El PP exige a Ibarretxe que dimita por degradar el cargo al reunirse con Otegi

El PP pidi¨® ayer en el Parlamento vasco al lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, que dimitapor considerar que est¨¢ degradando el cargo que ocupa al reunirse con Arnaldo Otegi, lider de la ilegalizada Batasuna. Las palabras del parlamentario popular Carlos Urquijo molestaron a Ibarretxe hasta el punto de negarse a replicarle en su segundo turno de intervenci¨®n. El lehendakari hab¨ªa sostenido antes un cara a cara con la presidenta del PP, Mar¨ªa San Gil, en el que defendi¨® el derecho de autodeterminaci¨®n, y reiter¨®, esta vez en sede parlamentaria, su afirmaci¨®n de que lo ¨²nico negociable es su ejercicio.

"Como persona, usted puede degradarse cuanto quiera, con las compa?¨ªas que usted quiera, pero no tiene derecho a erosionar y mancillar el cargo de lehendakari, que le sobrepasa". Con estas duras palabras replic¨® el parlamentario del PP Carlos Urquijo a Ibarretxe tras responder ¨¦ste a una pregunta sobre los motivos por los que incluy¨® al dirigente de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi en sus contactos con los partidos pol¨ªticos tras la declaraci¨®n de alto el fuego permanente hecha por ETA el 22 de marzo.

Ibarretxe hab¨ªa se?alado en su intervenci¨®n que al tratar a Otegi como un interlocutor m¨¢s no busca desafiar a nadie y que lo hace porque "Batasuna, al igual que ustedes [en referencia al Partido Popular], forma parte de la soluci¨®n".

El representante popular carg¨® luego duramente contra ¨¦l con las palabras citadas y despu¨¦s de tacharle tambi¨¦n de "colaborador necesario en el desaf¨ªo de ETA-Batasuna al Estado de derecho y a las resoluciones de los tribunales de Justicia". Recibir a Otegi supone, a juicio de Urquijo, recibir a "un secuestrador convicto y confeso, por tanto, a un torturador". "No creo que por ah¨ª pase la soluci¨®n", a?adi¨®.

El portavoz popular estim¨® que con actuaciones como ¨¦sa, Ibarretxe se invalida "para dirigir un Gobierno democr¨¢tico" y le se?al¨® el de la dimisi¨®n como "el ¨²nico camino airoso que le queda".

El tono y la dureza de las palabras del parlamentario Urquijo molestaron tanto al lehendakari que incluso se neg¨® a contestarle y renunci¨® a su segundo turno. La sesi¨®n qued¨® levantada a continuaci¨®n, al tratarse del ¨²ltimo punto del orden del d¨ªa.

El PP, que busca en cada pleno semanal el cuerpo a cuerpo con el lehendakari en la persona de su presidenta, Mar¨ªa San Gil, lo tuvo ayer por partida doble, porque ¨¦sta hab¨ªa cruzado ya otro debate con ¨¦l. San Gil le interpel¨® sobre una declaraci¨®n oficial del Gobierno vasco en respuesta al presidente del Gobierno central, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que hab¨ªa negado el derecho de autodeterminaci¨®n para Euskadi. El Ejecutivo aut¨®nomo afirm¨® que ese derecho es inherente al pueblo vasco y, como tal, innegociable.

En su respuesta, Ibarretxe reiter¨®, esta vez en sede parlamentaria, su afirmaci¨®n del mitin del Aberri Eguna de que la ¨²nica Constituci¨®n vasca son los derechos hist¨®ricos. El lehendakari volvi¨® a sostener que todos los pueblos, incluido el vasco, tienen derecho a la libre determinaci¨®n, seg¨²n el Pacto por los Derechos Civiles y Pol¨ªticos de la ONU, ratificado por Espa?a, y volvi¨® a ejemplificar su aplicaci¨®n en pa¨ªses europeos no coloniales con el caso de Montenegro.

Ese derecho, reiter¨® en una argumentaci¨®n habitual en ¨¦l, no es negociable, y lo ¨²nico que puede discutirse es el modo en que se ejercitar¨¢. Tambi¨¦n repiti¨® que la normalizaci¨®n pol¨ªtica vasca pasar¨¢ por el planteamiento que expuso en el Congreso al defender el plan Ibarretxe: un acuerdo que reconozca el derecho de autodeterminaci¨®n y pacte su ejercicio.

San Gil neg¨® la existencia de ese derecho en el ordenamiento espa?ol -"es como si usted quisiera ser pol¨ªgamo: en Espa?a no se puede", ironiz¨®-, y le reproch¨® que pusiera como ejemplo los Balcanes, "sin¨®nimo de desuni¨®n y odio". La dirigente popular se mostr¨® preocupada por que Ibarretxe relacione la autodeterminaci¨®n con la soluci¨®n al conflicto vasco. "Eso es una coacci¨®n al conjunto de la sociedad. Si no, ?qu¨¦ nos va a pasar? ?Nos est¨¢ amenazando con que o le damos la raz¨®n o volveremos a tiempos peores?", interrog¨®.