"Estamos todos muy bien"
Sergio Pitol celebra junto a los Reyes de Espa?a, editores, escritores, catedr¨¢ticos y pol¨ªticos el galard¨®n recibido en Alcal¨¢ de Henares
Corrieron bandejas, buen vino y refrigerios despu¨¦s de la ceremonia colorida y nutrida de la entrega ayer del Premio Cervantes en Alcal¨¢ de Henares a Sergio Pitol. Pero no hubo el jolgorio de otros a?os en el patio de la universidad. Tampoco dur¨® tanto la fiesta. Los alcala¨ªnos y algunos turistas sorprendidos por la parafernalia se quedaron en la puerta, esta vez acompa?ando a la tuna, que tuvo que cantar al Rey en la calle.
No entr¨® la banda este a?o al ¨¢gape, lo que produjo divisi¨®n de opiniones y, en algunos casos, alivio y pura felicidad. Se quedaron con la bandurria fuera del patio. Tampoco se desmelenaron algunos mandatarios como el a?o pasado, cuando hasta Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se fum¨® tranquilamente un pitillo -no era delito en 2005- y departi¨® con los periodistas de varios temas. Este a?o sali¨® pitando, antes que Esperanza Aguirre -que se qued¨® un ratillo m¨¢s a repartir profidenes- y poco despu¨¦s de los Reyes. Lo hizo agarrado de la mano de su esposa, Sonsoles Espinosa, y apenas dijo: "S¨ª, me ha gustado el discurso, tres menciones a Borges y una evocaci¨®n del exilio. Adi¨®s".
Menos mal que andaba por all¨ª su profesor de literatura durante el bachillerato, Alfonso Garc¨ªa, que coment¨® lo bien que le¨ªa el presidente del Gobierno de joven y que era "un excelente alumno que pon¨ªa en tela de juicio incluso al profesor". Como una vez, que le propuso ni m¨¢s ni menos que no se firmaran los ex¨¢menes. El t¨ªpico s¨ªndrome del mandatario precoz. "?As¨ª que no era Bambi?", le pregunt¨® alguien. "Bambi, s¨ª, pero de hierro", respondi¨® el maestro de Zapatero.
Seg¨²n Garc¨ªa, cuando era adolescente y le daba clase entre los 15 y los 18 a?os en el Colegio Leon¨¦s, "no era empoll¨®n, pero s¨ª reflexivo". Adoraba a Borges y a Garc¨ªa M¨¢rquez, junto a quien ve¨ªa en Macondo "una representaci¨®n del mundo".
Y de Macondo a Garc¨ªa Berlanga, porque, al fin y al cabo, estamos donde estamos. Tambi¨¦n ayer hubo comedia. En lo de soltar ¨®rdenes, los que se salieron fueron los de prensa de la Casa Real, uno de cuyos miembros se atrevi¨® a darle un toque hasta a la ministra de Cultura, Carmen Calvo. Se encontraba ella en su salsa dando ch¨¢chara a los periodistas cuando el de Zarzuela le dijo delante de todo el mundo: "Esto no es as¨ª". "Esto" era tomarse algo y charlar con los informadores a escasos metros del Rey, acorralado entre los seguratas con el pinganillo. Y "as¨ª" deb¨ªa ser tranquilamente, incluso con alguna risa que otra, con buen rollo. Ni la advertencia ni la petici¨®n de la ministra, "tranquilo que estamos charlando", le cambi¨® el gesto retador al amigo. Demasiados nervios para tanta fiesta de las letras.
No pod¨ªan evitar su asombro los presentes que observaron la salida de tono. Otros merodeaban en los corrillos, y ni amenazados por algunos nubarrones grises oscuros dejaban de recomendar libros del premiado, como la ex ministra de Cultura Carmen Alborch, que dio una lista larga a la que seguramente no pondr¨ªa muchos peros Enrique Vila-Matas, que andaba por all¨ª como disc¨ªpulo de Pitol junto a su editor com¨²n, Jorge Herralde, de Anagrama. Manuel Ram¨ªrez, de Pre-Textos, que tambi¨¦n ha publicado a Pitol, estuvo cerca del maestro casi todo el tiempo. No acudieron esta vez demasiados escritores. Estuvo Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu y estuvo Rodrigo Fres¨¢n, que form¨® parte del jurado. Entre los mexicanos, la larga figura de Juan Villoro no pas¨® inadvertida, y estuvieron tambi¨¦n Marg¨® Glantz y Sealtiel Alatriste, acompa?ados de Sari Berm¨²dez, responsable mexicana de Cultura.
Pitol, abrumado, emocionado, desbordado por los abrazos, recib¨ªa enhorabuenas y palmadas de los presentes en la fiesta, algunos de los cuales tambi¨¦n visitaron la exposici¨®n que sobre el escritor se puede ver en la universidad. Estaba tan emocionado que no acertaba a decir m¨¢s que "muy bien, muy bien, estamos todos muy bien y muy contentos", antes de salir en busca del primo y los dos sobrinos que le hab¨ªan acompa?ado desde M¨¦xico.
No le faltaron las felicitaciones de editores como Pancho P¨¦rez Gonz¨¢lez y Emiliano Mart¨ªnez, de Santillana; y de responsables de instituciones, como V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real Academia Espa?ola, entusiasmado con la nueva Gram¨¢tica que est¨¢n preparando los se?ores de la RAE; C¨¦sar Antonio Molina, director del Instituto Cervantes; Rosa Reg¨¤s, directora de la Biblioteca Nacional, o Alicia G¨®mez Navarro, directora de la Residencia de Estudiantes.
Babelia
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