"Jugu¨¦ en el Milan y s¨¦ que sigue vivo"

Durante un buen rato, ayer al mediod¨ªa, Frank Rijkaard busc¨® uno por uno a los jugadores que pisaron el campo de entrenamiento de La Mas¨ªa y les habl¨® bajito y al o¨ªdo, como acostumbra, sin estridencias. El t¨¦cnico departi¨® con Eto'o, despu¨¦s con Iniesta, m¨¢s tarde con M¨¢rquez, y as¨ª con todos los futbolistas, a excepci¨®n, claro, de los que como Ronaldinho -en el gimnasio- y Oleguer -en la enfermer¨ªa- no asomaron ayer la cabeza por el campo de trabajo, y con los que se supone habl¨® tambi¨¦n. El defensa sufre una elongaci¨®n muscular en el aductor de la pierna izquierda que le tendr¨¢ diez d¨ªas de baja, y al brasile?o le vieron lo justo por el vestuario: cuando Alejandro Echevarr¨ªa -cu?ado de Joan Laporta y ex directivo- baj¨® al vestuario para hacer su visita diaria, el gaucho ya se hab¨ªa marchado a su casa -el brasile?o grabar¨¢ una canci¨®n con el grupo Samba team que se llamar¨¢ Goleador-.

Al resto, Rijkaard les hizo llegar un mensaje inequ¨ªvoco. "Hemos ganado en San Siro, fant¨¢stico, pero no pens¨¦is que est¨¢ todo hecho. Yo jugu¨¦ en el Milan y s¨¦ lo que estar¨¢ pasando por la cabeza de sus jugadores en este momento. Nuestro trabajo no ha concluido", vino a decir el entrenador. Y su discurso cuajo. Eto'o compareci¨® ante la prensa y lo dej¨® muy claro: "Soy futbolista y pienso como tal. No puedo ver las cosas como un aficionado, ni tampoco como mi presidente", proclam¨®. "Para ellos, sus jugadores son los mejores, los m¨¢s guapos. Y pueden ser optimistas, pero nosotros no podemos serlo; hay que jugar con madurez", a?adi¨® antes de de desvelar que est¨¢ listo "para sufrir en el Camp Nou ante el Milan". "La renta es buena pero no podemos dormirnos. Hay que meter el pie sin miedo en el partido de vuelta; si no puede jugar uno la final la jugar¨¢ otro compa?ero", apostill¨® el camerun¨¦s. Al africano le dio tiempo despu¨¦s para charlar con seis ni?os que, becados por la fundaci¨®n que lleva su nombre, est¨¢n a prueba en La Mas¨ªa.

Rijkaard, mientras, daba por concluida la sesi¨®n de persuasi¨®n y pas¨® a charlar con ?ngel Mur, fisioterapeuta del Barcelona desde hace treinta a?os. A su lado, V¨ªctor Vald¨¦s, el portero barcelonista, y Ludovic Giuly, delantero franc¨¦s que marc¨® el gol de la victoria en Milan, corr¨ªan juntos por el campo de entrenamiento. El tema de conversaci¨®n era el partido de Mil¨¢n y sus comentarios coincidieron con los del director deportivo, Txiki Begiristain: "El resultado es bueno pero somos conscientes de la dificultad del partido de vuelta. El f¨²tbol es sufrir".

Giuly, sin duda el hombre m¨¢s requerido ayer por los medios, reconoci¨® tras el ejercicio matinal lo meritorio del resultado y, especialmente, lo trascendental que resultaron algunas intervenciones de Vald¨¦s: "Sus paradas fueron decisivas. Del portero nos acordamos s¨®lo cuando falla y no es justo", se lament¨® Giuly, que destac¨® "la parada a Shevchenko en la primera mitad y la que le hizo a Maldini al final del partido". Una evidencia de la trascendencia que tuvo su compa?ero en la victoria.

"No es la primera vez que salva el partido. Cuando tiene que ser decisivo, lo es", recordaba el extremo, rememorando los recuerdos vividos en San Siro. "En el campo, las sensaciones a veces son confusas y la jugadas poco claras, pero cuando las ves por la televisi¨®n no hay duda". Para Giuly, un equipo grande necesita un portero grande. "Vald¨¦s lo es", apunt¨® el franc¨¦s, que reconoci¨® que en la jugada del gol fusil¨® a Dida "sin pensar". "Ronie me puso un bal¨®n de oro y tire sin m¨¢s", dijo el extremo azulgrana.

"Yo vi el gol desde muy lejos", aseguraba Vald¨¦s justo cuando acababa de ejercitarse con Giuly. "Me cae especialmente simp¨¢tico. Por eso, cuando marc¨®, antes de plantearme la trascendencia que su gol ten¨ªa para el equipo pens¨¦: 'Se lo merece'. Giuly lo ha pasado mal este a?o". Luego, interpret¨® lo que reclamaba el partido: "Pens¨¦: 'Si sabemos jugar, la victoria es nuestra. Supimos hacerlo".

Giuly, que anda con molestias, reconoci¨® que hab¨ªa pactado con el entrenador el cambio en el descanso del partido. Llegada la hora, sin embargo, el jugador le pidi¨® al entrenador que le concediera veinte minutos m¨¢s y fue entonces cuando marc¨® el gol victorioso.