El Festival del PEN defiende el derecho "necesario" de criticar las religiones
Juan Luis Cebri¨¢n y Ayaan Hirsi Ali protagonizan un debate sobre la libertad de expresi¨®n
La violenta respuesta del ala m¨¢s extremista del mundo musulm¨¢n a la publicaci¨®n de las vi?etas de Mahoma en un diario dan¨¦s no deber¨ªa sorprender tanto. La colisi¨®n entre la libertad de expresi¨®n, la religi¨®n y el arte se ha cobrado innumerables v¨ªctimas a lo largo de la historia. Pero es imprescindible reflexionar sobre las consecuencias de ese enfrentamiento y defender la libertad, algo que hicieron ayer en Nueva York, dentro del Festival PEN Voces del Mundo, la soci¨®loga turca Nil¨¹fer G?le, la escritora y diputada holandesa Ayaan Hirsi Ali y el periodista y escritor Juan Luis Cebri¨¢n.
"Las sociedades que no defienden a los individuos que critican o cuestionan religiones o cualquier tipo de idea se est¨¢n equivocando y est¨¢n destinadas a acabar tiranizadas y a perder su libertad". Esta frase, pronunciada durante el debate ?dolos e insultos: literatura, religi¨®n y libertad de expresi¨®n por Ayaan Hirsi Ali, recibi¨® el cerrado aplauso de los asistentes a uno de los m¨¢s esperados debates de la segunda edici¨®n del PEN Voces del Mundo, al que tambi¨¦n estaban invitados, junto a Cebri¨¢n y G?le, el escritor indio Upamanyu Chatterjee, el intelectual alem¨¢n Hans Magnus Enzensberger y el suizo de origen egipcio Tariq Ramadan.
Hirsi Ali, que fue presentada por el moderador del encuentro Ian Buruma, escritor holand¨¦s, como "el Voltaire del mundo musulm¨¢n", ha conocido en sus carnes la persecuci¨®n religiosa por sus sarc¨¢sticos escritos contra la interpretaci¨®n m¨¢s ortodoxa del islam y en concreto contra el tratamiento que reciben las mujeres en el ¨¢mbito de esa religi¨®n. Ella fue la guionista de la pol¨¦mica pel¨ªcula Submissions, por la que el director holand¨¦s Theo van Gogh fue asesinado en 2004 a manos de un extremista isl¨¢mico en Amsterdam y por la que a¨²n hoy ella est¨¢ amenazada de muerte. En el filme se narran, en clave po¨¦tica y a la vez brutal, cuatro historias de mujeres maltratadas por sus maridos y se reproducen las frases m¨¢s degradantes del Cor¨¢n contra la mujer.
Extremismo
Quiz¨¢ por eso la voz de Hirsi Ali fue una de las m¨¢s duras frente a lo que denunci¨® como "pasividad de Occidente" ante los ataques del extremismo isl¨¢mico contra la libertad de expresi¨®n. "La religi¨®n tiene que poder ser criticada. Es necesario, es urgente. Todas las religiones lo han sido y esa posibilidad de cr¨ªtica ha llevado al mundo occidental a la prosperidad y a la paz. Sin embargo, hoy hay una creciente autocensura de periodistas y pol¨ªticos occidentales, que tratan de minimizar sus cr¨ªticas contra el extremismo musulm¨¢n por miedo a sus reacciones", clam¨®.
Pero el ejercicio de la libertad de expresi¨®n no s¨®lo choca con la ortodoxia isl¨¢mica. Uno de los invitados al debate, el escritor de origen egipcio y nacionalidad suiza Tariq Ramadan no pudo estar presente en el encuentro al haberle sido denegado el visado de entrada en Estados Unidos por motivos ideol¨®gicos. La ley estadounidense Patriot Act proh¨ªbe a los individuos sospechosos de terrorismo la entrada en el pa¨ªsy en esa categor¨ªa tambi¨¦n entran escritores o artistas de origen musulm¨¢n cuya obra pueda ser considerada sospechosa, como en el caso de Ramadan. El PEN y la American Association of Civil Liberties han interpuesto una demanda contra dicha ley.
Ramadan, autor de m¨¢s de veinte libros sobre la problem¨¢tica y la interpretaci¨®n del islam, envi¨® un v¨ªdeo en el que defendi¨® la necesidad de "tratar de entender al otro". "En la historia de Occidente la cr¨ªtica a la religi¨®n ha sido una constante, pero en el mundo musulm¨¢n apenas se ha hecho. As¨ª que es necesario tomar una distancia intelectual, hay que entender la posici¨®n del otro. El problema es que la publicaci¨®n de las vi?etas de Mahoma fue instrumentalizada y convertida en un arma pol¨ªtica arrojadiza, pero no todo el islam es as¨ª", dijo en el v¨ªdeo.
El acad¨¦mico espa?ol Juan Luis Cebri¨¢n record¨® al fil¨®sofo brit¨¢nico del siglo XIX John Stuart Mill, que en su libro On Liberty habl¨® de Jesucristo como "uno de los primeros hombres perseguidos por difamaci¨®n religiosa". Cebri¨¢n subray¨® que desde la creaci¨®n de las sociedades democr¨¢ticas "ha habido una tensi¨®n constante entre dos realidades: la ciudad de Dios y la ciudad de las personas. La ciudad de Dios es la tierra de los creyentes, el camino de la fe. La ciudad de las personas significa libertades civiles y leyes. No est¨¢n necesariamente enfrentadas pero no pueden ser lo mismo". Sin embargo, destac¨® que el problema provocado por las vi?etas de Mahoma tiene un car¨¢cter que va m¨¢s all¨¢ y est¨¢ relacionado con las desigualdades entre pa¨ªses "porque la pobreza en muchos lugares del planeta lleva a la violencia como forma de resoluci¨®n de conflictos". Aun as¨ª, el periodista y escritor defendi¨® la cr¨ªtica y la provocaci¨®n "porque pertenece a la naturaleza de la literatura y la cultura. Provocar no est¨¢ relacionado con el insulto sino con la imaginaci¨®n, la creatividad y la luz de la libertad".
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