El eslab¨®n olvidado
La cr¨ªtica llama g¨¦neros menores al entrem¨¦s barroco y a su heredero dieciochesco, el sainete, confundiendo extensi¨®n con calidad. Estas piezas breves, representadas en los entreactos, gustaban tanto que los espectadores iban m¨¢s al teatro por ellas que por la comedia. Los ilustrados se empe?aron sin ¨¦xito en reformar los gustos del p¨²blico. Ram¨®n de la Cruz, como Lope siglo y medio antes, prefiri¨® "hablarle en necio para darle gusto" y hacer taquilla. Acrisol¨® un g¨¦nero que retrata la Espa?a del XVIII y, ?qu¨¦ le vamos a hacer!, la de hoy: sus personajes son tatarabuelos de los de Azcona y Berlanga.
Ernesto Caballero, director de Sainetes, ha escogido cuatro y los ha cosido haciendo teatro dentro del teatro: pone en escena a una compa?¨ªa dieciochesca, que est¨¢ ensay¨¢ndolos.
Sainetes
De Ram¨®n de la Cruz. Versi¨®n y direcci¨®n: Ernesto Caballero. Int¨¦rpretes: Cecilia Solaguren, Juan Carlos Talavera, Natalia Hern¨¢ndez, Rosa Savoini, Victoria Teijeiro, Ivana Heredia, I?aki Rikarte, Carles Moreu, Mar¨ªa Jes¨²s Llorente, Carmen Guti¨¦rrez, Jorge Mart¨ªn, David Lorente, Susana Hern¨¢ndez, Jos¨¦ Luis Alcobendas, Jos¨¦ Luis Pati?o, Eduardo Mayo. M¨²sica: Alicia L¨¢zaro, Luz: Juan G¨®mez Cornejo. Escenograf¨ªa: Jos¨¦ Luis Raymond. Madrid. CNTC. Teatro Pav¨®n. Hasta el 11 de junio.
La rid¨ªcula embarazada, el primero, es anecd¨®tico. El almac¨¦n de las novias respira un humor surrealista avant-la-lettre, y tiene una atm¨®sfera digna de las re¨®peras de Nieva. En busca de esposa, su protagonista es llevado a una tienda donde ocho candidatas ins¨®litas y esquinadas est¨¢n en venta. En La rep¨²blica de las mujeres, una tropa naufraga en una isla donde ellas gobiernan y los hombres quedan relegados a las labores del hogar: De la Cruz extrae el tema de una comedia de Marivaux. Manolo, tragedia para re¨ªr parodia de los dramas de honor, anticipa la tragedia grotesca de Arniches y algunos rasgos del esperpento: es el eslab¨®n perdido entre el entrem¨¦s cervantino y el Valle-Incl¨¢n ¨²ltimo.
Este teatro popular¨ªsimo pide desparpajo y atrevimiento. Caballero desmonta la boca del escenario, instala escaleras para que los int¨¦rpretes suban y bajen a la platea como vedettes e imprime ritmo y ganas a un elenco numeroso, el m¨¢s joven de los que haya presentado nunca la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico.
El juego esc¨¦nico es vivo, tanto como debi¨® de serlo en su ¨¦poca. Estos Sainetes divierten a lo llano. Est¨¢n entreverados con los fandangos, tiranas y seguiriyas originales, que los actores entonan, acompa?ados por un cuarteto de c¨¢mara. Alguna de estas partituras, desempolvadas por Alicia L¨¢zaro, no se hab¨ªa escuchado en dos siglos. Es ¨¦sta una ocasi¨®n rara de ver teatro dieciochesco bien hecho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.