Manifiestamente mejorable
Sostiene la autora que las malas condiciones de trabajo suponen un factor fundamental de la elevada siniestralidad laboral.Seg¨²n el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en 2005 murieron 990 personas en accidentes de trabajo, el 3,6% m¨¢s que el a?o anterior. Tenemos unos ¨ªndices de siniestralidad de los peores de toda la Uni¨®n Europea (uno de cada cuatro muertos por accidentes de trabajo ocurre en Espa?a).
Se acaban de cumplir 10 a?os de la entrada en vigor de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales y, aunque poco a poco las empresas van aceptando cumplir sus contenidos (por lo menos en lo formal), el objetivo fundamental de la norma, que era disminuir la siniestralidad y mejorar las condiciones del trabajo, dista mucho de ser conseguido. En las conclusiones de la ¨²ltima Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo se indica que hay un aumento de da?os reales o potenciales con una mayor morbilidad percibida respecto a 1999. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) considera que esto se debe, entre otras causas, al agravamiento de ciertas condiciones laborales.
Los trabajadores saben perfectamente que est¨¢n sometidos a riesgos de accidentes, y lo asumen
El 73,7% de los trabajadores manifiesta que su puesto laboral presenta alg¨²n riesgo de accidente y dentro de las causas de los accidentes la ¨²ltima y de menor importancia (0,4%) es la de que se trabaja sin la formaci¨®n suficiente. Es decir, los trabajadores saben perfectamente que est¨¢n sometidos a riesgos de accidentes, y lo asumen. Esto me recuerda, salvando las distancias, a la corrupci¨®n existente en Marbella, que todo el mundo conoc¨ªa desde hac¨ªa muchos a?os pero nadie actuaba; en unos casos, para no poner en peligro un negocio muy lucrativo, en otros por miedo real a represalias, y en ciertos casos por desidia.
Si realmente se quisiera actuar sobre la siniestralidad y la prevenci¨®n de riesgos se conseguir¨ªan buenos resultados, porque el accidente laboral es el indicador m¨¢s inmediato y evidente de unas malas condiciones de trabajo. Hay que entender como tal todo suceso anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada, y que es normalmente evitable (en el 80% de los casos, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo-OIT).
La UE oblig¨® en 1989 a sus Estados miembros, con una Directiva Marco de m¨ªnimos, a armonizar una serie de medidas para promover la mejora de la Seguridad y la Salud de sus trabajadores y para disminuir los ¨ªndices de siniestralidad laboral. Espa?a, a rega?adientes (bajo amenaza de sanci¨®n), transpuso la directiva y cre¨® -de manera totalmente diferente a todos los pa¨ªses europeos que conozco- servicios de prevenci¨®n privados y dedic¨® gastos millonarios en formaci¨®n para los trabajadores, porque consider¨® que el mayor d¨¦ficit que ten¨ªamos era que nos faltaba conocimiento de los riesgos y cultura preventiva. Esto ¨²ltimo ha sido positivo, en mi opini¨®n, pero no nos podemos quedar aqu¨ª. Es el primer paso y, como lo aprecia la V Encuesta de Condiciones de Trabajo, los trabajadores ya conocen y perciben sus riesgos, aunque los asumen, posiblemente por miedo a perder su puesto de trabajo en unos casos, por exceso de confianza o por fatalismo en otros.
No son los trabajadores quienes debieran exigir a sus empresarios la mejora de sus condiciones de trabajo; para ello est¨¢n sus representantes (muchos de ellos liberados del trabajo y protegidos frente al despido por las leyes y por su sindicato) y, sobre todo, para ello est¨¢n o deber¨ªan estar los t¨¦cnicos de los servicios de prevenci¨®n.
Pero los servicios de prevenci¨®n espa?oles, como se ha indicado, son servicios privados que funcionan como un negocio. Y si exigen a sus clientes -los empresarios- que gasten en seguridad o mejoren las condiciones laborales, posiblemente pierdan a esa empresa. Buscar¨¢ otro servicio de prevenci¨®n menos exigente o, lo que es peor, dicho servicio de prevenci¨®n despedir¨¢ tranquilamente a ese t¨¦cnico meticuloso que le ha hecho perder dinero.
Para evitar esto, pa¨ªses como Francia o Alemania, entre otros, han afianzado la independencia profesional de sus t¨¦cnicos con medidas de protecci¨®n adicional a las m¨ªnimas garant¨ªas que establece la Directiva Marco europea para los profesionales que trabajan en Servicios de Prevenci¨®n Propios (para los ajenos no hay nada contemplado porque en el esp¨ªritu de la directiva y de la OIT ¨¦stos deber¨ªan ser una excepci¨®n). Esos pa¨ªses han hecho de la prevenci¨®n, realmente, el eje del sistema, poniendo las medidas adecuadas para que funcione, pues no se puede decir que lo m¨¢s importante es la prevenci¨®n y organizar unas estructuras que no pueden funcionar; o afirmar que uno de los problemas es que faltan m¨¦dicos del trabajo cuando la realidad es que se ofertan pocas plazas MIR de dichos especialistas, sin financiaci¨®n o en precario. Con lo cual pocos m¨¦dicos son tan incautos como para querer involucrarse en una especialidad con un futuro incierto, con poco atractivo econ¨®mico comparada con otras y poco o nada apoyados por sus autoridades laborales en caso de problemas.
Por otro lado, los sindicatos deber¨ªan ayudar a los t¨¦cnicos de los servicios de prevenci¨®n en la tarea com¨²n de mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo en vez de actuar como sus enemigos. Porque, aunque sea m¨¢s f¨¢cil y demag¨®gico acusar a los dem¨¢s de ineficacia, la prevenci¨®n es cosa de todos y no s¨®lo un medio para conseguir mejoras econ¨®micas, como suelen constatar los inspectores de trabajo, que suelen recibir m¨¢s denuncias por los sindicatos de incumplimiento de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos cuando se est¨¢ negociando el convenio.
Los sindicalistas son fundamentales para la mejora de las condiciones de trabajo, sobre todo en estos tiempos en que cada vez los trabajadores vamos a tener menos derechos laborales. Pero tambi¨¦n necesitan mejorar su independencia con respecto a su jerarqu¨ªa sindical y que sea el compa?ero, su salud y bienestar, su prioridad en vez de las directrices del sindicato o las promesas de afiliaci¨®n.
Sin esta mejora de los cimientos del entramado preventivo, dudo mucho de que haya grandes resultados y s¨®lo quedar¨¢ el recurso a la Inspecci¨®n de Trabajo y a los jueces, acerc¨¢ndonos a los pa¨ªses anglosajones, como Gran Breta?a, que tiene un sistema preventivo mediocre -porque el eje del sistema es la obligaci¨®n de resultados de sus empresarios-, con severas sanciones penales.
Mar¨ªa Reyes N¨²?ez es m¨¦dico especialista en Medicina del Trabajo.
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