Enjaulados, feos
Veo en la televisi¨®n y en los peri¨®dicos la jaula para jabal¨ªes en la que encerraban a los ni?os suizos (sus padres corr¨ªan con los gastos) y un terremoto de la memoria me desencaja la conciencia de lo que estoy viendo: yo recuerdo una obra de teatro del colegio La Salle de Almer¨ªa -en 1958 o 1959- llamada El huerfanito de Suiza en la que yo hac¨ªa de huerfanito suizo. Aquel colegio era una jaula. En realidad, una jaula dentro de otra: la de aquel pa¨ªs con aquellos frailes a cargo de nosotros, que no ten¨ªamos m¨¢s oportunidad que aquellos teatritos para intentar aspirar a una vida imposible de vivir all¨ª. Como en la c¨¢rcel de Picassent: una mujer canta desde dentro de la jaula en la que est¨¢ presa, saca las manos desde dentro de las rejas y lo que se oye son alaridos que quieren ser una saeta para una imagen que hacen desfilar por los pasillos de la c¨¢rcel. Colegios de pago para enjaular ni?os, jaulas de pago, procesiones que circulan por circuitos cerrados hacia fuera, como las mism¨ªsimas tenazas del demonio: un castigo que no hay manera de quitarse de encima cada primavera.
Es la met¨¢fora de la jaula: se acabar¨¢ ETA, pero cada primavera los ciudadanos no cofrades seguiremos atrapados en nuestras ciudades en lo m¨¢s parecido a aquella Operaci¨®n Jaula que montaba la polic¨ªa despu¨¦s de cada atentado para intentar apresar a los terroristas antes de que huyeran de la ciudad atacada. La Semana Santa nos tiene enjaulados y a la parrilla. La televisi¨®n, que es una insoportable redundancia de la vida, multiplica el efecto jaula. Canal Sur ha hecho un despliegue cofrade que no nos ha dado respiro y del que el servicio p¨²blico alardea en un comunicado: "un total de 55 horas de procesiones de las cuales, en directo, ser¨¢n 40", "un equipo profesional formado por unas 200 personas, que contar¨¢ con un completo dispositivo tecnol¨®gico", "11 unidades m¨®viles tipo DSNG", etc¨¦tera, para ofrecer una informaci¨®n que ocupa toda la parrilla con las transmisiones espec¨ªficas m¨¢s las que se cuelan en Andaluc¨ªa directo o en Mira la vida.
Variantes de la jaula: la plaza de toros de Granada tiene un entorno que al parecer es una tentaci¨®n insuperable para hacer en ¨¦l un buen botell¨®n. En la prensa local se cuela una imagen sobrecogedora de ese espacio cercado ya por vallas met¨¢licas que lo preservan de los b¨¢rbaros y de los que no lo son tanto. ?No podr¨ªa hacerse en Andaluc¨ªa directo un reportaje que, en vez de volver a mostrar la multitud en botell¨®n, ense?ara esa otra ciudad vac¨ªa y cercada por vallas met¨¢licas?
Y Marbella: hay gente entre rejas, pero los de fuera no se sienten m¨¢s libres: en Andaluc¨ªa directo un ciudadano dice que se ha muerto el perro, pero que queda la rabia: por la impotencia, por la poca confianza. En la noche del domingo de resurrecci¨®n, en el infame Hacemos el humor, cuentan el chiste del castigo de uno que no merece entrar en el cielo: hacer el amor con una mujer fea.
Cuesta respirar.
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