El enemigo en casa

Mendizorroza nunca ha sido un campo caliente. El p¨²blico gasteiztarra no se destaca por su vehemencia a la hora de animar ni de presionar al rival. Claro que hay algunos aficionados voluntariosos pero, por lo general las gradas del feudo del Alav¨¦s son bastante fr¨ªas y por momentos los partidos transcurren casi en silencio.

Ayer volvi¨® a ocurrir durante gran parte del encuentro. A pesar de estar jug¨¢ndose el descenso de categor¨ªa y de ir por detr¨¢s en el marcador los gritos y c¨¢nticos de ¨¢nimo no alcanzaron la vehemencia y la potencia que suele verse en otros campos. S¨®lo en la segunda parte subieron de tono, pero el detonante no fue ninguna acci¨®n del equipo, ninguna jugada, ni siquiera el ¨¢rbitro. Fue Piterman.

El presidente-entrenador alavesista es la ¨²nica persona capaz de sacar de su letargo a una afici¨®n que parece resignada ante la suerte del equipo y que lo que tiene claro es que el enemigo est¨¢ en casa. A la salida de los vestuarios tras el descanso se anunci¨® por la megafon¨ªa del estadio el cambio de Bodipo por Jandro. La ocurrencia de Piterman fue recibida con una fuerte pitada y gritos de "no tienes ni p... idea".

El segundo cambio, por el contrario, fue saludado con aplausos, pero la incapacidad demostrada por el equipo unida al r¨¢cano juego desplegado por el Atl¨¦tico volvieron a enfriar los ¨¢nimos. Hasta el final del partido cuando volvi¨® a escucharse el ya c¨¦lebre "Dmitry Kanpora" (Dmitry a la calle").