Combate de sumo
Uno sube, pac¨ªficamente dice. El otro baja, con gran estruendo y pol¨¦mica. Aparentemente no hay competencia entre ambos. Pero en realidad la hay incluso en el trato, cuidado hasta el detalle; exquisito y amistoso, pero lleno siempre de rivalidad. Son los dos hombres m¨¢s poderosos del planeta y su encuentro de hoy no tendr¨¢ nada que ver con aquellas cumbres g¨¦lidas y sombr¨ªas en las que el presidente norteamericano y el l¨ªder sovi¨¦tico de turno negociaban amenazadoramente una reducci¨®n de sus inmensos arsenales. Debajo de la mesa, sin embargo, tambi¨¦n estar¨¢ esta vez la estabilidad del planeta, y m¨¢s en concreto la proliferaci¨®n nuclear, sobre todo despu¨¦s de que Bush ha ense?ado los dientes de un eventual ataque nuclear contra Ir¨¢n.
Es la primera visita oficial de Hu Jintao a Estados Unidos como presidente chino, aunque con Bush se ha entrevistado en cinco ocasiones anteriores. La preparaci¨®n ha suscitado una sorda tensi¨®n diplom¨¢tica: Pek¨ªn quer¨ªa un viaje de Estado como el de Deng Xiaoping en 1979 y Jiang Zemin en 1997, con cena incluida, pero la Casa Blanca quer¨ªa dejarlo en un viaje de trabajo s¨®lo con almuerzo oficial. Al final, ser¨¢ de Estado para los chinos y de trabajo para los norteamericanos, al gusto de cada uno.
China ha preparado el viaje con modos persuasivos. La vicepresidenta Wu Yi, con un centenar de empresarios, ha precedido a Hu Jintao en su desembarco, chequera en mano. Los chinos se han gastado 16.200 millones de d¨®lares en aviones (80 aparatos comprados a Boeing), productos agrarios, partes de autom¨®vil, equipos de telecomunicaciones y software inform¨¢tico (Lenovo, el fabricante chino de ordenadores, ha firmado un contrato con Microsoft por 1.200 millones de d¨®lares). China es el mayor exportador de pollos que hay en el mundo. Y sin embargo se ha dedicado a comprar pollos americanos. El experto de la Brookings Institution, Jing Huang, asegura que se trata de un gesto dirigido a los congresistas republicanos de cara a las elecciones de mitad de mandato de noviembre. "Los chinos han hecho muy bien sus deberes", ha se?alado (www.brookings.edu).
Pero la estrella pol¨ªtica de la agenda de hoy es el petr¨®leo. El tir¨®n en los precios del crudo se debe a la acci¨®n de ambos gigantes. China, con un hambre creciente de materias primas, incide en la demanda, en la que ya se sit¨²a como segundo consumidor mundial desde 2004. Estados Unidos, con su presi¨®n diplom¨¢tica y militar, incide en la escasez de la oferta. Contratos de suministro por un lado, amenazas por el otro, y precios por los cielos como resultado. Para Pek¨ªn es cuesti¨®n de no mezclar negocios y pol¨ªtica, como muchos pa¨ªses occidentales han hecho durante largas ¨¦pocas de relaciones internacionales dominadas por el realismo. Para Washington, en cambio, la firma de contratos con pa¨ªses de su lista negra, como Ir¨¢n, Sud¨¢n o Venezuela, es una forma de hostilidad.
China quiere persuadir al mundo de que ya tiene suficientes problemas internos como para erigirse en alternativa a Estados Unidos en la direcci¨®n de los asuntos mundiales. Apuesta por el statu quo, incluso en los focos de tensi¨®n que m¨¢s la afectan, como es el caso de Taiwan. Washington, por su parte, quiere atornillar al gigante asi¨¢tico, al que percibe como un rival actual en la conquista de mercados y como un enemigo potencial en el futuro, en el momento en que China haya conseguido una mejor posici¨®n internacional y un mejor desarrollo tecnol¨®gico, con las consecuencias conocidas en el terreno militar.
?Cu¨¢l de los dos es m¨¢s peligroso? Nadie debiera tener duda alguna y menos todav¨ªa las respectivas poblaciones. Es un ejercicio elocuente la confrontaci¨®n de los informes sobre derechos humanos del Departamento de Estado norteamericano sobre China y del Consejo de Estado chino sobre Estados Unidos. Uno baja en sus est¨¢ndares y el otro sube, pero en ambos casos muy lentamente y, a pesar de todos los Abu Ghraib, partiendo de una distancia abismal. Veamos qu¨¦ dice el mismo Jing Huang sobre este cap¨ªtulo: "Si yo soy un hombre de negocios, quiero ir a China porque no hay sindicatos, no les preocupan los derechos humanos y el sistema fiscal es un caos. Puedo hacer dinero all¨ª".
Dentro de 25 a?os China quiz¨¢s habr¨¢ suavizado su r¨¦gimen interno, pero ser¨¢ mucho m¨¢s peligroso internacionalmente. Por ahora, de esos dos gigantones es el americano el que parece m¨¢s resuelto a hacer cuantos estropicios le convengan en la escena internacional con tal de imponer su punto de vista y su dominio.
En muchas modalidades de combate cuerpo a cuerpo, como es el sumo, los luchadores aprovechan en beneficio propio la energ¨ªa cin¨¦tica del contrario. Cuanto mayor es su peso y la fuerza que desarrolla en un movimiento, mejor sirve a quien quiere derribarlo. No vence quien tiene m¨¢s volumen o m¨¢s m¨²sculo, sino el m¨¢s ¨¢gil e inteligente. A veces, incluso, el mal luchador se lesiona a s¨ª mismo.
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