Berlusconi propone al veterano Andreotti para presidir el Senado
El a¨²n primer ministro italiano trata de dividir al centro-izquierda
Silvio Berlusconi tiene una ¨²ltima oportunidad para evitar que Romano Prodi forme Gobierno o lo haga en condiciones de debilidad extrema. La oportunidad se abrir¨¢ el viernes con la elecci¨®n del presidente del Senado, que pondr¨¢ a prueba la cohesi¨®n del centro-izquierda. Berlusconi ha sacado del armario como candidato al pol¨ªtico m¨¢s veterano, astuto y legendario de Italia: Giulio Andreotti, de 87 a?os.
El retorno de Belceb¨², como se conoce al viejo t¨®tem democristiano, parlamentario desde 1948 y siete veces primer ministro, inquieta profundamente a Prodi. El centro-izquierda propone a Franco Marini, democristiano integrado en La Margarita y antiguo secretario general del sindicato moderado Cisl; se trata de un hombre prestigioso que, en principio, deber¨ªa tener la victoria asegurada: en las sesiones inaugurales no faltar¨¢ nadie, y los dos esca?os de ventaja deber¨ªan ser suficientes para batir a casi cualquier candidato. Pero quiz¨¢ no basten para derrotar a Andreotti, que ejerce una fascinaci¨®n morbosa sobre varias generaciones de pol¨ªticos italianos.
La aritm¨¦tica, de momento, favorece a Marini. Por ¨¦l deber¨ªan votar los 158 senadores del centro-izquierda y cuatro senadores vitalicios: la premio Nobel Rita Levi Montalcini, el ex presidente Oscar Luigi Scalfaro, el ex jefe de Gobierno Emilio Colombo y el ex dirigente comunista Giorgio Napolitano. Con eso llegar¨ªa a los 162 votos necesarios para hacerse con la presidencia de la c¨¢mara. Andreotti parte con los 156 votos del centro-derecha, el suyo y, probablemente, los de otros dos vitalicios: el ex presidente Francesco Cossiga y el empresario Sergio Pininfarina. Luigi Pallaro, senador de la circunscripci¨®n suramericana adscrito al centro-izquierda, tambi¨¦n se inclina hacia Andreotti. En total, 160.
La clave estar¨¢ en las deserciones y en los francotiradores que se amparen tras el voto secreto. La coalici¨®n berlusconiana, convencida de que puede derribar a Prodi con un mazazo en el Senado, empieza a hacer gui?os al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil del centro-izquierda: los democristianos de Udeur, con tres senadores que podr¨ªan dar la victoria a Belceb¨². El l¨ªder de Udeur, Clemente Mastella, profesional de los viajes de ida y vuelta entre una coalici¨®n y otra, se queja de que Prodi no le ha llamado a¨²n y no le ha ofrecido nada. Andreotti, en cambio, es para Mastella "un pol¨ªtico insigne, alguien por encima de las luchas partidistas".
Giulio Andreotti maniobra con su habitual iron¨ªa. De su rival, Marini, dice que fue "un ¨®ptimo sindicalista, un democristiano excelente y un ministro eficaz", pero que a su edad, "s¨®lo" 73 a?os, es a¨²n "un novicio en cuestiones senatoriales". Belceb¨², recientemente absuelto por el Tribunal de Casaci¨®n tras dos condenas por asociaci¨®n mafiosa, se r¨ªe de su propia edad ("yo ya no hago planes para este mundo, sino para el otro") y de las tensiones que vivir¨¢ durante una votaci¨®n sobre el filo de la navaja: "Ya he visto varias de esas votaciones", dice. "La m¨¢s reciente y dram¨¢tica fue la que en 1994 supuso la derrota por un voto de Giovanni Spadolini, porque aquel recuento aceler¨® su muerte". Inmediatamente aclara que "Spadolini estaba enfermo". "Yo espero no estarlo", concluye.
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