Sin noticias del f¨²tbol
El Atl¨¦tico gana en Mendizorroza gracias a un libre directo precioso de Antonio L¨®pez
Piterman piensa que cuantos m¨¢s delanteros agrupe, m¨¢s contento estar¨¢ el respetable aunque hace tiempo que el p¨²blico le ha perdido el respeto. As¨ª que Bodipo, Aloisi y Nen¨¦ son intocables pase lo que pase. A Pepe Murcia los problemas le ven¨ªan por otro lado, por las lesiones de Fernando Torres, su bandera, y Kezman, la alternativa muscular. Pero para darle un poco m¨¢s de emoci¨®n al asunto prefiri¨® dejar en el banquillo a Petrov y confiar el ataque a dos muchachos reci¨¦n llegados, Del Moral y Marqu¨¦s, que le garantizaban kilovatios de energ¨ªa y ganas de pelea m¨¢s que f¨²tbol, porque ni uno, ni otro, son delanteros tal cual.
Bueno, pues con apuestas tan distintas (uno prevaleciendo el ataque, otro reforzando el centro del campo), ni se not¨® la estrategia. Ni el Alav¨¦s con sus m¨²ltiples delanteros, ni el Atl¨¦tico sin delanteros, inquietaron a los porteros. As¨ª que tuvo que ser un defensa, Antonio L¨®pez, zurdo, quien rompiera el partido en un libre directo efectuado con la finura y la violencia de los especialistas. Zapatazo y a la escuadra. Y a disfrutar del resultado.
ALAV?S 0 - ATL?TICO 1
Alav¨¦s: Constanzo; Gaspar, Sarriegi, Juanito, Gaspar, Coromina (Thiaw, m. 76); Edu Alonso, Astudillo, Carpintero (De Lucas, m. 59); Bodipo (Jandro, m. 45), Aloisi Y Nen¨¦.
Atl¨¦tico: Leo Franco; Molinero, Pablo, Perea (Garc¨ªa Calvo, m. 85), A. L¨®pez.; Valera (Petrov, m. 89), Gabi, Luccin, Galleti; Marqu¨¦s y Manu del Moral (Rufino, m. 70).
Goles: 0-1. M. 23. Antonio L¨®pez transforma un libre directo que supera a la barrera y al portero Constanzo.
?rbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Amonest¨® a Molinero, Marqu¨¦s, Astudillo y Jandro
Unos 10.000 espectadores en Mendizorroza
El Atl¨¦tico estaba bien armado atr¨¢s. El centro del campo alavesista era tan liviano que Luccin y Gabi se apoderaron de la parcela en la que uno y otro se iban a jugar los cuartos. Fue una cuesti¨®n de posici¨®n y sabidur¨ªa, m¨¢s que de t¨¦cnica o t¨¢ctica. Era estar o no estar y los alavesistas no estaban. Aparec¨ªan pero no estaban. Total que el Alav¨¦s lleno de delanteros no ten¨ªa el bal¨®n y el Atl¨¦tico, sin delanteros, lo ten¨ªa para nada. Y as¨ª pasaban los minutos, con energ¨ªa, pero sin f¨²tbol, con pases pero sin jugadas. El gol lleg¨® por una falta. No hab¨ªa otra manera, m¨¢s que intentarlo por la v¨ªa r¨¢pida y por obra y gracia de las habilidades t¨¦cnicas, en este caso de Antonio L¨®pez que la puso donde quiso.
El Alav¨¦s hab¨ªa dejado su agenda de notas vac¨ªa. Ni una jugada, ni una ocasi¨®n, ni un asomo de peligro. Alguien (vaya usted a saber qui¨¦n) le dijo a Piterman en el descanso que le sobraban delanteros y le faltaban centrocampistas. Y sali¨® Jandro por Bodipo y por las urgencias y la igualdad en la parcela central, el Alav¨¦s pareci¨® que daba se?ales de vida. No es que jugara bien, es que jugaba, y atacaba, y disparaba en la misma medida que el Atl¨¦tico iba reculando hacia su ¨¢rea, defendiendo cada vez m¨¢s atr¨¢s y especulando con el juego y el resultado.
Bien es verdad que no rehuy¨® el contragolpe y, cuando pudo, lo dise?¨® con tiral¨ªneas. A los 15 minutos de la reanudaci¨®n, Marqu¨¦s se invent¨® un ¨²ltimo pase precioso a Del Moral que s¨®lo la rapidez de Constanzo impidi¨® que se conviertiera en gol. Aquella jugada era la reedici¨®n del famoso Atl¨¦tico del contragolpe. Tres pases, con inteligencia, y gol. Pero lo impidi¨® el portero que para eso le pagan. Y todo sigui¨® igual. El Alav¨¦s le meti¨® adrenalina al partido, ansiedad, energ¨ªa, pero su f¨²tbol no mejoraba a pesar de que Piterman dio entrada a De Lucas para seguir intentando mejorar la parcela de creaci¨®n futbol¨ªstica.
A veces, los remedios de urgencia no funcionan. Quiz¨¢s el Alav¨¦s le entreg¨® demasiado partido al Atl¨¦tico en vez de hurgarle en las heridas, sin miedos. O no supo o no pudo, pero lo cierto es que en la primera mitad pareci¨® t¨ªmido y en la segunda apresurado. Y el Atl¨¦tico en paz, sin jugar ni bien ni mal. Trabajando, eso s¨ª, sin lustre pero con fuste. A pie de obra y sin m¨¢s objetivo que defender aquella genialidad de Antonio L¨®pez que le devolv¨ªa a la esperanza europea.. El resto fue an¨¦cdota. Leo Franco le meti¨® la rodilla en la espalda a Astudillo y en la siguiente jugada se enfad¨® con Aloisi porque meti¨® el brazo. Y hubo m¨¢s lesionados (Perea y Valera), accidentes, circunstancias. De f¨²tbol, sin noticias.
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