La s¨ªntesis de las artes

Le Corbusier (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887-Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1965) desarroll¨® un lenguaje arquitect¨®nico articulado con formas muy sencillas, prescindiendo de todo el repertorio ornamental de los historicismos que las modas ecl¨¦cticas hab¨ªan conducido al paroxismo. Esa sencillez, sin embargo, es s¨®lo aparente. Si nos fijamos en cualquier elemento de sus edificios podremos comprobar que poseen una riqueza formal y pl¨¢stica que ha inducido a comparar su obra arquitect¨®nica con el cubismo. Efectivamente, el gran arquitecto, que durante d¨¦cadas ejerci¨® una influencia mundial sobre varias generaciones de los denominados "arquitectos del Movimiento Moderno", fue tambi¨¦n un gran pintor y un destacado escultor que comenz¨® su carrera art¨ªstica militando en una de las corrientes cubistas, el Purismo, que fund¨® junto a Am¨¦d¨¦e Ozenfant.

Le Corbusier siempre insisti¨®

en llamarse a s¨ª mismo artista pl¨¢stico ante todo. Lo fue, y muy considerable, como lo muestran las dos exposiciones que coinciden en Madrid por estas fechas. En este sentido, podemos contemplar y apreciar pinturas, collages y dibujos, sin necesidad de recurrir al recuerdo, ni mucho menos al mito, creado en torno a su arquitectura porque la obra pl¨¢stica de Le Corbusier tiene autonom¨ªa y cualidades propias.

En la galer¨ªa Guillermo de Osma se pueden ver treinta dibujos, el primero de ellos fechado en 1922, a trav¨¦s de los cuales se aprecia su interpretaci¨®n particular del cubismo, del que el propio artista se consideraba un superador. Se trata de bodegones en los que se hace evidente la "composici¨®n" por medio de l¨ªneas horizontales y verticales, como tambi¨¦n comenz¨® haciendo Mondrian, pero en vez de caer en el esquematismo y la abstracci¨®n del holand¨¦s, Le Corbusier se ir¨¢ afianzando en la figuraci¨®n, en el inter¨¦s por el cuerpo de la mujer y por la monumentalidad, hasta llegar a una cierta visi¨®n surrealista del mundo.

En el C¨ªrculo de Bellas Artes se exhibe Le Po¨¨me de l'Angle Droit, un libro de artista de gestaci¨®n lenta, entre 1947 y 1955, compuesto por textos, dibujos y 19 litograf¨ªas. El libro, que se presenta desplegado hoja a hoja, es excepcional por muchas razones pero, sobre todo, porque muestra la idea de "s¨ªntesis de las artes" que el maestro suizo fue elaborando durante su intensa vida. Esa s¨ªntesis la realiza entrelazando la escritura, el dibujo, el color, la forma y los signos por medio de una fuerte dosis de po¨¦tica, de la que no son ajenas sus ideas sobre la arquitectura y la naturaleza, ya que el ¨¢ngulo recto, al que alude el t¨ªtulo de este poema, es una construcci¨®n ideal racionalista que surge de la posici¨®n del sol, en su cenit, sobre la horizontal del suelo. Bodegones, barcas, mujeres, espacios, manos, cabezas de caballo y peces configuran un repertorio iconogr¨¢fico que responde a los mitos que poblaban el imaginario del artista.

Pero el inter¨¦s de esta exposici¨®n sobrepasa las expectativas de ver un libro raro, por muy espl¨¦ndido que ¨¦ste sea, ya que junto a ¨¦l se muestran los dibujos, collages y gouaches originales con los que compuso y elabor¨® esta obra. Entre ambas exposiciones podemos forjarnos una idea de su potente imaginaci¨®n y de su destreza como dibujante pero, sobre todo, de c¨®mo la capacidad de trabajo fue el motor de una mente sin l¨ªmites que supo conjugar los actos de creaci¨®n pura con la pr¨¢ctica de originales proposiciones arquitect¨®nicas que no hubieran tenido sentido sin el desarrollo de su particular visi¨®n po¨¦tica de las artes.