La elegancia frustrada de Luis Vilches
Frustrad¨ªsima, pero muy elegante, tambi¨¦n, la torer¨ªa, la hondura y el aroma que ayer desprendi¨® Luis Vilches en La Maestranza.
Frustrad¨ªsima porque lo que debi¨® ser un triunfo de ley en el sexto de la tarde qued¨® en unas palmas de consuelo. Y con la falta que le hace un ¨¦xito a este torero despu¨¦s del maltrato que ha recibido de la empresa sevillana al colocarlo en los dos carteles m¨¢s duros del abono... Todo qued¨® en unas palmas de consuelo porque Vilches mat¨® mal, muy mal, a un toro al que tore¨® como los ¨¢ngeles con la mano zurda, y engrandeci¨® el toreo verdadero con pases largos, lentos, hondos y ligados. Embebi¨® al toro en la franela, enganch¨® la embestida y se lo pas¨® por la cintura con la verdad del toreo m¨¢s aut¨¦ntico. Fueron s¨®lo dos tandas al natural, pero supieron a algo muy grande y solemne de la mano de un artista que, muleta en mano, reivindic¨® un mejor trato.
Cebada / D¨ªaz, Roble?o, Vilches
Toros de Cebada Gago, bien presentados, mansos, blandos, correosos, deslucidos, sosos, descastados y de muy escaso recorrido; destac¨® el sexto por su nobleza. En general, una corrida deslucida que no se emple¨® en ning¨²n momento. Curro D¨ªaz: estocada tendida y un descabello (ovaci¨®n); estocada perpendicular y baja (silencio). Fernando Roble?o: tres pinchazos -aviso-, un pinchazo, media y un descabello (silencio); tres pinchazos -aviso- y cinco descabellos (silencio). Luis Vilches: estocada baja (ovaci¨®n); cinco pinchazos -aviso-, estocada perpendicular y dos descabellos (ovaci¨®n). Plaza de la Maestranza, 19 de abril. 4? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Momentos antes hab¨ªa dejado muestras de su categor¨ªa con la mano derecha y dibuj¨® un toreo de trazo excelente, ligado y hondo. Porque Vilches es un torero con un gran sentido de la elegancia, del tiempo y los terrenos. Qu¨¦ pena que su obra de arte quedara inacabada con esos cinco pinchazos que se le habr¨¢n clavado en lo m¨¢s hondo de su alma. Pero Vilches tiene mimbres suficientes para ser torero y ojal¨¢ le acompa?e la suerte.
Ese mismo toro persigui¨® con sa?a al subalterno Tom¨¢s Loreto a la salida de un par de banderillas, y a duras penas consigui¨® llegar al burladero, aunque se llev¨® un golpe de ¨¦poca del que tardar¨¢ en recuperarse.
No acab¨® de entenderse, sin embargo, Vilches con su primero, un toro de muchos pies en los primeros compases de la faena, y al que pas¨® con rapidez y escaso acoplamiento.
Qued¨®, no obstante, la tarde libre de tanto disgusto como proporcion¨® la corrida de Cebada Gago, una completa decepci¨®n por su juego deslucido, manso, descastado, ins¨ªpido, de feo estilo y corto recorrido. Una corrida infame para tres diestros que, al menos, mostraron una voluntariosa decisi¨®n para afrontar las dificultades.
As¨ª le ocurri¨® a Curro D¨ªaz, un torero fino que no pudo triunfar pero acab¨® con su dif¨ªcil lote, con enorme gallard¨ªa y pundonor, y sorprendi¨® a todos por su entrega y arrojo en ambos toros.
Cargado de defectos lleg¨® el primero, y no se amilan¨® el torero, quien, por el contrario, aguant¨® coladas de miedo y, bien colocado siempre, exprimi¨® la corta embestida del toro. Pronto se raj¨® el cuarto, aunque le permiti¨® demostrar que es un torero a tener en cuenta y que puede dar mucho de s¨ª si los toros lo respetan. Ayer no tuvo suerte, aunque estuvo muy por encima de su lote.
Tambi¨¦n sali¨® airoso Fernando Roble?o; valiente en todo momento y muy decidido, se pele¨® con el segundo, un toro con el recorrido muy corto y una enorme falta de casta, con el que se justific¨® sobradamente.
Con un pase cambiado por la espalda inici¨® la faena de muleta en el quinto y los pitones le rozaron la taleguilla. El animal, muy deslucido, no permiti¨® la continuidad deseada y, a pesar del inter¨¦s del torero, no consigui¨® enardecer a nadie. Por cierto, Roble?o mat¨® muy mal a sus dos toros, con una preocupante falta de tino.
Eso fue lo que le falt¨® al triunfador moral de la tarde, Luis Vilches, un torero de Utrera que lamentar¨¢ mucho tiempo su falta de punter¨ªa. Pero otras tardes vendr¨¢n para seguir regando el ruedo con la fina elegancia de su alma de artista.
Babelia
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