Emocionante tercio de varas
La faena de la tarde, valiente, conjuntada y maciza, la protagoniz¨® Antonio Barrera en el segundo, un manso al que ense?¨® a embestir, pero el momento de m¨¢s intensidad se vivi¨® en el tercio de varas del tercero, cuando el picador Ismael Alc¨®n se encontr¨® con un manso que desarroll¨® genio en el primer encuentro y derrib¨® al caballo. Sin una explicaci¨®n l¨®gica, colocaron al toro en los medios, muy cerca de la boca de riego, y all¨¢ lejos, en la primera raya del tercio, se engrandeci¨® un torero a caballo que dict¨® una lecci¨®n magistral; manej¨® la montura con conocimiento, se dej¨® ver, llam¨® al toro levantando la vara y elev¨¢ndose ¨¦l mismo sobre los estribos. Consigui¨® atraer la atenci¨®n del animal, y, sobre todo, que embistiera largo, a galope, hacia el caballo. Le ech¨® la vara como mandan los c¨¢nones y clav¨® la puya en todo lo alto del morrillo. S¨®lo fue un picotazo, en atenci¨®n a la falta de fuerzas del toro, pero el espect¨¢culo del denostado tercio de varas hab¨ªa brillado en todo su esplendor gracias a un torero tocado con un castore?o. La plaza estall¨® en una cerrada ovaci¨®n y el picador se vio obligado a saludar.
Veldefresno / Abell¨¢n, Barrera, Bol¨ªvar
Toros de Valdefresno, - el quinto, devuelto-, correctos de presentaci¨®n, mansos, descastados y sin clase. Sobrero de El Serrano, manso y deslucido. Miguel Abell¨¢n: bajonazo y un descabello (silencio); estocada y tres descabellos (silencio). Antonio Barrera: pinchazo y estocada baja (vuelta); media ca¨ªda (silencio). Luis Bol¨ªvar: pinchazo, media ca¨ªda, dos descabellos -aviso- y un descabello (silencio); media y dos descabellos (silencio). Plaza de la Maestranza. 29 de abril. 14? corrida de feria. Casi lleno.
No es f¨¢cil asistir al tercio de varas en toda su grandeza. De ah¨ª la importancia de lo visto ayer, aunque el hecho se produjera por un error del matador, que posibilit¨® el triunfo de un subalterno con un manso con el que no pudo lucir el propio Luis Bol¨ªvar.
Pero la faena de la tarde corri¨® a cargo de Antonio Barrera en su primero, un manso como todos los dem¨¢s y muy distra¨ªdo, ante el que se plant¨® en los medios, firme y seguro, para encelar la embestida, correr la mano con maestr¨ªa y ense?ar al toro el camino correcto. El animal acept¨® el dominio del torero y permiti¨® tandas de redondos magistralmente ejecutados, ce?idos, largos y perfectamente ligados con el de pecho. Sigui¨® despu¨¦s con naturales muy sentidos, gust¨¢ndose de verdad el torero en una brega inteligente y muy valiente. Cerr¨® la faena con unas emocionantes manoletinas, las primeras que se ven en la feria, y pinch¨® en todo lo alto antes de cobrar una estocada baja. La labor de Barrera no fue suficientemente valorada por el p¨²blico feriante, pero qued¨® constancia de la madurez art¨ªstica de un torero que se jug¨® el tipo y acert¨® con un planteamiento de faena cuajado de sapiencia.
No pudo confirmar su tarde en el quinto, un sobrero de El Serrano, manso, muy bronco y deslucido, con el que se pele¨® bravamente, sin m¨¢s recompensa que la del deber cumplido.
Acabaron as¨ª los momentos intensos del s¨¢bado de feria. Todo lo dem¨¢s fue largo y tedioso. A Miguel Abell¨¢n, por ejemplo, le toc¨® el peor lote de la muy descastada corrida de Valdefresno, y mostr¨® tan buena disposici¨®n como un incontenible sentido de la pesadez. Hay toreros con una acertada medida del tiempo, y los hay pesados, como ayer Abell¨¢n, en sus dos toros. Descastados, mansos y con tendencia a la huida fueron los dos, y el torero insist¨ªa una y otra vez como si nadie hubiera captado los defectos de sus oponentes y su buena voluntad. Y as¨ª dos faenas largas e insufribles. Quede claro, pues: Miguel Abell¨¢n estuvo voluntarioso, pero que muy voluntarioso...
Y Bol¨ªvar se equivoc¨®, aunque sus toros tampoco merecieron nota. Err¨® con su manso primero, el del buen tercio de varas, al que se empe?¨® en torear en tablas y no se acopl¨® en ning¨²n momento. Mal planteamiento y mala colocaci¨®n casi siempre del torero. Y tampoco acert¨® con el sexto, de la misma cala?a, en el que su labor result¨® desva¨ªda, deshilvanada y muy movida.
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