V¨ªctimas integrales

La nueva Ley de V¨ªctimas del Terrorismo, que prepara el Gobierno y que actualiza y completa toda la legislaci¨®n existente sobre la materia, en especial la ley promulgada por el Gobierno del Partido Popular en 1999, supondr¨¢, sin duda, un paso trascendental en el reconocimiento debido a un colectivo social que agrupa a unas 17.000 personas en nuestro pa¨ªs.

Hasta ahora, la deuda contra¨ªda por el Estado y la sociedad con ellas ha tenido una dimensi¨®n casi exclusivamente econ¨®mica y en todo caso social. Con la nueva norma se pretende que esa deuda, aunque pr¨¢cticamente imposible de saldar, se extienda tambi¨¦n a otros campos -desde la reinserci¨®n laboral al acceso a la vivienda, pasando por la asistencia psicol¨®gica y la gratuidad jur¨ªdica- para que las v¨ªctimas dispongan de un apoyo institucional lo m¨¢s amplio posible y de car¨¢cter integral que refleje el compromiso de la sociedad espa?ola a un apoyo integral a aquellos de sus miembros que han sufrido la violencia terrorista. De la misma forma que ya ha sido establecido para las v¨ªctimas de la violencia machista.

Para que la ley llegue a buen puerto y tenga los efectos pr¨¢cticos y tambi¨¦n simb¨®licos que debiera tener es necesario, primero, desbrozar el camino para un di¨¢logo fluido con las diversas asociaciones de v¨ªctimas y despu¨¦s consensuarla pol¨ªticamente con el PP. Una norma de este tipo no deber¨ªa resultar conflictiva, pero son conocidas las divergencias entre diferentes asociaciones y el manifiesto distanciamiento de alguna de ellas respecto al Gobierno, as¨ª como la especial beligerancia que ha mostrado el PP en este campo. Es esencial, por tanto, que el Ejecutivo escuche a las v¨ªctimas y pacte con ellas todo lo que sea atendible antes de enviarla al Parlamento.