notable, lo incre¨ªble, lo bananero es que los diputados de todos los partidos la aprobaron por unanimidad ?en siete minutos! Luego se supo que la mayor¨ªa ni siquiera hab¨ªa le¨ªdo, mucho menos entendido, una legislaci¨®n crucial para la modernidad mexicana.
El documento pas¨® a la C¨¢mara Alta y los senadores ya no pudieron escudarse en la ignorancia porque en los ¨²ltimos meses creci¨® en M¨¦xico una oposici¨®n a la Ley pocas veces vista. Se manifestaron en contra los organismos del Gobierno federal que regulan las comunicaciones y la principal autoridad electoral; los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y culturales; acad¨¦micos, organismos civiles y un pu?ado de pol¨ªticos profesionales. Vamos, hasta la Oficina en M¨¦xico del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos emitieron comunicados recordando que la Ley violaba convenios firmados por M¨¦xico.
El pa¨ªs se dividi¨® entre los pocos que ocupaban los cargos donde se tom¨® la decisi¨®n, y una mayor¨ªa de impotentes que recurrieron a diferentes m¨¦todos de protesta. El Instituto Mexicano de la Radio depende del gobierno federal y cuenta con 17 emisoras, cada una de las cuales decidi¨® transmitir, durante las 24 horas previas a la votaci¨®n en el Senado, la misma melod¨ªa seguida de un mensaje de inconformidad. La estaci¨®n especializada en m¨²sica cl¨¢sica de la capital, Opus 94, escogi¨® un fragmento de la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo de Bach (Erbarme Dich, Mein Gott). Es una m¨²sica bella y profunda, melanc¨®lica y angustiante; tanto que la esposa de Bach lo encontr¨® sollozando durante su composici¨®n.
M¨²sica apropiada para una jornada contradictoria porque capturaba la tristeza que dejaba el comportamiento de un congreso bananero, para luego contrapuntearse con el orgullo de escuchar el mensaje elaborado por la radio p¨²blica: "Un pa¨ªs sin pluralidad de medios de comunicaci¨®n ser¨ªa como o¨ªr la misma canci¨®n todo el d¨ªa... M¨¦xico necesita una nueva ley, plural, incluyente, equitativa, que no privilegie los intereses particulares sobre el inter¨¦s p¨²blico. Ninguno de estos principios est¨¢ en el proyecto en discusi¨®n".
Los senadores ten¨ªan perfectamente claro lo que estaba en juego: incrementar los privilegios ya de por s¨ª excesivos de los barones medi¨¢ticos, maltratar a los medios p¨²blicos y comunitarios, ignorar las razones formuladas por especialistas, despreocuparse por la educaci¨®n de un pa¨ªs de pobres. Todo fue in¨²til; el jueves 30 de marzo, 81 senadores del PAN (en el poder), del PRI (alguna vez hegem¨®nico) y del Verde Ecologista aprobaron la ley sin moverle una sola coma; 40 votaron en contra, entre ellos la bancada completa del PRD.
El empecinamiento tuvo su origen en las elecciones presidenciales; los candidatos a la presidencia del PAN, el PRI y el Verde (Felipe Calder¨®n y Roberto Madrazo respectivamente) hab¨ªan recibido garant¨ªas de que ser¨ªan apoyados por los medios para frenar al izquierdista Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que puntea en las elecciones de julio pr¨®ximo.
El pa¨ªs qued¨® tan dividido y es tan grande la irritaci¨®n de algunos sectores que un buen n¨²mero de senadores inmediatamente anunciaron que se preparaba otra iniciativa de ley -actualmente en discusi¨®n- para ?corregir lo que acababan de aprobar! Otro grupo de senadores se inconformar¨¢n por la decisi¨®n ante la Suprema Corte.
En esta historia, el presidente Vicente Fox contaba con las atribuciones para vetar la Ley o pedirle al Congreso que le hiciera correcciones. Con esa acci¨®n Fox hubiera recuperado, en el ocaso de su mandato, la fibra del reformador que alguna vez tuvo. En lugar de ello, la public¨® en su integridad ali¨¢ndose a los poderes f¨¢cticos y confirm¨¢ndose como uno de los ciudadanos de mayor jerarqu¨ªa del M¨¦xico bananero.
Sergio Aguayo Quezada es profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de M¨¦xico.
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