Rojo: un general republicano
Coinciden en abril -el mes m¨¢s cruel, seg¨²n el primer verso de La tierra bald¨ªa, de Eliot- dos efem¨¦rides, tan madrile?as como asi¨¢ticas, de la mayor relevancia: la resurrecci¨®n de uno de los cad¨¢veres m¨¢s influyentes de la historia -el de Jesucristo- y la celebraci¨®n del 75? aniversario de la proclamaci¨®n de la II Rep¨²blica el ya m¨ªtico d¨ªa 14, que este a?o ha ca¨ªdo en Viernes Santo. Las efem¨¦rides -voz que recalca el que sean sucesos que transcurren en el plazo de un d¨ªa- me sorprenden leyendo Vicente Rojo. Retrato de un general republicano, un libro excelente, que obtuvo el XVIII Premio Comillas, de su nieto Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo.
La Rep¨²blica, contra la que se alzaron los golpistas, era la democracia y, como ya dej¨® claro Jardiel Poncela en su divertida novela La tourn¨¦e de Dios, cuando un reportero le pregunt¨® al Sumo Hacedor, en su viaje a la tierra, cu¨¢l era su r¨¦gimen pol¨ªtico favorito, contest¨® airado: "?C¨®mo se me puede hacer a m¨ª esta pregunta? ?Qui¨¦n puede dudar de que mi r¨¦gimen favorito es la dictadura?".
Y respecto a la persona humana de Jesucristo -el eficaz catecismo del padre Astete nos ilustr¨® a fondo sobre sus dos naturalezas-, tampoco puede haber dudas sobre sus preferencias de r¨¦gimen pol¨ªtico. Jesucristo fue condenado a muerte por aclamaci¨®n popular en uno de los triunfos m¨¢s plenos de la democracia, aunque fuera corrupta, seg¨²n el an¨¢lisis que hace Gustavo Zagrebelsky en su libro La crucifixi¨®n y la democracia. Cristo debe ser, pues, antirrepublicano. Aunque cristianismo y republicanismo, alguna vez, casan bien. Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo dice en el pr¨®logo que Vicente Rojo, adem¨¢s de ser republicano, era tambi¨¦n cat¨®lico, algo que un jesuita que lo admiraba no lograba entender. Es una pregunta que se han hecho muchos: ?c¨®mo un militar cat¨®lico se libra de ser golpista?
Para obtener, de un vistazo, un perfil breve de Vicente Rojo, consult¨¦ la Enciclopedia Durvan, que es mi Biblia, y me dej¨® de piedra de las canteras colmenare?as cuya historia de los d¨ªas de la Rep¨²blica y de la Guerra Civil en este municipio la ha estudiado, con gran rigor, Fernando Colmenarejo Garc¨ªa en Rep¨²blica y guerra civil en Colmenar Viejo. Y regresando de la ermita de la Virgen de los Remedios de Colmenar Viejo a la Enciclopedia Durvan, en la que colaboran 26 premios Nobel, hallo que en las seis entradas dedicadas a la voz rojo, esta enciclopedia, que deber¨ªamos llevarnos a la tumba por si en el m¨¢s all¨¢ tenemos alg¨²n rato libre para ilustrarnos sobre el ¨¢cido pr¨²sico o la historia de los concilios, no incluye ni la menor menci¨®n de la figura de este general.
Consult¨¦ la Enciclopedia Encarta -que es ahora la Biblia de los alumnos de la ESO- y, en un instante, me enter¨¦ de la alt¨ªsima importancia hist¨®rica de Rojo. Cuando, en noviembre de 1936, el ej¨¦rcito golpista se dispon¨ªa a tomar Madrid, Vicente Rojo fue nombrado jefe del Estado Mayor de las fuerzas militares y dirigi¨® la resistencia de la agonizante capital del Estado. Pero Madrid resisti¨®.
Cuando, en mayo de 1937, Negr¨ªn llega al poder, Rojo se convierte en el general m¨¢s relevante de las tropas republicanas. Al acabar la guerra, se exili¨®. Regres¨® a Espa?a en 1958 y fij¨® su residencia en Madrid, donde muri¨® en 1966. Saludemos a este noble general con unos compases de las cuatro versiones originales de La ritirata notturna di Madrid, de Luigi Boccherini y Luciano Berio, que en el ¨¢lbum Espa?a, de dentro a fuera interpreta espl¨¦ndidamente la Joven Orquesta Nacional de Espa?a. Es una marcha militar en la que se percibe un fin¨ªsimo humor y el eco de este verso tambi¨¦n de La tierra bald¨ªa, de Eliot: "Ven bajo la sombra de esta roca roja".
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