Berlusconi no se rinde
La resistencia de Il Cavaliere a aceptar su derrota no impedir¨¢ la formaci¨®n del Gobierno
Silvio Berlusconi no se rinde. Ni reconoce su derrota ni concede legitimidad a la victoria de Romano Prodi. Su resistencia numantina no cambiar¨¢ los resultados, ya oficializados por el Tribunal de Casaci¨®n, ni impedir¨¢ que en la segunda quincena de mayo se forme un nuevo Gobierno, pero alimenta la tensi¨®n y acent¨²a la sensaci¨®n general de inestabilidad pol¨ªtica. Il Cavaliere est¨¢ convencido de que el Gobierno de Prodi caer¨¢ en oto?o y quiere mantener en pie de guerra a los suyos para recuperar el poder lo antes posible.
"Este Gobierno nace muerto", dijo el mi¨¦rcoles a sus colaboradores m¨¢s directos. Berlusconi, encerrado en su despacho del palacio Chigi, mantiene una reuni¨®n tras otra y sue?a con la revancha. Sus abogados estudian la posibilidad de presentar otro recurso contra los resultados electorales, esta vez ante el Tribunal Administrativo Regional del Lazio. Sus parlamentarios exigir¨¢n, en cuanto se constituya el Parlamento, que la Junta Electoral de la C¨¢mara de Diputados revise una a una el mill¨®n largo de papeletas nulas.
Su decisi¨®n es no conceder un minuto de respiro al centro-izquierda
"El Gobierno empezar¨¢ a hundirse en julio y caer¨¢ en oto?o", augura el l¨ªder de Forza Italia
Habituado a vencer sus batallas contra la justicia por la v¨ªa del recurso, la descalificaci¨®n, la dilaci¨®n y la prescripci¨®n del delito, no quiere dejar de probar esa t¨¢ctica, que ofrece la ventaja de mantener la sombra de la duda sobre la validez de la mayor¨ªa de Prodi. Es un hecho que, si se sumaran los votos de comicios distintos como a la C¨¢mara de Diputados y al Senado, el centro-derecha recibi¨® m¨¢s votos en total, y Berlusconi no quiere que nadie lo olvide.
Los fieles m¨¢s fieles a Berlusconi, como el senador Antonio Tomassini, de Forza Italia, mantienen un tono apocal¨ªptico en sus declaraciones: "La decisi¨®n del Tribunal de Apelaci¨®n nos da por vencidos, pero no por convencidos ni resignados", proclam¨® Tomassini. "Algo chirr¨ªa entre la desfachatez de quien, con arrogancia, se pavonea de su victoria, y el hecho de que exista una diferencia de s¨®lo un peque?o pu?ado de votos conseguidos con embrollos, irregularidades y fraudes. La suma total de los votos que nos concedieron m¨¢s de la mitad de los ciudadanos confirma nuestra victoria, que una vez m¨¢s intentan robarnos".
La guardia pretoriana de Berlusconi reconoce, sin embargo, que la estrategia berlusconiana ya no tiene su objetivo en un milagroso triunfo in extremis aportado por un fantasmag¨®rico recuento exhaustivo, sino en una guerrilla parlamentaria feroz que desgaste desde el primer d¨ªa a un Gobierno que nacer¨¢ fr¨¢gil. "Basta tener 12 diputados presentes para exigir que se verifique el qu¨®rum, no podr¨¢n permitirse ni un resfriado", declar¨® Carlo Vizzini, de Forza Italia, al Corriere della Sera. "Con los n¨²meros que arroja el resultado, tenemos la seguridad de frenar cada proyecto de ley en el art¨ªculo uno", dijo.
"Hay quien concede al Gobierno de Prodi hasta dos a?os de vida, pero quien dice eso est¨¢ loco", coment¨® Berlusconi a uno de sus visitantes de estos d¨ªas. "El Gobierno vacilar¨¢ cuando tenga que aprobar las correcciones al presupuesto, empezar¨¢ a hundirse en julio, con la refinanciaci¨®n de la misi¨®n en Irak, y caer¨¢ en oto?o".
?sos son los c¨¢lculos berlusconianos. Sobre ellos justifica su decisi¨®n de no conceder respiro. Si a partir de oto?o se convocan elecciones, quiere estar seguro de la victoria. Si se intenta buscar alguna mayor¨ªa alternativa para un Gobierno t¨¦cnico, como en 1998, quiere estar en el centro de las negociaciones y aparecer como el hombre fuerte, el ¨²nico capaz de articular una coalici¨®n de Gobierno estable.
Prodi sigue esperando la famosa llamada telef¨®nica, el mensaje de felicitaci¨®n que despu¨¦s de cada elecci¨®n el vencido suele enviar al vencedor. Pero lo m¨¢s probable es que no llegue nunca. "No existe ninguna tradici¨®n que la respalde, es un rito que en Italia carece de antecedentes, se hace en Am¨¦rica, pero aqu¨ª no, y no entiendo por qu¨¦ deber¨ªamos empezar ahora", dice Il Cavaliere, seg¨²n fuentes citadas por Corriere della Sera.
Dos de los cuatro grandes componentes de la coalici¨®n berlusconiana, los posfascistas de Alianza Nacional y los democristianos de UDC, ya han admitido, a rega?adientes, la victoria de Prodi. En el rinc¨®n numantino permanecen Forza Italia y la Liga Norte.
La resistencia de Berlusconi incomoda a los democristianos y, en otra situaci¨®n, podr¨ªa inducirles a distanciarse del centro-derecha y llegar a alg¨²n tipo de acuerdo parcial con el centro-izquierda. Pero Berlusconi cuenta con mantener unida a su coalici¨®n con un cemento pol¨ªtico que nunca falla: el olor de la sangre del enemigo.
Lo tradicional en Italia es que los vencidos corran en desbandada hacia los brazos del vencedor. La vieja tradici¨®n de la estampida y el arreglo topa, esta vez, con un obst¨¢culo: el vencedor no durar¨¢ cinco a?os, y quiz¨¢ no dure m¨¢s de uno. ?Vale la pena el chaqueteo por s¨®lo unos meses de poder? Evidentemente, no. ?se es el motivo de que hasta el momento ni siquiera los democristianos, habil¨ªsimos en la ciencia del desplazamiento izquierda-derecha-izquierda, seg¨²n la direcci¨®n del viento electoral, hayan empezado a exhibir sus encantos ante Il Professore.
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